Han pasado dos años desde que Sonic cayó en coma, y el mundo alrededor de Blaze ha cambiado lentamente. En esos primeros días, Blaze pensó que la situación sería pasajera, que Sonic despertaría después de unos días o semanas, listo para correr nuevamente y enfrentarse a cualquier obstáculo como siempre lo había hecho. Pero a medida que los días se convirtieron en meses, y los meses en años, Blaze se encontraba enfrentando una realidad completamente diferente.
Durante ese tiempo, Blaze comenzó a visitar a Sonic en el hospital de forma regular. Al principio, lo hacía simplemente para ver cómo estaba y para asegurarse de que los doctores lo estuvieran atendiendo correctamente. Sin embargo, con el tiempo, esas visitas se transformaron en algo mucho más profundo y personal.
Un día, mientras estaba sentada junto a su cama, observando la expresión tranquila de Sonic, Blaze se permitió un momento de introspección. Se dio cuenta de que había algo en su interior que se resistía a aceptar la posibilidad de perderlo. Ella, que siempre había sido una guerrera independiente, alguien que no necesitaba depender de nadie más, se sentía completamente vulnerable. Verlo inmóvil y silencioso la llenaba de una tristeza que no podía ignorar, y poco a poco, esos sentimientos comenzaron a convertirse en algo más.
Primeras señales
Blaze recordó una noche particularmente fría en la que se quedó junto a él más tiempo del habitual. La habitación del hospital estaba en silencio, apenas interrumpido por el sonido rítmico del monitor que seguía los latidos de Sonic. Blaze apoyó una mano en la cama, cerca de la suya, sintiendo la calidez que aún emanaba de su cuerpo. Al mirarlo, un susurro salió de sus labios sin que ella lo notara.
—Sonic... por favor, despierta —murmuró, y, al darse cuenta de lo que había dicho, rápidamente miró a su alrededor, como si temiera que alguien la hubiera escuchado.
Ese fue el primer indicio de que sus sentimientos por él iban más allá de la preocupación por un amigo. Sin embargo, Blaze intentó ignorarlo, diciéndose a sí misma que simplemente estaba preocupada por alguien importante, alguien que había demostrado ser un amigo y aliado. Pero, con cada visita, con cada día que pasaba sin que él despertara, sus emociones se volvían más difíciles de contener.
Confesiones silenciosas
Algunas semanas después, Blaze comenzó a visitarlo con más frecuencia. No solo para ver cómo estaba, sino para contarle sobre su día, sus pensamientos e incluso cosas de su pasado que nunca había compartido con nadie. Sabía que él no podía oírla, pero en cierto sentido, era liberador. Le hablaba sobre sus recuerdos de la dimensión de Sol, sobre sus responsabilidades como guardiana y las expectativas que siempre había sentido sobre sus hombros.
Una tarde, mientras hablaba con él, Blaze dejó escapar una pequeña risa.
—¿Sabes? Nunca pensé que sería capaz de confiar en alguien tanto como confío en ti... —susurró, observando su rostro sereno—. Te he contado cosas que ni siquiera mis amigos en mi mundo saben. Es extraño, pero de algún modo siento que... estás aquí, escuchándome.
Entonces, su risa se apagó, y la tristeza volvió a asomar en sus ojos. Blaze bajó la mirada, apretando ligeramente la sábana que cubría la cama.
—No puedes dejarnos, Sonic. No puedes dejarme —murmuró con la voz quebrada—. Eres... eres muy importante.
Al pronunciar esas palabras, se dio cuenta de que, en lo profundo de su corazón, temía perderlo de una forma mucho más intensa de lo que jamás habría imaginado. Era una guerrera acostumbrada a la batalla, pero ante la posibilidad de perderlo, se sentía impotente.
Marine la confronta
Tiempo después, Marine notó la frecuencia de las visitas de Blaze y decidió acompañarla en una de ellas. Al ver la seriedad y dedicación en los ojos de Blaze mientras observaba a Sonic, Marine no pudo evitar sentirse curiosa.
—Oye, Blaze, ¿no crees que vienes a verlo un poco demasiado? —preguntó Marine, levantando una ceja y sonriendo con picardía—. Digo, es Sonic, pero... parece que estás haciendo algo más que solo preocuparte por él.
Blaze apartó la mirada, incómoda, pero sin poder ocultar un leve rubor en sus mejillas.
—Él... es nuestro amigo. Solo me preocupa, nada más —respondió en un intento de justificar sus visitas.
Marine soltó una risa ligera y la miró con ojos traviesos.
—Ah, claro, "solo te preocupa" —repitió con tono burlón—. Blaze, a mí no me engañas. Me parece que Sonic significa algo más para ti.
Blaze se quedó en silencio, sin saber cómo responder. Esa noche, ya en su propia habitación, se sentó en su cama y reflexionó sobre lo que Marine le había dicho. Era cierto que Sonic era importante para ella, pero, ¿por qué se sentía tan devastada cada vez que pensaba en la posibilidad de que él no despertara? Esa misma noche, finalmente admitió para sí misma lo que había estado negando: estaba enamorada de Sonic.
La promesa de Blaze
A partir de ese momento, Blaze hizo una promesa silenciosa. Si Sonic despertaba algún día, ella le diría todo lo que sentía, sin importar el miedo o la vergüenza. Sabía que él podría no sentir lo mismo por ella, pero eso ya no importaba. Lo único que le importaba era que él abriera los ojos nuevamente.
Con el paso de los meses, esa promesa se convirtió en su motivación diaria, en el motivo por el cual no dejó de visitarlo ni un solo día. Aunque nadie más lo supiera, Blaze sentía que era su deber estar a su lado. Si alguna vez despertaba, ella quería ser la primera persona que él viera.
Momentos de vulnerabilidad
A veces, cuando la soledad y el cansancio la abrumaban, Blaze dejaba que las lágrimas cayeran. Su corazón se llenaba de dolor y desesperación al pensar que él podría nunca despertar. Durante esos momentos de vulnerabilidad, le hablaba directamente, sin ocultar nada.
—Sonic, si supieras lo mucho que significas para mí... lo importante que eres para todos nosotros —murmuraba mientras sus lágrimas caían silenciosamente—. Me enseñaste a confiar en otros, a ser más fuerte... y, sobre todo, me enseñaste a querer a alguien de verdad.
Y así, los dos años pasaron, marcados por la constancia y el cariño silencioso de Blaze. Para los demás, su dedicación era simplemente la de una amiga preocupada, pero para Blaze, era mucho más que eso. Cada visita era una muestra de amor, un recordatorio de lo mucho que significaba para ella. Y aunque él no despertara, aunque sus sentimientos nunca fueran correspondidos, ella seguiría ahí, cumpliendo con su promesa.
Finalmente, después de esos largos dos años, Blaze estaba dormida soñando en su habitual visita, en ese sueño Blazer le contaba sus secretos más profundos hasta que se dio cuenta de que Sonic movió ligeramente los dedos, y su respiración pareció cambiar. Blaze contuvo el aliento, observándolo con incredulidad. Lentamente, sus ojos azules se abrieron, y por primera vez en dos años, él la miró.
El corazón de Blaze latía con fuerza, y no pudo contener la emoción que la invadía. Las palabras que había practicado tantas veces en su mente parecían escapar de su control.
—Bienvenido de vuelta, Sonic. Has dormido mucho tiempo... y, te aseguro, que te has perdido de mucho —le dijo, sin poder evitar sonreír mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.
Sonic le sonrió débilmente, sin comprender del todo lo que estaba sucediendo, pero con la misma chispa en sus ojos que siempre había tenido. Blaze sintió una paz indescriptible, como si todo el peso de esos dos años se desvaneciera de repente. Finalmente, Sonic había vuelto, y ella estaba lista para contarle todo lo que había sentido durante ese tiempo.
Aún no sabía cómo iba a confesarle sus sentimientos, ni si él sentiría lo mismo, pero esa incertidumbre ya no la aterraba. Lo único que importaba era que Sonic estaba ahí, y ella estaría a su lado para siempre.
Cuando despertó se fue a visitar a Sonic una vez más, pero esta vez el doctor le dijo que era sorpresa, se fueron a la habitación de Sonic, Blaze quedo confundida cuando el doctor abrió la puerta empezó a decir "Sonic, tienes una visitante es alguien que ha estado viniendo a verte todos los días." y cuando el Doctor se hizo a un lado, Blaze vio que Sonic despertó, no contuvo las ganas de abrazarlo y rápidamente cruzo la habitación y lo abrazo -"¡Sonic... estás despierto!"
Continuara...
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Sonaze un amor dimencional
Adventureen este universo nuestro erizo azulado se veia todo triste, como si se sintiera solo el quisiera amar a alguien ( alguien que no este loca por el) alguien que le entienda