El grupo encontró un supermercado cercano. Estaba vacío, sin gente ni zombies. Todos recorrieron el lugar como una plaga de langostas, llevándose todo lo que podían encontrar, sin dejar nada atrás.
Los dos hermanos, que no tenían mucha experiencia con el mundo exterior, se maravillaban con todo lo que veían, pero sabían que no podían mostrar su falta de experiencia en ese momento, así que se limitaron a seguir de cerca a Yan Cai, sin separarse de él ni un paso. Yan Cai no hizo nada para alejarlos, permitiendo que esas dos "colitas" se quedaran detrás de él.
El supermercado, al parecer, estaba en una zona remota, por lo que aún quedaban muchas cosas. Mientras los demás se lanzaban desesperadamente sobre la comida que todavía no había caducado, Yan Cai, cargando su mochila, se dirigió hacia otro sector, siempre con los dos pequeños siguiéndolo de cerca, sin atreverse a separarse de él.
"¿No van con ellos a buscar comida? Se va a acabar pronto", comentó Yan Cai, echando un vistazo hacia el grupo, donde algunos ya comenzaban a pelearse por los alimentos.
"Queremos quedarnos contigo," respondió ZaiZai.
El hermano menor levantó el dulce de fruta confitada que llevaba en la mano y añadió que todavía tenía eso para comer.
Yan Cai pensó para sí: 'Niños tontos. El dulce no va a llenarlos'. Sin embargo, no era su responsabilidad enseñarles ese tipo de cosas.
Primero fue a la sección de equipos de campamento, pero no encontró sacos de dormir, seguramente ya se los habían llevado. Entonces se dirigió a la sección de textiles y, al ver que aún quedaban algunas mantas, se sintió aliviado. Al menos quedaban mantas, probablemente porque eran demasiado pesadas para llevar durante el viaje. Tomó una manta de plumas y se la echó al hombro. ZaiZai lo miró extrañado.
"Hace calor, ¿por qué necesitamos mantas?"
Pero para ZaiZai, todo lo que hacía su "papá" siempre tenía un buen motivo.
"Si no quieres congelarte por la noche, lleva una manta", le indicó Yan Cai.
"¡Sí, sí!" Respondieron felices los dos hermanos, pensando que su "papá" los estaba cuidando. ZaiZai tomó la manta más grande que encontró.
Al ver las expresiones inocentes y alegres de los niños, Yan Cai sintió una extraña sensación. No eran muy listos, pero tenían buen corazón. No le costaba nada darles algunas recomendaciones.
"Vayan allá y busquen ropa gruesa. La necesitarán más tarde", les indicó, señalando la zona de ropa.
Al ver que su hermano mayor cargaba una manta, el menor corrió hacia la ropa, tomando varias prendas gruesas, sin preocuparse por las tallas. Era probable que todas les quedaran grandes.
Con las mantas y la ropa en mano, regresaron al hall del supermercado. La entrada principal ya estaba sellada; esa noche no viajarían, sino que descansarían allí.
Algunos del grupo regresaron satisfechos, con comida en las manos, mientras que otros, heridos por peleas, volvieron con las manos vacías. Sin embargo, muy pocos, como Yan Cai y los hermanos, trajeron mantas e incluso un par de alfombras para poner en el suelo.
"¿Se volvieron locos por el virus zombie? ¿Mantas con este calor?", alguien comentó, sosteniendo un termómetro que mostraba 37°C, dejando claro que no era momento para cubrirse con mantas.
Yan Cai no se molestó en responder.
Algunos, sin embargo, al ver lo que hacía, lo imitaron en silencio. Eran los que habían estado con él en equipos anteriores y sabían que Yan Cai tenía un talento especial para prever cosas inesperadas.
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Tener un bebé antes de casarse con un esposo malvado
RomancePara leer la sinopsis, entra en la historia ♡