Cap.32 El Renacer de los heroes

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El viento comenzó a soplar con furia en el campo de batalla, agitando las hojas de los árboles cercanos y llenando el aire de tensión. Sonic, todavía con la respiración agitada, se tambaleaba de pie. Su cuerpo estaba exhausto, sus músculos dolían, pero su mente comenzaba a despejarse. La sonrisa macabra que lo había consumido se había desvanecido, y en su lugar, el verdadero Sonic estaba comenzando a despertar. Podía sentir la gravedad de sus acciones pasadas, los horrores que había presenciado en las grabaciones falsas de Neo Metal Sonic Supremo, y el dolor que había causado a sus amigos mientras estaba fuera de control.

Tails observaba a Sonic con preocupación, pero con un rayo de esperanza brillando en sus ojos. Sabía que el verdadero Sonic estaba de vuelta. Lo veía en su mirada, en la manera en que el erizo temblaba por la culpa y el arrepentimiento. Sin embargo, no había tiempo para remordimientos. Neo Metal Sonic Supremo seguía acechando, y el peligro no había pasado.

¡Sonic! —gritó Tails, su voz fuerte, cortando el aire—. ¡La Esmeralda Maestra! ¡Está en el bosque! ¡Corre, ve por ella antes de que sea demasiado tarde!

Sonic levantó la cabeza, sus ojos se enfocaron en Tails por un segundo, y en ese momento, algo se encendió en su interior. La chispa de esperanza que había estado buscando en su propia mente finalmente se materializó en el mundo real. Sonic sabía que no podía perder más tiempo. Si había una oportunidad de recuperar la Esmeralda Maestra, debía aprovecharla. Era su única esperanza para salvar a sus amigos, y tal vez, redimirse de los errores que había cometido.

Gracias, Tails. —murmuró Sonic, con una voz más segura que antes.

Sin dudarlo, Sonic giró sobre sus talones y comenzó a correr hacia el bosque. El sonido de sus pies golpeando el suelo resonaba con una fuerza nueva, su velocidad aumentaba con cada paso. Era el Sonic que todos conocían, el erizo más rápido del mundo, moviéndose a una velocidad que desafiaba la lógica. Mientras corría, las ramas de los árboles se apartaban a su paso, el viento se cortaba a su alrededor, y por un momento, Sonic sintió que podía dejar atrás la oscuridad que había nublado su mente.

Pero justo cuando Sonic estaba a punto de alcanzar la línea de árboles, una voz cortante y llena de desprecio resonó detrás de él.

¿Te aburres tan rápido, Sonic? —dijo Neo Metal Sonic Supremo, su tono lleno de veneno y superioridad—. Es momento de entenderlo de una vez por todas... ¡el menú de hoy eres tú, erizo!

Antes de que Sonic pudiera reaccionar, Neo Metal Sonic Supremo levantó una de sus manos metálicas, y un destello de luz se formó en la punta de sus dedos. Un segundo después, lanzó un rayo letal que atravesó el aire, dirigiéndose directamente hacia Sonic. El rayo chisporroteaba con energía destructiva, un arma diseñada para desintegrar cualquier cosa en su camino.

Todo pasó en un instante. Sonic, aunque rápido, estaba desprevenido. El rayo se acercaba a una velocidad aterradora, y en ese breve momento, Sonic no pudo hacer nada más que mirar cómo la muerte se abalanzaba sobre él. Estaba a punto de cerrar los ojos, preparado para lo peor.

Pero entonces, una figura apareció frente a él.

Blaze.

En un movimiento desesperado, Blaze se interpuso entre Sonic y el rayo, su cuerpo cubierto de las llamas ardientes de su transformación en Burning Blaze. Las llamas la envolvían, creando un escudo de calor tan intenso que distorsionaba el aire a su alrededor. Blaze no dudó ni un segundo. Saltó hacia Sonic, empujándolo fuera del camino y extendiendo sus brazos, recibiendo de lleno el impacto del rayo.

El rayo golpeó el cuerpo de Blaze con una fuerza abrumadora, haciendo que sus llamas chisporrotearan y se debilitaran por un momento. El dolor era insoportable, pero Blaze aguantó. Apretó los dientes y resistió el golpe, protegiendo a Sonic a costa de su propio bienestar.

Cuando el rayo finalmente se disipó, Blaze cayó al suelo, jadeando por el esfuerzo. Su cuerpo temblaba, pero su mirada seguía fija en Sonic, llena de una emoción que nunca antes había sentido tan intensamente.

Sonic... —dijo Blaze, su voz temblorosa pero firme—. No... no podía dejar que te pasara algo... no después de todo esto.

Sonic, aún en estado de shock, se acercó a Blaze. Había algo en su expresión, algo que él nunca había visto antes en ella. Una emoción más allá de la simple amistad o camaradería. Blaze había arriesgado su vida para salvarlo, y en ese instante, Sonic sintió algo que nunca había sentido con tanta claridad.

Blaze... —comenzó Sonic, pero no pudo encontrar las palabras. Una mezcla de gratitud y algo más inundaba su corazón.

Pero Blaze simplemente sonrió débilmente, recuperando el aliento mientras se levantaba con dificultad.

No te detengas ahora, Sonic. Todavía tienes que encontrar la Esmeralda Maestra. —le dijo, volviendo a su tono decidido—. No podemos darnos por vencidos... aún hay una batalla que ganar.

Sonic asintió, sus emociones aún mezcladas, pero su determinación renovada. Miró a Blaze, y luego, sin perder más tiempo, volvió a correr hacia el bosque.

Dentro del denso follaje, Sonic avanzó rápidamente. La Esmeralda Maestra lo llamaba, su energía débil, pero aún presente. A medida que se acercaba, pudo sentir su poder creciente. Sabía que la Esmeralda estaba dañada, pero aún quedaba algo de energía en su interior, suficiente para darle una última oportunidad de luchar.

Finalmente, Sonic llegó a un pequeño claro en medio del bosque, donde la Esmeralda Maestra descansaba sobre un pedestal de piedra antiguo. La joya, aunque no tan brillante como las Esmeraldas del Caos, seguía emanando un aura de poder místico. Sonic la miró con determinación, sabiendo que esta era su única oportunidad.

Es ahora o nunca. —murmuró, acercándose a la Esmeralda.

Al tocar la Esmeralda Maestra, una oleada de energía recorrió su cuerpo. El poder de la Esmeralda, aunque debilitado, comenzó a fusionarse con él, despertando su verdadera fuerza. Sonic podía sentir cómo sus heridas sanaban, su mente se despejaba por completo, y su velocidad aumentaba exponencialmente. Una luz dorada lo rodeaba, envolviéndolo en un resplandor que se hacía más y más brillante.

Y entonces, en un destello de pura energía, Sonic se transformó.

Frente a los ojos de Blaze, Tails y Marine, Sonic emergió de la luz como Super Sonic, su forma dorada brillando con un poder renovado. El aire vibraba a su alrededor, y sus ojos destellaban con una confianza inquebrantable. La Esmeralda Maestra había hecho lo suficiente. A pesar de estar debilitada, había dado a Sonic el impulso necesario para volver a ser el héroe que todos necesitaban.

Neo Metal Sonic Supremo, observando desde la distancia, soltó una risa fría y llena de desprecio.

Así que todavía tienes algo de pelea en ti, ¿eh, Sonic? —dijo, su voz metálica resonando en el aire—. Pero no importa cuántas veces te levantes, al final, caerás. Y cuando lo hagas, este mundo será mío.

Sonic, ahora en su forma de Super Sonic, flotaba en el aire, observando a su enemigo con una calma calculada. Sabía que la batalla aún no había terminado, pero ahora, tenía el poder para enfrentar a Neo Metal Sonic Supremo de igual a igual.

Esto no ha terminado, Neo Metal Sonic. —dijo Sonic, su voz resonando con una fuerza renovada—. Voy a detenerte, cueste lo que cueste.

Blaze, que observaba desde abajo, sintió una nueva oleada de esperanza. Sonic estaba de vuelta, y esta vez, no estaba solo. Con Super Sonic de su lado, tal vez, solo tal vez, tenían una oportunidad de derrotar a Neo Metal Sonic Supremo y salvar su mundo del caos.

Pero la batalla final estaba a punto de comenzar.

Sonaze un amor dimencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora