Cap.31 Ecos En La Oscuridad

11 1 0
                                    

El campo de batalla estaba cubierto por una atmósfera densa y sofocante. Burning Blaze, Tails y Marine permanecían de pie, jadeando de agotamiento. El sudor goteaba de sus cuerpos heridos, y sus ojos reflejaban la desesperación mezclada con la determinación inquebrantable de no rendirse. Los ataques incesantes de Neo Metal Sonic Supremo habían dejado cicatrices profundas, tanto en sus cuerpos como en sus almas. Pero la voluntad de luchar aún brillaba en ellos, aunque su luz parecía tenue.

Frente a ellos, Neo Metal Sonic Supremo y Sonic los observaban en un silencio inquietante, como depredadores acechando a sus presas. Sonic, con una sonrisa torcida y vacía, estaba irreconocible. La locura había consumido su mente, devorando todo rastro del héroe que una vez fue. Sus ojos, que alguna vez habían irradiado valentía y compasión, ahora sólo mostraban vacío y crueldad.

Cada paso que Sonic daba hacia ellos era una herida más en los corazones de sus amigos. Blaze miraba fijamente a su amigo, tratando de buscar, aunque fuera una chispa, del antiguo Sonic. La culpa se arremolinaba en su interior. ¿Y si hubiera hecho algo antes? ¿Y si hubiera llegado a tiempo? Tails, por otro lado, no podía soportar la idea de perder a Sonic. Para él, Sonic era más que un amigo; era su hermano, su mentor, su héroe. Y verlo en ese estado, tan lejos de lo que era, rompía su corazón en pedazos.

Mientras tanto, en la mente de Sonic, la verdadera batalla se libraba.

Dentro de su mente, el verdadero Sonic estaba acurrucado en un rincón oscuro, temblando. Las sombras de múltiples Sonics locos lo rodeaban, riendo de manera maniaca. Las carcajadas resonaban, rebotando en las paredes de su subconsciente como ecos distorsionados.

Nunca volverás a ser tú mismo... —una de las sombras siseó, su voz tan afilada como una navaja—. Esto es lo que eres ahora... esto es lo que siempre has sido.

Sonic apretó los ojos, intentando bloquear el ruido. No quería escucharlos. No podía. Pero cada risa, cada burla, cada palabra venenosa, se clavaba más profundamente en su mente, debilitando su espíritu. Las imágenes de sus amigos siendo torturados, asesinados en las grabaciones falsas que Neo Metal Sonic le había mostrado una y otra vez, seguían reproduciéndose sin fin en su mente.

Su voluntad de luchar, esa chispa que había sido su fuerza durante todas sus batallas pasadas, estaba apagándose lentamente.

Pero entonces, en medio de esa oscuridad, Sonic escuchó algo diferente.

No era una burla. No era una sombra. Era una voz... una voz que le resultaba familiar.

Sonic... —la voz era suave, pero clara, como un eco lejano, llamándolo desde las profundidades de su propia mente.

Sonic levantó lentamente la cabeza, sus ojos aún llenos de confusión. ¿Quién lo estaba llamando? ¿Podía ser real, o era otro truco de su mente quebrada?

Sonic... ¿dónde estás? —esta vez, la voz era más fuerte, más insistente.

Era Tails. Sonic podía escuchar la voz de su mejor amigo atravesando la neblina de su locura. Era un sonido cálido, genuino, lleno de preocupación. Tails lo estaba buscando, tratando de traerlo de vuelta desde el borde del abismo en el que estaba a punto de caer por completo.

Pero no era solo la voz de Tails.

Poco a poco, otras voces comenzaron a unirse. Blaze, Marine, incluso voces de otros amigos que Sonic había visto "morir" en las horribles grabaciones falsas. Cada una de ellas, llamándolo, recordándole quién era.

Sonaze un amor dimencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora