El emperador soltó unas risas, pero no dijo nada y dejó que Jiang Manyue se fuera. En cuanto a si seguiría el camino que había planteado, el emperador no lo aclaró.
La actitud del emperador era ambigua, pero a Jiang Manyue no le interesaba analizarla demasiado. Los corazones insondables no son solo cosa de las mujeres; el corazón del emperador también era difícil de comprender. Tal vez tratar de descifrarlo era como buscar una gota de lluvia en el océano: una vez dentro, era imposible encontrar su rastro.
No había forma de predecirlo ni entenderlo. Quienes intentaban leer la mente del emperador solían acabar mal. Solo había dos tipos de personas que lograban enfrentarlo con éxito: los tontos que no se molestaban en adivinar nada y los inteligentes que, aun viendo con claridad, preferían retroceder y fingir que no habían visto nada.
Pero los que morían más rápido eran los que se creían demasiado listos.
Jiang Manyue decidió ser el tipo de tonto que no se molestaba en pensar demasiado. No estaba solo en el mundo; tenía pareja y un hijo pequeño, así que debía valorar su vida.
El edicto imperial llegó incluso antes de que Jiang Manyue regresara a casa. Cuando entró, vio a Yan Cai sosteniendo el edicto, perdido en sus pensamientos, mientras su hijo jugaba concentrado con una pelotita sobre la manta en el suelo.
Al verlo, Zaizai tiró la pelota a un lado e intentó levantarse, pero con sus brazos cortos y su cuerpo regordete, no logró hacerlo.
Jiang Manyue se apresuró a recogerlo del suelo y le dio un beso en la mejilla.
"¡Papá, papá!" Zaizai se retorcía emocionado en sus brazos, como si no lo hubiera visto en siglos. Sus brazos regordetes tenían una fuerza sorprendente, y su baba terminó embarrada en la cara de Jiang Manyue.
Al escuchar el ruido, Yan Cai salió de su ensimismamiento y dio un salto, golpeando todo lo que había sobre la mesa, incluido el edicto, que cayó al suelo. Rápidamente lo recogió, nervioso, asegurándose de que nadie lo hubiera visto tirarlo.
"Manyue, ¿qué significa esto?" Yan Cai sacudió el edicto amarillo brillante en su mano, seguro de que Jiang Manyue sabía la respuesta.
"¿Qué va a significar?" Jiang Manyue sonrió, sosteniendo al niño con un brazo mientras con el otro abrazaba a Yan Cai, que parecía confundido. "Es solo un título de príncipe sin responsabilidades. ¿No te alegra?"
"Esto... Parece demasiado bueno para ser cierto, como si hubiera gato encerrado."
"No te preocupes, no es nada importante." Jiang Manyue hizo que Yan Cai se sentara con él en una silla cercana. Ambos quedaron tan juntos que sus rodillas se rozaban. Jiang Manyue tomó la mano de Yan Cai y acarició suavemente la yema de sus dedos. "No tendrás que hacer nada. Es solo un título que te permitirá recibir una pensión cada mes. 'Xiaoyao' significa disfrutar de la libertad, ¿no?"
Yan Cai se conmovió y se dejó deslizar de la silla, apoyando la cabeza sobre las rodillas de Jiang Manyue. El niño, al ver la cabeza de su padre tan cerca, intentó jalarle el cabello, pero Yan Cai lo detuvo rápidamente.
"¿Entonces encontré un trabajo en el que me pagan cada mes sin hacer nada?" Yan Cai parecía haber captado el detalle más importante.
La sonrisa habitual y perfecta de Jiang Manyue se congeló por un momento. Luego, resignado, miró a Yan Cai. Claro, Yan Cai no quería complicarse; lo único que le importaba era la pensión.
Yan Cai ignoró la mirada de Jiang Manyue y se estiró, emitiendo un par de gruñidos de satisfacción. No podía evitarlo: le gustaba el dinero, pero era demasiado perezoso para trabajar.
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Tener un bebé antes de casarse con un esposo malvado
RomancePara leer la sinopsis, entra en la historia ♡