Capítulo 107

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"¿Dices esto…? "Jiang Manyue tomó la ropa que Yan Cai le entregó y echó un vistazo al otro bulto. “Son cosas que sacamos del lago. Algunas han estado en el agua tanto tiempo que se pueden estropear, así que pedí que las recuperaran. Estas son algunas de ellas.”

Mientras hablaba, Jiang Manyue cambiaba la ropa de su hijo. Zaizai tenía muy buen apetito: le dabas de comer cualquier cosa y no había nada que no le gustara. Eso se traducía directamente en su cuerpo regordete, con un estómago redondo y brazos regorditos.

Jiang Manyue, hábilmente, le vestía mientras pensaba que, por suerte, la ropa que hizo Hong Yu era bastante holgada. 

Si no, no habría podido ponérsela. 

Yan Cai puso la ropa sucia a un lado y se sentó con las piernas cruzadas. Aún no entendía bien por qué Manyue había traído esas cosas. No dejaban de ser pesadas y poco prácticas. 

"Noté que todas las piezas tienen esta marca… "dijo Yan Cai. 

"Tengo una suposición "respondió Jiang Manyue mientras colocaba a su hijo dentro de la colcha con la ropa ya puesta, como si fuera lo más natural. Luego abrazó a Yan Cai y le susurró al oído su teoría. 

Yan Cai giró la cabeza para mirarlo. 

"¿Quieres decir que sospechas…? 

"Oí que el rey de Bei Rong codiciaba los tesoros de la dinastía Chen. Pero ahora pienso que tal vez la información se distorsionó en el camino. Quizás no eran los tesoros de la dinastía Chen lo que deseaba, sino el tesoro de la dinastía anterior. 

Yan Cai comprendía las razones de esa sospecha. Los lugares que Bei Rong había invadido eran demasiado coincidentes. En su vida anterior fue Qingchang, y ahora era Qingyang. Todo parecía demasiado casual para ser una coincidencia. 

"Esa es mi suposición, aunque aún falta confirmar. En cuanto a por qué traje estas cosas… "Jiang Manyue bajó la voz mientras hablaba con Yan Cai, pero de repente se detuvo y colocó su mano en la cintura de este. 

"¡Me haces cosquillas, no toques mi cintura! 

"Caicai, ¿cómo ha estado tu apetito últimamente?" preguntó Jiang Manyue de forma repentina. 

"B-bien, creo", respondió Yan Cai, confundido.

El buen apetito de Zaizai venía claramente de Caicai. Ambos comían muy bien, lo que explicaba que Jiang Manyue no hubiera notado nada raro hasta ahora. Siempre asumió que Yan Cai tenía buen apetito. 

"¿Has sentido alguna incomodidad últimamente? 

"¿A qué te refieres?” Yan Cai lo miró con extrañeza, pensando que sus preguntas eran muy raras. No se había sentido mal. 

"Es que… creo que has ganado algo de peso en la cintura” dijo Jiang Manyue tras una breve pausa. “Tal vez es solo una idea mía. Zaizai debe haber heredado tu tendencia a engordar.”

"¡Eso es una tontería!” Yan Cai se tensó de inmediato. No tenía tendencia a engordar; de hecho, estaba tan delgado que apenas quedaba carne en sus caderas para pellizcar. 

El comentario hizo que Yan Cai se sentara erguido, rígido como una tabla. Tenía un miedo profundo a esa posibilidad. 

Había visto muchas cosas terribles, experimentos inhumanos, e incluso si llegara a crecerle una planta en el cuerpo, no le parecería nada fuera de lo común. Sin embargo, lo que realmente le aterraba era perder sus habilidades. 

Cuando había dado a luz al pequeño, había perdido sus poderes durante tres meses. No quería volver a experimentar esa sensación de impotencia. 

La razón por la que podía ignorar los desprecios de los demás, que lo llamaban débil como un pollito, no era porque fuera magnánimo. Simplemente, no necesitaba prestarles atención: los hechos siempre demostraban que no era un inútil. 

Tener un bebé antes de casarse con un esposo malvadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora