Cap. 43.- ¡Siente el ritmo del corazón de Mictlan!

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Salimos de la sala, como esperábamos, los pasillos estaban despejados, por lo que avanzamos con cautela a cualquier cosa, pero nada más al dar la vuelta nuestro sentido del peligroso se diluyó.

Varias decenas de invasores, tirados en el suelo inertes, algunos temblaban y otros permanecían paralizados mientras soltaban un quejido ahogado.

[Mercedes] ¿Qué se supone que ocurrió aquí?

Dijo con incredulidad mientras le daba una ligera patada a uno, ella y sus hermanos avanzaron sin miedo sobre ellos, yo avance con más cuidado e intentando examinar a la multitud noqueada.

Lucían pálidos, como si estuvieran extremadamente enfermos, sus respiraciones eran agitadas, y el sudor los cubría por completo. Más adelante, note que sus estómagos tronaban con gorgoteos anormales, y a algunos los espasmos en la panza eran notorios, al final recordé que en los primeros 20 aplique a Gula.

Miro a Gula y está lucía una sonrisa satisfactoria mientras pasábamos por sobre los afectados, el resto lucía indiferente a esto.

Efectivamente los había incapacitado, todos seguían vivos y aún por su apariencia no parecían peligrar de muerte, por lo que técnicamente el experimento fue un éxito, aunque todavía faltaba ver el resto.

Seguimos avanzando hasta que notamos un cambió, seguían habiendo invasores tirados, pero ahora lucían distinto, seguían bañados en sudor, pero ahora sus respiraciones eran más agitadas, algunos estaban pálidos pero no al nivel de los primeros, y otros estaban terriblemente ruborizados, además de que estaban tumbados de manera más desordenada y sus brazos y piernas temblaban ligeramente, estos habían sido afectados por Lujuria.

Ella los miraba con una expresión compleja y avergonzada, de vez en cuando desviaba la mirada o se tapaba la boca con incomodidad, muy distinto a cómo reaccionó Gula.

Después seguirían los afectados por Pereza, lo cuál ella noto ya que empezó a avanzar con cierta expectación, y cuando llegamos a ellos, efectivamente estaban noqueados en el suelo, pero solo eso, no se les veía dolidos o con algún efecto, simplemente estaban dormidos boca abajo, cosa que pareció decepcionar a la propia Pereza.

[Glacen] Qué demonios...

Ante la repentina afirmación de Glacen, nos apresuramos a continuar, encontrándonos con una vista increíble.

El resto de los invasores que nos rodeaban, distribuidos de manera más desordenada, en menor cantidad, pero con un aspecto terrible, pálidos al punto de la muerte, secos e insertes en el suelo, su piel les colgaba y parecían drenados de toda vitalidad, me acerque con cuidado a uno que era una chica boca arriba, efectivamente seguían vivos, pero parecía que en cualquier momento parecerían.

Estaba asqueado, el pensar que esto había sido por mí me angustiaba, la Primera Gota miraba indiferente a los invasores con su habitual sonrisa, y las tres observaban con asombró el escenario.

Me levanto del suelo dispuesto a continuar, pero entonces me encuentro con la mirada de Zicel, ella sostenía firmemente su báculo a unos pocos metros mientras me arrojaba una mirada seca, carente de expresión o emoción, pero para mí era una mirada que me juzgaba por esto.

[Gisela] Ciertamente, no es algo que hayan podido hacer antes.

Ella se hacerco desde atrás de mi sorprendiendome, volteo a verla y ella me arroja un trozo de metal, alcanzó a atraparlo y lo veo con más detalle, era uno de los cuchillos negros de los invasores, que no pude meter en mi inventario y que reaccionaron ante la presencia de las 4, pero ahora no solo era del negro profundo del principio, tenía venas desgastadas que le recorrían dándole una imagen oxidada, gastada y parecía que en cualquier momento se rompería.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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