Capítulo 21: Cena en la Tormenta

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Escena 1: La Cena en el Restaurante

El restaurante era un lugar elegante, con luces tenues que creaban un ambiente íntimo y acogedor. Las mesas estaban decoradas con manteles blancos impecables y velas que parpadeaban suavemente. Orm y Lingling se sentaron en una mesa en un rincón, lejos del bullicio, disfrutando de su cena a solas.

Un camarero les sirvió una botella de vino tinto. Orm levantó su copa, sonriendo a Lingling con una mezcla de complicidad y distancia. "Por nosotras", dijo, sus ojos brillando momentáneamente.

"Por nosotras", repitió Lingling, chocando suavemente su copa con la de ella. El vino era suave y afrutado, y a medida que tomaban, el ambiente se llenaba de risas nerviosas y miradas intensas.

"Cuéntame sobre esa noche en el club", sugirió Orm, inclinándose un poco hacia adelante, pero manteniendo su postura fría. "No puedo dejar de pensar en ello."

Lingling sonrió, recordando la noche. "Fue un poco confuso, pero definitivamente memorable", respondió, jugando con su copa. "Los chupetones son una señal de que fue intensa."

Orm se rió con un tono cortante, y Lingling sintió la tensión en el aire. "Sí, yo también tengo unas, pero no podemos permitir que esas cosas se repitan. Fue solo un desliz."

La risa de Lingling se apagó. "¿Desliz? ¿Eso es todo lo que fue para ti?" preguntó, su voz temblando ligeramente.

Orm se enderezó, su expresión dura. "Exactamente. No olvides quién soy y quién es tu padre. Nuestras familias son enemigas, Lingling. No hay futuro entre nosotras."

Lingling sintió que el frío de sus palabras la atravesaba. "No entiendo por qué no puedo dejarte en paz. ¿Por qué no puedes simplemente aceptar que lo que sucedió fue especial para mí?"

"Porque no puedes ser parte de mi mundo", respondió Orm, su voz impasible. "Eres la hija del jefe de policía, y yo soy la mano derecha de mi padre. Esto es un juego peligroso."

Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de Lingling. "Entonces, ¿me estás diciendo que debo olvidarte? Que no volveré a buscarte nunca más?"

"Exactamente. Eso es lo que quiero. Mantente alejada de mí, Lingling", dijo Orm, sin un atisbo de compasión.

Lingling se levantó, sintiendo el nudo en su garganta. "Lo haré. Jamás volverá a pasar", murmuró, y con esas palabras, se dio la vuelta para salir del restaurante.

Escena 2: La Tormenta Fuera

Sin embargo, justo cuando Lingling estaba a punto de abrir la puerta, un grupo de hombres armados irrumpió en el lugar. El bullicio del restaurante se detuvo de inmediato, y un silencio pesado se instaló. Las caras de los comensales se tornaron pálidas mientras los hombres, con rostros serios y fríos, comenzaban a desatar el caos.

"¡Orm!", gritó uno de ellos, su voz resonando con amenaza. "¡El Tigre de Siam te busca!"

Lingling sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Sin pensarlo, se giró hacia Orm, quien ya estaba en acción, moviéndose con la precisión de alguien acostumbrado a situaciones peligrosas. "¡Debemos escondernos!", exclamó.

Orm tomó la mano de Lingling, llevándola detrás de una columna. "Eres demasiado valiosa para que te lastimen", dijo, sus ojos fijos en el caos que se desataba.

Las balas comenzaron a volar, y Lingling sintió que el miedo se apoderaba de ella. "¿Qué vamos a hacer?", preguntó, su voz temblando.

"Vamos a luchar", respondió Orm, sacando dos arma de su bolso. "Toma uno."

Ambas chicas se movieron con rapidez, disparando hacia los atacantes. La adrenalina recorría sus cuerpos mientras luchaban juntas, unidas por la necesidad de sobrevivir.

"¡No te alejes de mí!", gritó Orm, mientras disparaba a un enemigo. Lingling, sintiendo el impulso de proteger a Orm, disparó con determinación.

"¡Estoy aquí!", respondió Lingling, su corazón latiendo con fuerza. Cada disparo que realizaban era una mezcla de miedo y coraje.

Mientras el caos continuaba, ambas chicas defendieron sus vidas y la de la otra, unidas en un momento de desesperación. En medio de la tormenta de balas, Lingling miró a Orm, sintiendo que su conexión se intensificaba, pero también que el peligro las separaba.

Finalmente, lograron abrirse camino hacia la salida, y mientras escapaban juntas, Lingling sabía que su vida nunca volvería a ser la misma.

Fin del capítulo 21

Orm y Lingling: La mafia y la leyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora