Neo Metal Sonic Supremo flotaba en el cielo, su presencia dominante llenando el ambiente con una sensación de inevitable derrota. Mientras miraba desde las alturas a Sonic, Blaze, Tails y Marine, los recuerdos de sus anteriores enfrentamientos contra Sonic y sus amigos cruzaron su memoria digital. Las derrotas, los momentos en los que había sido superado por la velocidad y la astucia del erizo, le habían dejado cicatrices en su programación, pero ahora, todo eso parecía tan insignificante.
—Ya no soy el mismo ser que derrotaste antes —dijo Neo Metal Sonic Supremo, su voz resonando con eco metálico—. Ahora soy invencible.
Sonic, jadeando por el esfuerzo, miró a Blaze, Tails y Marine. La desesperación comenzaba a hundirse en sus corazones, pero ninguno de ellos estaba dispuesto a rendirse.
—Invencible, ¿eh? —respondió Sonic con su característico tono confiado, aunque dentro de sí sentía la presión creciente—. Ya veremos.
Pero antes de que pudieran moverse, Neo Metal Sonic Supremo extendió sus manos hacia las Esmeraldas del Caos que lo rodeaban. Los héroes observaron con horror cómo las esmeraldas, que siempre habían sido una fuente de esperanza y poder, comenzaron a vibrar con energía inestable.
—¡No puede ser! —exclamó Tails—. ¡Va a destruir las Esmeraldas del Caos!
Neo Metal Sonic Supremo dejó escapar una carcajada fría mientras las esmeraldas comenzaban a agrietarse, y en un instante, todas explotaron en una lluvia de luz. Los fragmentos cayeron al suelo como cenizas, y el impacto de su destrucción reverberó en el aire.
—¡NO! —gritó Sonic, tratando de alcanzarlas, pero era demasiado tarde. Las Esmeraldas del Caos, las reliquias que tantas veces habían salvado el mundo, ya no existían.
—Ahora, sin su precioso poder —dijo Neo Metal Sonic Supremo, su voz vibrante de superioridad—, no hay nada que puedan hacer para detenerme.
Sonic, Blaze, Tails y Marine intercambiaron miradas de angustia. Cada uno de ellos intentaba procesar lo que acababa de suceder. Sin las Esmeraldas del Caos, sus opciones eran extremadamente limitadas, y Neo Metal Sonic Supremo ni siquiera había mostrado toda su fuerza.
—Tenemos que seguir luchando —murmuró Blaze, encendiendo sus llamas—. No importa qué, no podemos rendirnos ahora.
Sonic asintió, apretando los puños. A pesar de la desesperanza, el espíritu de lucha seguía vivo en él.
—¡Vamos a darle todo lo que tenemos! —exclamó Sonic, lanzándose hacia Neo Metal Sonic Supremo con un Spin Dash a toda velocidad.
Blaze lo siguió, lanzando ráfagas de fuego intensas hacia el enemigo, mientras Tails activaba varios de sus dispositivos electrónicos, intentando crear una distracción. Marine, aunque menos equipada para la batalla, hizo lo que pudo, lanzando cualquier objeto que tuviera a mano hacia el gigantesco robot.
Sin embargo, cada ataque rebotaba inútilmente contra la armadura indestructible de Neo Metal Sonic Supremo. El Spin Dash de Sonic, que había destrozado a innumerables enemigos en el pasado, apenas logró un raspón. Las llamas de Blaze, que podían reducir a cenizas cualquier cosa en su camino, no dejaron ni una marca. Los dispositivos de Tails, que siempre encontraban una manera de hackear o sabotear a los robots de Eggman, fueron simplemente ignorados por el imponente ser.
—¡Es inútil! —gritó Marine, desesperada—. ¡Nada funciona!
Sonic volvió a intentar un ataque, esta vez con un Homing Attack, pero fue desviado por una onda de energía que Neo Metal Sonic Supremo soltó con facilidad.
—Ni siquiera son una molestia —dijo Neo Metal Sonic Supremo con frialdad, mientras sus ojos rojos se enfocaban en el grupo—. Eliminaré a tus amigos primero. —Luego, giró hacia su ejército de Metal Sonic que lo acompañaba—. ¡Destruyan a los prisioneros! —ordenó con una voz imponente.
Sonic sintió un frío recorrerle la espalda al escuchar esa orden. Sabía que todos sus amigos —Knuckles, Amy, Shadow, Rouge, Sally, Honey, Cream y todos los demás— estaban en peligro de muerte. Y ahora, el ejército de Metal Sonic se movía con precisión hacia sus jaulas, listas para ejecutar el mandato de su líder.
—¡NO! —gritó Sonic, mirando con desesperación hacia las jaulas en la distancia. Trató de correr hacia ellas, pero Neo Metal Sonic Supremo se interponía en su camino.
—Tú serás el último en caer, Sonic —dijo Neo Metal Sonic Supremo, con una voz cargada de promesa mortal—. Pero primero, te haré ver cómo todos tus amigos son destruidos.
La risa fría del robot resonó por el campo de batalla, mientras Sonic, Blaze, Tails y Marine trataban de encontrar una forma de detener el caos inminente. Neo Metal Sonic Supremo se elevó aún más alto en el cielo, con una energía oscura y maligna acumulándose alrededor de él.
—¡Él va a hacer algo grande! —gritó Tails, sus ojos agrandándose al ver la cantidad de poder que Neo Metal Sonic Supremo estaba canalizando.
—¡Blaze! ¡Tails! ¡Marine! ¡Tenemos que detenerlo ahora! —exclamó Sonic, su voz llena de urgencia.
Pero antes de que pudieran actuar, Neo Metal Sonic Supremo lanzó un rayo láser masivo desde los cielos, un rayo de energía pura y destructiva que se dirigió directamente hacia ellos.
El suelo tembló, y el aire se llenó de calor y presión mientras la energía descendía sobre ellos a una velocidad aterradora.
—¡CUIDADO! —gritó Blaze, envolviéndose en llamas para protegerse mientras Tails agarraba a Marine y se lanzaba al aire, intentando evitar el ataque. Sonic se preparó para lo peor, su corazón latiendo a mil por hora.
El rayo impactó, causando una explosión masiva que resonó a kilómetros de distancia. El terreno fue devastado por la fuerza del ataque, y el polvo se levantó en todas direcciones, cubriendo todo a su alrededor.
Cuando el polvo comenzó a asentarse, Sonic y sus amigos emergieron de los escombros, heridos y cansados, pero aún con vida. Blaze había usado sus llamas para mitigar parte del impacto, mientras Tails y Marine se habían refugiado detrás de una roca.
—Eso fue... demasiado cerca... —dijo Tails, jadeando mientras se levantaba.
—No sé cuánto más de esto podamos resistir... —murmuró Blaze, mirando el estado del grupo. Todos estaban al borde de sus límites.
Neo Metal Sonic Supremo los miró desde arriba, su sonrisa maliciosa apenas visible en su rostro metálico.
—Esto es solo el principio... —dijo, mientras comenzaba a preparar otro ataque.
Sonic se levantó lentamente, su cuerpo lleno de rasguños y heridas. Miró a sus amigos y luego a Neo Metal Sonic Supremo, sabiendo que la única manera de sobrevivir sería encontrar una forma de contraatacar, pero con las Esmeraldas del Caos destruidas, su situación parecía cada vez más desesperada.
—No... puedo rendirme... —murmuró Sonic, apretando los dientes—. Aún no...
La batalla estaba lejos de terminar, pero la esperanza parecía desvanecerse poco a poco.
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Sonaze un amor dimencional
Aventuraen este universo nuestro erizo azulado se veia todo triste, como si se sintiera solo el quisiera amar a alguien ( alguien que no este loca por el) alguien que le entienda