El campo de batalla estaba en completo caos. Una nube densa de polvo y energía envolvía a los héroes y a su enemigo. El suelo temblaba bajo la presión de cada golpe que intercambiaban. Las chispas eléctricas saltaban desde Neo Metal Sonic Supremo, mientras los rayos de fuego de Burning Blaze intentaban perforar su defensa impenetrable.
Sonic, quien apenas lograba mantenerse en pie después de todo lo que había pasado, sentía que su mente estaba al borde del colapso. Su sonrisa macabra había desaparecido, sustituida por una expresión de puro agotamiento y confusión. Su mente, que antes había sido su mayor fortaleza, ahora era una tormenta de pensamientos erráticos y desesperados.
Cada vez que intentaba concentrarse, los recuerdos de las falsas grabaciones volvían a su mente, como si estuvieran grabados a fuego. Veía a sus amigos siendo destrozados una y otra vez en su cabeza. Blaze, Tails y Marine luchaban a su lado, pero él sentía una distancia enorme entre ellos, como si estuviera aislado en su propio mundo de sufrimiento y rabia.
Mientras tanto, Burning Blaze se enfrentaba a Neo Metal Sonic Supremo con todo el poder que podía reunir. Sus llamas eran intensas, más que nunca antes, pero Neo Metal Sonic Supremo parecía anticipar cada uno de sus movimientos. Era como si hubiera aprendido a adaptarse al estilo de lucha de Blaze, contrarrestando cada ataque con precisión mecánica.
Cada vez que Blaze lanzaba un golpe, Neo Metal Sonic Supremo respondía con una contragolpe devastador, forzando a Blaze a retroceder. La frustración comenzaba a asentarse en su interior, su respiración se volvía más pesada y su mente se llenaba de dudas.
Tails y Marine, por su parte, no estaban en mejor posición. Habían logrado evitar el ataque de Sonic, quien los había emboscado con una ferocidad inesperada, pero el enfrentamiento los había debilitado. Tails, aunque con la inteligencia y el ingenio de siempre, estaba emocionalmente agotado. Ver a su mejor amigo transformado en algo que apenas podía reconocer lo había destrozado por dentro.
—Sonic... no puedes dejar que esto te consuma... —gritó Tails, con la voz temblorosa pero firme.
Pero Sonic no respondió. En su mente, los ecos de las muertes de sus amigos y el caos de la batalla lo hacían incapaz de escuchar. Su cuerpo se movía de forma automática, impulsado por la desesperación. Había perdido el control.
Marine, que se mantenía junto a Tails, intentaba encontrar una forma de ayudar. Sabía que Sonic era peligroso en su estado actual, pero no podía abandonarlo. Ellos eran su familia, y aunque Sonic estuviera consumido por la locura, Marine se negaba a rendirse.
—¡Tenemos que detenerlo, Tails! —dijo Marine con una mezcla de determinación y miedo—. ¡No podemos dejar que siga así!
Tails asintió, pero su mirada estaba llena de preocupación. Sabía que detener a Sonic no era simplemente una cuestión de fuerza. Algo había roto dentro de su amigo, algo profundo y oscuro.
De repente, Sonic volvió a lanzarse contra ellos. Sus movimientos eran rápidos y brutales, pero carentes de la precisión calculada de su antiguo yo. Era como un animal herido, atacando sin pensar en las consecuencias. Tails activó uno de sus dispositivos, creando un escudo de energía justo a tiempo para bloquear el ataque de Sonic, pero el impacto los hizo retroceder varios metros.
Marine, con las manos temblando, comenzó a lanzar objetos a Sonic para intentar distraerlo, pero cada vez que fallaba, la desesperación se hacía más evidente en su rostro.
Burning Blaze, al ver la lucha entre Sonic, Tails y Marine, sabía que tenía que poner fin a todo esto. Si no derrotaban a Neo Metal Sonic Supremo pronto, no solo perderían la batalla, sino que también perderían a Sonic para siempre. Blaze se concentró, canalizando el fuego dentro de ella, y lanzó un ataque masivo hacia Neo Metal Sonic Supremo, haciendo que retrocediera momentáneamente.
Neo Metal Sonic Supremo, sin embargo, no estaba dispuesto a ceder terreno. Se recuperó rápidamente y se lanzó hacia Blaze con una velocidad devastadora, atacando con una ráfaga de golpes que apenas pudo bloquear. La diferencia de poder entre ellos comenzaba a ser demasiado evidente, y Blaze sabía que el tiempo estaba en su contra.
Sonic, mientras tanto, después de su último ataque, se quedó quieto por un momento. Respiraba con dificultad, su mente aún perdida en la oscuridad. Tails lo observó cuidadosamente, buscando una oportunidad para razonar con él.
—Sonic... —susurró Tails—, sé que aún estás ahí, en algún lugar. Por favor, vuelve con nosotros...
Por un momento, los ojos de Sonic se enfocaron en Tails. Parecía haber un destello de reconocimiento, una pequeña chispa de su antigua personalidad intentando resurgir. Pero antes de que pudiera reaccionar, Neo Metal Sonic Supremo lanzó un rayo de energía hacia el grupo, obligándolos a separarse.
Tails y Marine cayeron al suelo, mientras que Blaze fue enviada volando por el impacto. Sonic, por su parte, permaneció inmóvil, mirando al vacío.
—¿Sonic? —dijo Tails, pero no recibió respuesta.
Neo Metal Sonic Supremo aterrizó frente a ellos, su sombra cubriendo a todos como una manifestación de la inminente derrota.
—Es inútil... no pueden ganar —dijo Neo Metal Sonic Supremo con su voz metálica y fría—. Sonic ya es mío. Sus mentes débiles no tienen lugar en este nuevo mundo.
El ejército de Metal Sonic comenzó a rodearlos lentamente, cerrando el círculo. El momento decisivo se acercaba, y los héroes sabían que sus opciones eran limitadas.
Blaze, Tails y Marine, heridos pero decididos, intercambiaron miradas de determinación. No podían rendirse. A pesar de todo, sabían que aún había esperanza, y que de alguna manera, Sonic todavía podía ser salvado.
Pero la pregunta seguía en el aire: ¿a qué precio?
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Sonaze un amor dimencional
Pertualanganen este universo nuestro erizo azulado se veia todo triste, como si se sintiera solo el quisiera amar a alguien ( alguien que no este loca por el) alguien que le entienda