El calor del verano se sentía asfixiante en Seúl, pero para Minseok, las temperaturas altas eran lo de menos. Estaba agotado. Su día comenzaba temprano en la mañana, asistiendo a las reuniones estratégicas con el coach de reemplazo y el analista, luego las prácticas interminables con el equipo, y cuando la jornada terminaba para los demás, Minseok aún tenía una última parada: el hospital, donde Minhyung seguía recuperándose.
Minhyung había mejorado considerablemente, pero su movilidad seguía limitada. Todavía faltaba tiempo antes de que pudiera volver a entrenar al equipo, y mientras tanto, la presión sobre los hombros de Minseok crecía más y más. Pero, extrañamente, no le importaba. Estaba cansado, sí, pero también estaba motivado como nunca antes. Ver a Minhyung sonreír, aunque fuera desde una cama de hospital, le daba la energía que necesitaba para seguir adelante.
—¿Estás seguro de que puedes con todo esto? —Le preguntó Hyeonjun una tarde, mientras ambos revisaban las partidas del último equipo rival. La pregunta parecía inocente, pero Minseok notaba la preocupación en los ojos de su mejor amigo.
—Si no puedo, lo averiguaré —respondió el más bajo con una sonrisa cansada, pasando una mano por su rostro. —Pero no puedo dejar que todo se desmorone. No cuando Minhyung me necesita... cuando el equipo me necesita.
—El equipo te necesita, sí. Pero tú también necesitas cuidarte. No puedes estar haciendo esto solo porque te sientes culpable por lo que pasó —insistió el rubio, inclinándose hacia adelante con los codos apoyados en las rodillas. —No es tu culpa que Minhyung esté en el hospital.
—Tal vez no fue directamente mi culpa —murmuró Minseok, con la mirada perdida en la pantalla, —pero... sé que parte de esto es porque intenté ser alguien que no soy. Quería que él sufriera, y ahora me doy cuenta de lo estúpido que fui. Lo único que conseguí fue crear todo este caos... y eso me ha dolido más que cualquier cosa.
Había sido una revelación incómoda para Minseok admitirlo, especialmente cuando cierto día Minhyung, tras un largo silencio en el hospital, había confesado lo mucho que le había dolido el trato frío de Minseok en los últimos meses. "Me alejaste," le había dicho Minhyung con un tono suave, casi quebrado, "pero nunca dejé de amarte." Las confesiones de esa clase se habían vuelto habituales entre ambos como parte de un acuerdo tácito sobre expresar todo lo que sentían y pensaban.
Esas palabras se le habían quedado grabadas a fuego en la mente. Minseok, por su parte, había roto su coraza y, con la sinceridad de quien ya no podía mentir, le había confesado a Minhyung que su deseo de venganza había sido una máscara para esconder lo mucho que lo necesitaba. Y ahora, más que nunca, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por él.
Las semanas pasaron rápido, y la LCK no esperaba a nadie. El equipo necesitaba resultados, y los rumores sobre la condición aún mala de Minhyung comenzaban a circular. Los patrocinadores y los dueños del equipo estaban preocupados, y no dejaban de presionar al cuerpo técnico para que diera respuestas. Los murmullos sobre el regreso incierto de Minhyung afectaban a los jugadores, y Minseok sabía que tenía que hacer algo. No solo por el equipo, sino también por él mismo.
Así que, sin decir una palabra, empezó a asumir parte de las responsabilidades de Minhyung. Se quedaba más tiempo analizando las partidas, diseñaba estrategias junto con el coach de reemplazo, y hacía todo lo posible para asegurarse de que el equipo siguiera funcionando como un reloj suizo. El desgaste físico y emocional era evidente, pero Minseok no aflojaba. Y los demás lo notaron.
Una noche, justo después de un juego, un equipo de medios pidió una entrevista rápida con él. Minseok no tenía tiempo para eso, pero accedió, sin saber que la entrevista sería más difícil de lo que pensaba.
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Homewrecker ;; Keria x Gumayusi
FanfictionMinseok ha vivido a la sombra del éxito toda su vida, siempre el segundo mejor en todo lo que hace. Pero cuando el nuevo coach, Lee Minhyung, entra en escena, la oscuridad de su insignificancia comienza a desvanecerse, y con ella, nace en el joven j...