Cap.38 Dos años mas tarde

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El sonido lejano de un monitor de signos vitales fue lo primero que Sonic percibió al despertar. Era un sonido monótono, repetitivo, pero extrañamente reconfortante. No sabía cuánto tiempo había estado dormido, pero sentía su cuerpo pesado, adormecido, como si apenas pudiera mover un músculo. Abrió los ojos lentamente, parpadeando contra la luz brillante que entraba por las ventanas del hospital.

—¿Qué...? —intentó hablar, pero su voz salió débil, casi inaudible.

A su alrededor, todo parecía inusualmente tranquilo. La habitación era simple, con paredes blancas y muebles básicos. Junto a él, un monitor mostraba sus signos vitales, y al otro lado de la habitación, una silla vacía se apoyaba contra la pared. Sonic trató de recordar cómo había llegado hasta allí, pero su mente estaba llena de fragmentos de recuerdos confusos. Batallas, amigos, caos... todo era un torbellino en su cabeza.

El erizo azul intentó moverse, pero su cuerpo no respondía con la rapidez y agilidad que recordaba. Sentía los músculos tensos y doloridos, como si no los hubiera usado en mucho tiempo. Una leve sensación de pánico comenzó a surgir dentro de él.

—¿Dónde estoy...? —susurró de nuevo, esforzándose por hablar.

Justo en ese momento, la puerta se abrió lentamente, y un hombre de bata blanca entró en la habitación. Era el doctor encargado de su recuperación, un hombre mayor con una expresión de sorpresa en su rostro al ver que Sonic estaba despierto.

—¡Por el caos! —exclamó el doctor, visiblemente sorprendido—. ¡Sonic! ¡Has despertado!

Sonic parpadeó, tratando de enfocar su vista en el hombre que ahora estaba a su lado, revisando los monitores y asegurándose de que todo estuviera en orden. El erizo lo observaba con confusión. Todo se sentía extraño, fuera de lugar. Había una sensación incómoda de que algo estaba terriblemente mal, pero no podía precisar qué.

—¿Qué... qué está pasando? —logró preguntar finalmente, su voz todavía algo débil.

El doctor lo miró con una mezcla de sorpresa y compasión. A pesar de su emoción por ver a Sonic despierto, había algo más en sus ojos, algo que Sonic no podía descifrar del todo.

—Sonic... has estado en coma durante dos años —dijo el doctor con suavidad, como si temiera el impacto que sus palabras pudieran tener.

El tiempo pareció detenerse para Sonic. Dos años. La cifra resonaba en su mente una y otra vez, pero no parecía real. ¿Dos años? ¿Cómo podía ser eso posible? Él recordaba haber luchado, haber intentado proteger a sus amigos, y luego... nada. Oscuridad.

—¿Dos... años? —repitió Sonic, incrédulo—. No puede ser. Eso no tiene sentido.

El doctor asintió, entendiendo su confusión.

—Lo sé, es difícil de procesar. Pero es la verdad. Has estado en coma durante dos años, Sonic. Te encontramos después de la batalla con Neo Metal Sonic Supremo. Fue una lucha difícil, y sufriste heridas graves. Todos pensábamos que no lo lograrías... pero aquí estás.

Sonic dejó que las palabras se asentaran en su mente. La batalla. Los recuerdos comenzaron a regresar lentamente. Neo Metal Sonic Supremo, Blaze, Tails, Marine... las esmeraldas. Todo había sido tan caótico, tan intenso. Y luego, de repente, la oscuridad. Había estado luchando con todas sus fuerzas, pero había caído. Y ahora... dos años habían pasado.

—¿Qué... qué ha pasado? —preguntó Sonic, su corazón acelerándose—. ¿Dónde están mis amigos? ¿Qué ha pasado con la ciudad?

El doctor respiró profundamente, sabiendo que tendría que explicarle mucho.

Sonaze un amor dimencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora