Cap. 40.1.- ¿Está bien estar bien?

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POV Airi

Un cielo claro y extenso se distribuía sobre nosotros, no eran extraños los biomas que imitaban el exterior dentro de una mazmorra, la primera vez que vi uno quede anonadada por la vista, pero con el tiempo te acostumbras y empiezas a ver las diferencias, los límites de las dimensiones del nivel, la refracción desigual de la luz, para nosotros los centrados en la magia era como esta se doblaba y retorcía antinaturalmente al final del nivel, pero este no era el caso, no había margen de error, no era solo que no estuvieran esas diferencias, era como si literalmente nos hubieran transportado a otra dimensión.

El suelo estaba lleno de una arena clara y lisa, salpicada por construcciones, campamentos y personas.

Se podía ver guardias de Galian vistiendo ropa más casual que sus respectivas armaduras yendo y viniendo entre las edificaciones, soldados entrenando sus espadas y su marcha por todos lados, y entre ellos, se podían ver figuras humanas, de una impresionante belleza, de tez pálida y vistiendo piezas de ropa de exquisita belleza, que por alguna razón estaban rasgadas de las mangas y de los extremos, uno pasó cerca de nosotros, se trataba de un monstruo no muerto.

Los guardias y estos monstruos platicaban e interactúaban con total normalidad, dando una imagen por fuera amistosa y agradable, pero que en realidad podía ser bastante perturbadora, sabiendo que eran humanos hablando con monstruos.

No parecía que estuvieran bajo la influencia de algo, y los monstruos se veían especialmente dóciles, pero por eso mismo teniamos que tener cuidado.

Caste se posiciono delante de nosotros con Antíoco y Asiano de su lado, los jinetes de estrellas se veían tan estoicos como siempre, pero habían rompido la formación y la tensión que los caracteriza, evidencia de que no detectan un peligro inmediato, pero era todo lo contrario con el resto.

Brunt y Bruhel preparaban su magia con una sonrisa, Salaman estaba inclinado en el suelo como preparándose para atacar, Dino ya había preparado su mazo y Bruno como Jhon se veían alterados, Clarín se aferraba a mi espalda bastante nerviosa, y el pobre de Brirli miraba a los monstruos con una expresión perdida.

[Airi] ¿Qué debemos hacer?

Me atreví a hablar buscando claridad entre nosotros, daba la impresión que todos saltarian contra lo que tenemos enfrente sin preguntar, Caste volteo a verme, y la intensidad de su mirada se aclaró un poco mientras soltaba un suspiro sordo.

[Caste] Intentemos aden...

¡Slash!

Una enorme espada roja apareció, clavandose profunda y violentamente en frente de ella, todos reaccionaron alarmados, pero ella se mantuvo inmovil, sin siquiera sacar su espada, lo mismo para los dos que la acompañaban, solo se limitaron a ver a los atacantes, que se dirigen hacia nosotros.

Diez cuerpos alados volaron en nuestra dirección, no pude ver de donde provenían, pero rápidamente nos rodearon desde el aire, sus alas eran rojizas con la piel expuesta como murciélago, y las diez tenían espadas como la que atacó a Caste.

Descendieron al suelo, terminando de franquearnos por todos lados, pudiendo verlas más de cerca y sin la luz del "sol" en la dirección, tenían formas humanas, todas eran mujeres de tez morena, pero si los monstruos no muertos tenían una belleza pura, ellas tenían una belleza adulta, sus cuerpos curvilíneos cargados de sensualidad, sus facciones adultas y provocativas, inclusive lucian complecciones trabajadas y firmes que de alguna forma las hacia ver mas encantadoras, todo acompañado de un aura misteriosa y atrayente.

No había duda de que eran monstruos, pero no sabía distinguir de cuales, se tiene una cátedra clara de los monstruos rango S debido a su peligrosidad, pero no lograba recordar uno en concreto que cumpliera sus características.

La felicidad a basé del inventarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora