Cap.28 La Batalla de los Desquiciados

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El rugido de las llamas de Burning Blaze llenaba el aire, creando una barrera temporal entre Sonic y sus amigos. Blaze estaba en su forma más poderosa, pero la locura en los ojos de Sonic la hacía dudar de si sería suficiente para traerlo de vuelta. Las risas maníacas de Sonic continuaban resonando en el campo de batalla, mientras él lanzaba ataques erráticos, pero devastadores.

Tails y Marine, aún agotados por la intensidad de la lucha, se mantenían a una distancia segura. Habían visto cómo Sonic, su amigo de toda la vida, había sido consumido por la oscuridad y la locura tras ser torturado mentalmente por las grabaciones falsas de Neo Metal Sonic Supremo. Cada imagen falsa de muerte y destrucción había empujado a Sonic más lejos de la realidad, y ahora no quedaba nada más que una sombra de lo que solía ser.

—¡No podemos rendirnos! —gritó Tails, con desesperación en su voz—. ¡Blaze, sigue luchando! ¡No podemos perderlo!

Blaze asintió, pero sabía que no era una simple cuestión de fuerza. El verdadero Sonic estaba atrapado en algún lugar dentro de esa carcasa llena de locura. Y si no lo traían de vuelta, podrían perderlo para siempre.

Sonic cargó hacia Blaze una vez más, lanzándose en un violento Spindash que la empujó hacia atrás. Blaze apenas pudo bloquear el impacto con sus llamas ardientes, pero la fuerza de Sonic era asombrosa, incluso en su estado de demencia. Cada golpe que lanzaba parecía estar cargado no solo con poder, sino también con rabia y desesperación.

—¡Sonic! —gritó Blaze—. ¡Esto no eres tú!

Las palabras cayeron en oídos sordos. Sonic no escuchaba nada más que las voces de la locura que lo habían consumido. Neo Metal Sonic Supremo había hecho un trabajo magistral al romper su voluntad, y ahora estaba disfrutando de cada momento desde las sombras, viendo cómo su plan se desarrollaba a la perfección.

Tails, con una chispa de esperanza, ideó un plan en su mente. Sabía que la única forma de liberar a Sonic de su estado actual no era solo derrotarlo, sino también conectarse con la parte de él que todavía era buena, esa chispa que aún debía estar enterrada en algún lugar bajo toda la oscuridad. Pero para hacer eso, tendrían que encontrar una manera de detener físicamente su locura sin matarlo.

—Marine, necesito que me cubras —dijo Tails con decisión, mientras comenzaba a trabajar en un dispositivo improvisado usando las piezas que tenía en su mochila.

—¡Lo que sea, compañero! ¡Solo dime qué hacer! —respondió Marine, siempre dispuesta a ayudar, aunque la situación era desesperada.

Mientras Blaze mantenía a Sonic a raya con sus llamas, Tails comenzó a ensamblar un dispositivo que pudiera emitir una onda electromagnética, lo suficientemente fuerte como para desestabilizar el estado mental de Sonic y tal vez, solo tal vez, traerlo de vuelta a la cordura. Era un plan arriesgado, pero no tenían otra opción.

De repente, Sonic cambió de dirección y se lanzó directamente hacia Tails y Marine. Blaze intentó detenerlo, pero Sonic era demasiado rápido. Con una risa maníaca, Sonic se abalanzó sobre Tails, dispuesto a destrozarlo.

—¡No lo harás, Sonic! —gritó Marine mientras saltaba en el camino de Sonic, intentando distraerlo.

El golpe de Sonic fue brutal. Marine salió volando por los aires y chocó contra una roca cercana. Pero su sacrificio le dio a Tails el tiempo suficiente para activar el dispositivo que había creado.

—¡Ahora! —gritó Tails, pulsando el interruptor del dispositivo justo cuando Sonic estaba a punto de atacarlo.

Una onda de energía azul salió disparada del dispositivo y envolvió a Sonic. Por un momento, Sonic se detuvo. Su cuerpo comenzó a temblar violentamente, como si estuviera luchando internamente contra la locura que lo consumía. Su risa se detuvo, y por un breve instante, sus ojos volvieron a ser los de antes. Un destello de reconocimiento cruzó su mirada.

—T-Tails... —murmuró Sonic, su voz débil y llena de confusión.

Blaze y Tails lo miraron con esperanza, pero sabían que no podían bajar la guardia. Aunque parecía que estaban logrando un avance, la locura aún lo consumía.

—¡Sonic, escucha! —gritó Tails, corriendo hacia su amigo, sin miedo—. ¡Somos nosotros! ¡Tus amigos! ¡No tienes que hacer esto!

Sonic se tambaleó hacia atrás, agarrándose la cabeza como si estuviera luchando contra algo invisible. Las imágenes de las grabaciones falsas, los gritos de sus amigos que lo atormentaban, todo eso seguía resonando en su mente. Pero dentro de él, la verdadera batalla estaba ocurriendo. La lucha entre su verdadera esencia y la locura que lo controlaba.

—No... puedo... —Sonic cayó de rodillas, su respiración entrecortada, su mente dividida entre la cordura y la oscuridad.

—¡Sonic, por favor! —Blaze se acercó a él, las llamas a su alrededor apagándose levemente, en señal de su preocupación—. ¡Regresa con nosotros!

Pero antes de que pudieran hacer algo más, una risa resonó en el aire, una risa que no pertenecía a Sonic. Neo Metal Sonic Supremo apareció desde las sombras, observando la escena con una expresión de triunfo en su rostro metálico.

—¿De verdad creen que pueden salvarlo? —dijo con una voz fría y despectiva—. Él ya es mío. No queda nada por lo que luchar.

Tails y Blaze miraron a Neo Metal Sonic Supremo con odio, sabiendo que él era la causa de toda esta destrucción. Pero sabían que no podían enfrentarlo directamente mientras Sonic seguía en ese estado.

—No dejaré que te salgas con la tuya, Neo Metal Sonic —dijo Blaze con firmeza, levantándose y encendiendo nuevamente sus llamas—. Sonic es nuestro amigo, y lo recuperaremos.

—Típico —respondió Neo Metal Sonic con una sonrisa burlona—. Siempre hablando de amistad, cuando todo lo que realmente importa es el poder.

En ese momento, Sonic se levantó lentamente, su cuerpo aún temblando. Pero algo había cambiado. La sonrisa macabra había desaparecido de su rostro, reemplazada por una expresión de ira controlada.

—Tails... Blaze... —dijo, con una voz más firme—. No dejaré que... esto termine así.

Sonic estaba empezando a luchar contra la oscuridad, pero la batalla aún no había terminado. Neo Metal Sonic Supremo no iba a rendirse tan fácilmente, y el tiempo se estaba agotando.

La locura podía haber consumido a Sonic, pero su voluntad de luchar por sus amigos aún brillaba en su interior. La batalla final estaba a punto de comenzar.

Sonaze un amor dimencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora