Cap.37 El Guardián y la Esperanza

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El viento susurraba suavemente entre los árboles mientras Tails ajustaba sus herramientas alrededor de la Esmeralda Maestra. Sonic seguía en coma, atrapado en un sueño del que nadie sabía si despertaría. Blaze, Marine y él habían hecho todo lo posible, pero sabían que necesitaban más para salvar a su amigo. Las esperanzas estaban depositadas en esta antigua fuente de poder, pero la Esmeralda Maestra estaba casi agotada.

Tails se arrodilló frente a la esmeralda, observando su brillo casi apagado. El cansancio comenzaba a dominarlo, pero no podía rendirse. No mientras Sonic seguía luchando por su vida. Ajustó su dispositivo de detección de energía, esperando alguna señal, cuando un suave temblor sacudió la tierra.

—¿Qué...? —susurró Tails, mirando a su alrededor.

Entre los árboles apareció una figura conocida: Knuckles. Su andar firme y decidido no pasó desapercibido. El guardián de la Esmeralda Maestra había llegado.

—Knuckles... —murmuró Tails aliviado, poniéndose de pie.

Knuckles avanzó hasta la esmeralda, sin decir una palabra, y se arrodilló frente a ella. Colocó ambas manos sobre la superficie opaca y cerró los ojos, como si intentara comunicarse con ella de alguna manera. Tails observaba en silencio, sin saber exactamente qué estaba haciendo, pero confiaba en que Knuckles sabía lo que hacía.

—¿Qué ocurre con la esmeralda? —preguntó Tails con voz suave, casi temeroso de interrumpir la concentración de Knuckles.

—La Esmeralda Maestra está debilitada —respondió Knuckles sin abrir los ojos—. Su poder ha menguado, pero no está completamente perdida. Está intentando restaurar las Esmeraldas del Caos... aunque eso tomará tiempo.

Tails entrecerró los ojos, sorprendido por la posibilidad de que las Esmeraldas del Caos pudieran regresar. Sabía que habían sido destruidas durante la batalla, pero si había una forma de restaurarlas, quizás había una esperanza para Sonic.

—¿Hay algo que pueda hacer para ayudar? —preguntó Tails.

Knuckles abrió un ojo y lo miró con severidad.

—La Esmeralda Maestra está haciendo lo que puede, pero está agotada. Necesitamos más energía para acelerar el proceso. Voy a transferir parte de mi energía vital para ayudarla, pero eso me dejará débil. Necesitamos proteger este lugar hasta que las esmeraldas se restauren. No podemos permitir que nadie lo sepa.

Tails asintió con seriedad. Sabía que Knuckles era el único que realmente entendía la naturaleza de las esmeraldas, pero también comprendía que esta era una situación crítica. Si alguien, o algo, interrumpía el proceso, todo estaría perdido.

Antes de que pudiera responder, un sonido entre los árboles llamó su atención. Tails se giró rápidamente, preparado para lo peor, pero en lugar de enemigos, vio un grupo de figuras conocidas que emergían del bosque.

—¡Amy! ¡Shadow! ¡Rouge! —exclamó Tails con alivio.

Amy corrió hacia él, abrazándolo con fuerza mientras las lágrimas llenaban sus ojos. Rouge, más tranquila, le dedicó una sonrisa, y Shadow, como siempre, se mantenía a cierta distancia, observando con su actitud fría pero protectora.

—Sabíamos que estarías aquí, Tails —dijo Amy, soltándolo—. Cuando supimos lo que había pasado con Sonic, vinimos tan rápido como pudimos.

—No podemos dejarte luchar solo —añadió Rouge, cruzando los brazos—. Si las esmeraldas pueden ser restauradas, entonces vamos a asegurarnos de que eso suceda.

Shadow no dijo nada, pero asintió levemente, lo que para él era una clara muestra de aprobación.

Tails sonrió débilmente al ver a sus amigos, pero no podía evitar la preocupación. La situación era crítica y aún no sabían si lograrían restaurar las esmeraldas a tiempo para salvar a Sonic.

—Knuckles está trabajando en restaurar las Esmeraldas del Caos —les explicó Tails—. Pero la Esmeralda Maestra está muy débil, y necesitamos proteger este lugar. Si alguien nos ataca, todo podría perderse.

—No te preocupes, Tails —dijo Amy con determinación mientras levantaba su martillo—. ¡Protegeremos la Esmeralda Maestra con nuestras vidas si es necesario!

—Me gusta ese plan —añadió Rouge con una sonrisa traviesa—. Aunque prefiero no llegar a eso.

Shadow se colocó cerca de Knuckles, manteniendo una mirada vigilante. Sabía lo importante que era este momento y no permitiría que nada lo interrumpiera.

El equipo se dispersó, formando un perímetro alrededor de la Esmeralda Maestra. La tensión era palpable, pero todos estaban preparados para lo que fuera necesario.

Mientras tanto, en el hospital...

Blaze no se había movido del lado de Sonic desde que lo habían traído al hospital improvisado. Observaba su rostro pálido y sus respiraciones lentas, preguntándose si alguna vez despertaría. La imagen de Sonic, siempre tan lleno de energía y vitalidad, postrado en una cama, le rompía el corazón.

Marine caminaba de un lado a otro en la habitación, nerviosa, tratando de pensar en algo que pudiera hacer para ayudar. Su actitud optimista habitual parecía haber desaparecido, sustituida por la preocupación. No podía evitar pensar en Tails, quien había ido al bosque en busca de una solución.

—Blaze... no te preocupes —dijo Marine finalmente—. Tails encontrará una manera. Siempre lo hace.

Blaze asintió, pero sus pensamientos estaban muy lejos de la conversación. Estaba recordando todas las veces que había luchado junto a Sonic, cómo él siempre había sido una fuente de inspiración para ella. Nunca había admitido, ni siquiera para sí misma, lo que realmente sentía por él. Pero ahora, la posibilidad de perderlo para siempre la aterrorizaba.

—No puedo perderlo... —murmuró Blaze sin darse cuenta.

Marine, que estaba cerca, la miró sorprendida.

—¿Qué dijiste, Blaze?

Blaze la miró, sorprendida de haber hablado en voz alta. No había querido decirlo, pero ahora que las palabras estaban en el aire, no podía ignorarlas.

—Creo que siempre lo he sabido... —dijo Blaze en voz baja—, pero nunca quise admitirlo. Sonic siempre ha sido especial para mí. No solo como un aliado... es algo más.

Marine la miró con comprensión y puso una mano en su hombro.

—Lo entiendo, Blaze. Sé que todos estamos pasando por mucho, pero Sonic también se preocupa por ti. Siempre ha habido algo entre ustedes dos, ¿verdad?

Blaze asintió, pero no dijo nada más. Sabía que Marine tenía razón. Pero en este momento, todo lo que podía hacer era esperar y confiar en que Tails y Knuckles lograrían salvar a Sonic.

De vuelta en el bosque...

Knuckles mantenía sus manos sobre la Esmeralda Maestra, transfiriendo su energía lentamente. Su rostro mostraba signos de fatiga, pero no iba a rendirse. Tails observaba atentamente, monitoreando el progreso con su dispositivo.

De repente, un destello de luz brotó de la Esmeralda Maestra, y todos se quedaron inmóviles.

—¡Está funcionando! —exclamó Tails.

Knuckles abrió los ojos, respirando profundamente.

—Es solo el principio. La Esmeralda Maestra está empezando a restaurar su poder... pero aún no es suficiente.

Amy, Rouge y Shadow intercambiaron miradas. Sabían que tenían que estar listos para cualquier cosa. Estaban allí para proteger a Sonic, a sus amigos, y a las esmeraldas, aunque significara darlo todo.

El bosque se mantuvo en un tenso silencio, mientras la esperanza de restaurar las esmeraldas se mantenía en el aire, y ¿el destino de Sonic se sabra en 2 años?.

Sonaze un amor dimencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora