Blaze, Tails y Marine corrían a través de las calles desoladas, entre los escombros de edificios destruidos y bajo el cielo oscurecido por las naves de Neo Metal Sonic Supremo. Las sombras de los Metal Sonics caían sobre ellos como presagios de la devastación que estaba por venir. Tails había intentado rastrear la señal de Sonic, pero todo indicaba que su amigo había sido capturado por Neo Metal Sonic Supremo, lo que llenaba de preocupación y temor a todo el equipo.
—Blaze, no podemos perder más tiempo.—dijo Tails, volando con sus colas a toda velocidad mientras miraba el radar en su dispositivo portátil—. Sonic está en peligro, y parece que Neo Metal Sonic Supremo está preparándose para algo mucho peor.
Blaze miraba al horizonte con determinación. Aunque su rostro mantenía su compostura, su interior estaba en un caos. Había dejado a Sonic atrás, y ahora la culpa la consumía. Mientras se movían rápidamente por las ruinas, no podía sacarse de la cabeza la idea de que, de alguna manera, había fallado a su amigo. El vínculo entre ellos se había hecho más fuerte desde que compartieron aquel momento accidental, pero ahora eso parecía lejano, casi irrelevante comparado con la magnitud de la amenaza que enfrentaban.
—No puedo dejar que nada le pase a Sonic,—pensó Blaze mientras apretaba los puños con fuerza—. Él siempre ha estado ahí para todos nosotros. Ahora es nuestro turno de salvarlo a él.
Mientras tanto, en una celda oculta dentro de la fortaleza de Neo Metal Sonic Supremo, Sonic seguía atrapado en una pesadilla emocional. El video de la supuesta muerte de Espio seguía rondando en su mente, atormentándolo. Aunque algo en su interior le decía que no todo era como parecía, la devastación y el dolor eran tan abrumadores que le costaba pensar con claridad. ¿Y si Espio realmente había sido asesinado? ¿Y si no solo él, sino todos sus amigos estaban siendo destruidos uno por uno mientras él permanecía impotente?
De repente, la puerta de la celda se abrió, y frente a Sonic apareció Neo Metal Sonic Supremo, su figura imponente proyectando una sombra oscura sobre él.
—Sonic el erizo.—dijo Neo Metal Sonic Supremo con su voz metálica y amenazante—. Debo decir que es un espectáculo interesante verte tan indefenso. Es casi... poético.
Sonic levantó la mirada con furia. Aunque estaba atado y debilitado, su espíritu aún no estaba completamente roto.
—¡Deja de hablar y termina con esto!—gritó Sonic, con la voz quebrada, pero llena de desafío—. Si vas a destruirme, hazlo ya. Pero no toques a mis amigos.
Neo Metal Sonic Supremo se rió, un sonido escalofriante que resonaba en la pequeña celda.
—¿Destruirte? Oh, no, Sonic. Eso sería demasiado sencillo. No, quiero algo más de ti. Algo que haría que tu sufrimiento sea mucho más dulce.—dijo el villano, mientras se inclinaba hacia él, mirándolo fijamente con sus ojos rojos brillantes—. Quiero que te unas a mí. Quiero que seas testigo de la destrucción del mundo que tanto amas.
Sonic lo miró con incredulidad.
—¿Unirme a ti? ¿Después de todo lo que has hecho? ¡Estás loco! Nunca traicionaría a mis amigos!—gritó, intentando zafarse de las cadenas.
—¿Estás seguro?—preguntó Neo Metal Sonic Supremo con una sonrisa retorcida—. Porque he preparado algo especial para ti. Algo que te hará reconsiderar tus opciones.
Con un simple gesto de su mano, una pantalla holográfica se desplegó en el aire. Para el horror de Sonic, la imagen que apareció esta vez fue aún peor. Vanilla y Cream, dos de sus amigos más inocentes, estaban atrapadas y siendo torturadas por los Metal Sonics. Los gritos de Cream resonaban con fuerza mientras su madre intentaba protegerla, recibiendo el impacto brutal de los golpes.
—¡No, no! ¡Vanilla! ¡Cream!—gritó Sonic, tratando de liberarse con todas sus fuerzas, pero las cadenas eran demasiado fuertes.
Los ojos de Sonic estaban llenos de lágrimas. Cream era solo una niña, y ver cómo ella y su madre eran brutalmente atacadas era más de lo que podía soportar. Vanilla intentaba mantenerse firme, tratando de proteger a su hija, pero era en vano. Los Metal Sonics no mostraban piedad. Cada golpe, cada descarga eléctrica, hacía que el corazón de Sonic se rompiera más y más.
Neo Metal Sonic Supremo disfrutaba cada segundo del sufrimiento de Sonic.
—¿Ves ahora?—dijo el villano, con una sonrisa de satisfacción—. Puedo mostrarte esto una y otra vez. Cada vez que cierres los ojos, recordarás el dolor que ellos sintieron. Todo lo que tienes que hacer es rendirte, Sonic. Ríndete, y dejaré de torturarlos.
Sonic cerró los ojos, tratando de bloquear las imágenes, pero el dolor era demasiado. La desesperación comenzaba a nublar su juicio. No podía soportar ver esto otra vez.
—¡Por favor, detente!—rogó Sonic, con la voz quebrada—. ¡Ellas no tienen nada que ver con esto! ¡Déjalas ir!
—Solo depende de ti, Sonic.—dijo Neo Metal Sonic Supremo, sus ojos brillando con malicia—. Tú tienes el poder de detener su sufrimiento. Solo di las palabras y pondré fin a todo esto.
Sonic luchaba internamente. Sabía que rendirse significaría el fin de todo lo que había jurado proteger, pero ver a sus amigos sufrir de esa manera lo estaba destrozando.
Mientras Sonic luchaba con su decisión, Neo Metal Sonic Supremo dio un paso atrás, complacido con el estado en que había dejado al héroe.
—Tómate tu tiempo, Sonic. No hay prisa. Al final, verás que unirte a mí es la única opción.—dijo antes de salir de la celda, dejando a Sonic solo con sus pensamientos y el horror de lo que había presenciado.
Mientras tanto, en las afueras de la fortaleza, Blaze, Tails y Marine se acercaban a su destino. La señal de Sonic se había debilitado, pero Tails logró rastrear su ubicación general. Sabían que no tenían mucho tiempo.
—Tails, ¿cuánto falta para llegar?—preguntó Blaze, claramente impaciente.
—Estamos cerca. Solo un par de kilómetros más.—respondió Tails, revisando su radar—. Pero... algo no está bien. Hay una energía extraña proveniente de la fortaleza.
Blaze apretó los dientes. Sabía que tenían que actuar rápido. Sonic estaba en peligro, y cada segundo que pasaba solo aumentaba el riesgo de que algo terrible ocurriera.
—No podemos permitir que Neo Metal Sonic gane.—dijo Blaze con determinación—. Vamos a sacar a Sonic de allí, cueste lo que cueste.
Marine, que estaba nerviosa pero dispuesta a ayudar, asintió con la cabeza.
—Sí, no dejaré que ese montón de chatarra se salga con la suya.
Blaze miró hacia adelante, con el fuego ardiendo en sus ojos. Estaban a punto de enfrentarse a uno de los enemigos más peligrosos que jamás habían visto, pero no había espacio para la duda. Sonic los necesitaba, y estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para salvarlo.
De vuelta en la celda, Sonic seguía luchando con sus emociones. Las imágenes que Neo Metal Sonic Supremo le había mostrado lo estaban destrozando por dentro, pero sabía que rendirse significaría el fin de todo lo que amaba. No podía dejar que eso sucediera.
—Nunca... me... rendiré.—dijo Sonic, con una mirada de determinación en sus ojos.
Neo Metal Sonic Supremo frunció el ceño, claramente frustrado por la resistencia de Sonic.
—Muy bien, Sonic. Si eso es lo que quieres... entonces te haré presenciar el fin del mundo.
Y con esas palabras, Neo Metal Sonic Supremo activó una serie de explosiones en las ciudades cercanas, desatando una ola de destrucción que Sonic solo podía observar desde la pantalla. El fin había comenzado, y Sonic, debilitado y encadenado, podía hacer poco para detenerlo.
Blaze, Tails y Marine finalmente llegaron a la entrada de la fortaleza. Estaban listos para la batalla final. Sonic los necesitaba, y estaban decididos a salvarlo, sin importar el costo.
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Sonaze un amor dimencional
Adventureen este universo nuestro erizo azulado se veia todo triste, como si se sintiera solo el quisiera amar a alguien ( alguien que no este loca por el) alguien que le entienda