POV ANDRE
Quiero ser el mejor, todos hemos escuchado o dicho esas palabras.
La primera vez que las escuche, fue cuando entre al Círculo de las Espadas Dragon, vendiéndolo como el lema que debían tener todos los miembros, el lema que tenía el campeón Duncan que se crió ahí, pero yo no pude entenderlo al principio, ya que solo quería ser mas fuerte.
Aprendí sus técnicas con relativa facilidad, y fui ascendiendo en su jerarquía poco a poco, llegando a un punto en que los miembros se referían a mí como aquel que dominó la totalidad de la espada, pero aun así no fue suficiente para mi.
Si bien mi fuerza era prominente, a tal punto que podía encarar a los más fuertes guerreros y hechiceros de cada raza, aún había monstruos y existencias que lucían muy lejanas para mí, mientras los demás creían que yo ya había alcanzado la cima, yo veía un camino aún por recorrer.
Pero a pesar de que había alcanzado el máximo de mi fuerza, empezaría a notar las carencias de mi técnica. Podía recordarlo con claridad, era un simple sparring amistoso con un tritón, había repetido tantas veces el duelo con espadas que prácticamente podía predecir los movimientos de mi oponente, hasta que de repente mi contrincante hizo algo extraño, cambió su postura mientras inclinaba su punto de equilibrio y giraba su cuerpo, fue un movimiento rápido y preciso, y entonces su espada conectó un golpe, en ese momento pasaron muchas cosas por mi cabeza, pero algo era claro, no había técnica que yo supiese que pudiera bloquear ese movimiento correctamente.
Ahora que lo pienso era obvio, los cambios ocurridos tras la guerra contra los demonios eran notorios, y cada vez los diferentes grupos de diferentes disciplinas buscaban cómo perfeccionar su técnica, pero por desgracia ese no era el caso para el Círculo de las Espadas Dragon.
Presente el caso con los grandes maestros del círculo, inclusive prepare con antelación qué rutas estaban tomando las otras disciplinas y cómo podemos enriquecer nuestro estilo, pero su respuesta no era la esperada.
Me señalaron, diciendo que intentaba corromper el estilo que logró herir de muerte al rey demonio, para ellos ese simple hecho era suficiente para argumentar que el estilo no necesitaba ser cambiado, no debía ser cambiado, que este ya era superior al resto. Yo protesté, argumentando como miembros de otras casas y círculos se hacían más fuertes, como yo de propia mano vi la forma en la que cambiaban, pero ellos solo dijeron que simplemente no había alcanzado la perfección que supuestamente tenía el estilo de las espadas dragon.
Al final decidí salir de ahí, mi objetivo era ser fuerte, y ellos solo me detendrían en mi camino, intentaron señalarme de traidor y no se que otras cosas más, por suerte ya nada de lo que ellos dijesen podía afectarme.
El tiempo pasó, me llegaría la vejez, pero mi ritmo nunca menguó como se esperaría, logre ver el cambio del mundo y como este prosperaba, obviamente algunas cosas seguían igual, pero lo que más me afectaba, es que a pesar de haber cumplido mi propósito de aprender mejores formas de pelear, aun me sentía lejos de mi fuerza ideal, creí que al tener discípulos ese vacío se llenaría, pero ninguno de ellos alcanzaba mis ideales, yo lo sabia, no había nadie que superase mi fuerza en mi mejor momento, ni nada que me pudiera hacer más fuerte, hasta que ocurrió la tragedia.
Los campeones que habían logrado derrotar de una vez por todas al rey demonio habían vuelto, y para sorpresa de todos seguían tal cual como habían desaparecido. Al parecer, el hechicero Miket, usando la magia arcana del tiempo y del origen, logró borrar al rey demonio de la existencia, dejándolos en un bucle a él y a su equipo, bucle del que lograron salir sin que el tiempo los afectase.
La noticia le dio la vuelta al mundo, muchas cosas de la historia fueron reivindicadas, pero entre ellos estaba el, estaba Duncan.
De inmediato lo supe, supe lo que le haría al mundo la presencia de él, inclusive su regreso generó la duda y la discordia entre mis alumnos, considerando ir al Círculo de las Espadas Dragon, las cosas no solo se irían a estancar, sino que empeorarán.
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La felicidad a basé del inventario
FantasíaKevin, un joven entusiasta y astuto, que siempre aprovechaba cada oportunidad que se le presentase para aprender, emprender o experimentar, termino sin poder concretar sus objetivos al reencarnar en otro mundo de fantasía. Pero no todo es malo, ya q...