Sonic caminaba por la ciudad, fascinado por todos los cambios que había ocurrido en sus años de coma. Miraba a su alrededor con asombro: edificios nuevos, jardines restaurados, hasta monumentos que honraban sus batallas. La vida había seguido adelante sin él, pero la gente aún lo reconocía, y cada vez que alguien lo saludaba, él respondía con una sonrisa y un gesto amistoso.
—¡Sonic! —La voz familiar de Amy lo alcanzó desde atrás, y cuando se dio la vuelta, la vio corriendo hacia él, con una mezcla de emoción y alivio en su rostro.
—¡Amy! —Sonic sonrió, sorprendido de verla—. ¿Qué haces por aquí?
—¿Qué hago? ¡Sonic, he estado buscándote! —respondió ella, exhalando de la carrera. Con un entusiasmo inconfundible, Amy añadió—: No podías irte sin mí. Además, ¡debo mostrarte todo lo que ha cambiado!
Mientras ambos reían y charlaban, Blaze observaba a lo lejos. Había notado a Sonic primero, pero Amy había sido más rápida, alcanzándolo antes de que ella pudiera acercarse. Blaze se quedó quieta unos segundos, sintiendo una punzada en el pecho al ver a Amy y Sonic caminando tan cerca, sonriendo y conversando como si nada importara.
—¿Por qué siempre...? —Blaze susurró para sí misma, sintiéndose molesta.
No estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente. Con pasos silenciosos, comenzó a seguirlos a distancia, manteniendo su mirada atenta a cada movimiento de Sonic. Mientras lo observaba, sus pensamientos y sentimientos se agolpaban en su mente.
Mientras Amy señalaba nuevas tiendas y calles renovadas, intentaba encontrar las palabras para decirle lo que había estado sintiendo durante su ausencia.
—Sonic... he pensado mucho en ti estos años —dijo Amy, bajando la voz y mirando el suelo. Su sonrisa tímida reflejaba todos los días de espera y sus sentimientos por él—. Todos te extrañamos. Bueno, yo te extrañé... muchísimo.
Sonic se rascó la cabeza, un poco nervioso ante la intensidad de Amy. Sabía que ella siempre había sido una amiga cercana, pero en esos momentos de honestidad, podía sentir cuán profundos eran sus sentimientos.
—Gracias, Amy. Yo también... pensé en todos ustedes, y no puedo decirte lo importante que es saber que estuviste ahí para mí —respondió, tratando de transmitir su gratitud.
Blaze los observaba desde una esquina, y su frustración crecía con cada palabra. Recordaba los momentos en el hospital, cada día de espera en los que había dejado salir sus propios sentimientos, pero ahí estaba Amy, aprovechando cada segundo para acercarse a Sonic.
—No puede ser... ¿Por qué siempre tiene que estar ella primero? —murmuró Blaze, mientras sus ojos se oscurecían de tristeza y enojo.
Blaze continuó siguiéndolos mientras Sonic y Amy caminaban hacia el parque. Amy le contaba historias de todo lo que habían hecho para proteger la ciudad, de cómo sus amigos se habían esforzado para mantener la paz en su ausencia. Sonic escuchaba con atención, agradecido de tener a sus amigos y de saber que habían luchado por el bienestar de todos.
De repente, Blaze se dio cuenta de que Amy estaba a punto de confesarle sus sentimientos a Sonic. No podía permitirlo. Sintió una necesidad urgente de interrumpir, de hacerle saber a Sonic que también había estado ahí, que había sufrido por él y que lo había estado esperando.
—¡Sonic! —Blaze llamó, apareciendo detrás de un árbol cercano.
Sonic y Amy se giraron, sorprendidos de verla ahí.
—Blaze, ¿qué haces aquí? —preguntó Sonic, sonriendo de manera despreocupada. Pero al notar la expresión tensa en el rostro de Blaze, frunció el ceño, preocupado.
Amy no pudo ocultar su frustración.
—¿Estabas... siguiéndonos? —preguntó Amy, entrecerrando los ojos mientras miraba a Blaze con recelo.
Blaze no respondió directamente, pero sostuvo la mirada de Amy con firmeza.
—Quería hablar contigo, Sonic —dijo Blaze, sin apartar los ojos de él. La intensidad en su voz y su expresión denotaban la importancia de lo que quería decirle—. Hay algo que necesito que sepas.
Amy, sintiendo que ese momento era clave, intentó interponerse.
—Sonic y yo también estamos hablando de cosas importantes, Blaze. Así que si puedes esperar...
Blaze miró a Amy con determinación.
—He esperado suficiente, Amy. Y creo que Sonic debería saber... que yo también estuve a su lado. Que he estado preocupada y... —las palabras se le atascaban en la garganta, pero continuó—. No tienes el derecho de decidir quién puede estar cerca de él o no.
Sonic levantó las manos, intentando calmar la tensión entre ellas.
—Chicas, por favor, no quiero que esto termine en una pelea —dijo Sonic, intentando suavizar la situación.
Pero tanto Amy como Blaze ignoraron sus palabras. Ambas sentían la necesidad de expresar lo que llevaban dentro, y no estaban dispuestas a retroceder.
—¿Por qué estás tan decidida a seguirlo todo el tiempo, Blaze? —preguntó Amy, con los ojos llenos de desafío—. Sonic y yo compartimos una historia, y tú llegaste después, intentando tomar un lugar que no te pertenece.
Blaze sintió cómo esas palabras la herían, pero no dejó que la inseguridad la detuviera.
—Puede que llegara después, pero eso no significa que mis sentimientos no sean reales, Amy. Tú no eres la única que ha estado preocupada por él. Yo también estuve a su lado, día tras día, preguntándome si algún día despertaría.
Amy apretó los puños, luchando por contener sus emociones.
—Tal vez, Blaze, pero yo siempre he estado aquí, siempre he creído en él. Y creo que Sonic merece a alguien que no solo sea una amiga... sino alguien que lo quiera de verdad.
Blaze se quedó en silencio un momento, pero luego respondió en voz baja:
—Yo también lo quiero... tal vez más de lo que tú imaginas.
Sonic se sentía atrapado entre ambas. La intensidad de la conversación le hacía sentir culpable por no haber comprendido antes la profundidad de sus sentimientos.
—Chicas, esto no es algo que quiero ver entre nosotras —intentó decir, aunque sus palabras se perdieron en la tensión.
Amy dio un paso atrás, respirando hondo, sin dejar de mirar a Blaze.
—Está bien, Blaze. Tal vez ambas lo queremos, pero la diferencia es que yo no pienso renunciar a lo que siento —dijo, con una sonrisa decidida—. Él es importante para mí, y no voy a quedarme de brazos cruzados.
Blaze asintió, aceptando el desafío sin dudar.
—Entonces que sea así, Amy —respondió Blaze—. No estoy aquí para hacerte cambiar de opinión, pero tampoco pienso alejarme solo porque tú lo digas.
Sonic observó a ambas, sin saber qué decir. Aunque la tensión entre Amy y Blaze era evidente, él solo quería entender cómo había llegado a ser el centro de sus sentimientos y la razón de su rivalidad.
En el fondo, Amy y Blaze se dieron cuenta de que, aunque compartían el mismo amor por Sonic, tenían perspectivas diferentes y cada una estaba decidida a luchar por sus propios sentimientos.
Con una última mirada desafiante entre ellas, las dos chicas comprendieron que esta competencia no era algo que se resolvería fácilmente.
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Sonaze un amor dimencional
Pertualanganen este universo nuestro erizo azulado se veia todo triste, como si se sintiera solo el quisiera amar a alguien ( alguien que no este loca por el) alguien que le entienda