Escena 1: El despertar
Lingling despertó con un sobresalto. La luz del sol entraba por la ventana, iluminando su pequeño apartamento. Se levantó de la cama y se dirigió al baño, sintiendo un nudo en el estómago.
No podía dejar de pensar en Orm. En su mirada fría, en su sonrisa burlona, en la forma en que la había hecho sentir.
"¿Qué fue eso?" se preguntó Lingling, mirándose al espejo. "¿Por qué me sentí tan atraída por ella?"
Lingling era una policía en formación, una mujer fuerte e independiente. No se dejaba intimidar por nadie. Pero Orm era diferente. Había algo en ella que la intimidaba, que la atraía.
Lingling se duchó y se vistió, tratando de olvidar todo lo que había pasado la noche anterior. Pero no podía. La imagen de Orm la perseguía.
Escena 2: La Academia de Policía
Lingling llegó a la Academia de Policía, donde estaba haciendo su entrenamiento. Sus amigas, Faye, Yoko, Fay y May, la esperaban en la entrada.
"Hola, Lingling," dijo Faye, su voz llena de alegría. "¿Cómo estás?"
"Bien," respondió Lingling, tratando de sonreír. "Un poco cansada, pero bien."
"Debiste divertirte mucho anoche," dijo Yoko, su voz llena de picardía. "Te vimos con ese chico guapo."
Lingling se ruborizó. "No era un chico," dijo. "Era una chica."
"Ah, ya veo," dijo Fay, su voz llena de curiosidad. "¿Y qué tal fue?"
Lingling no respondió. No quería hablar de Orm con sus amigas. No quería que se enteraran de lo que había pasado.
"Vamos a clase," dijo May, su voz llena de impaciencia. "Tenemos que estar preparadas para el examen."
Lingling asintió y siguió a sus amigas hacia el aula.
Escena 3: La clase
La clase de defensa personal era una de las favoritas de Lingling. Le encantaba la sensación de poder que sentía al aprender a defenderse.
Pero hoy, no podía concentrarse. La imagen de Orm la perseguía.
"¿Qué te pasa, Lingling?" preguntó Faye, su voz llena de preocupación. "Estás muy distraída."
"Nada," respondió Lingling. "Solo estoy pensando."
"En qué piensas?" preguntó Yoko, su voz llena de curiosidad.
Lingling no respondió. No quería hablar de Orm con sus amigas. No quería que se enteraran de lo que la había hecho sentir.
"Vamos, Lingling," dijo Fay, su voz llena de ánimo. "Concéntrate en la clase."
Lingling asintió y trató de concentrarse en la clase. Pero no podía dejar de pensar en Orm. La sombra de la duda la perseguía.
Fin del capítulo 4
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Orm y Lingling: La mafia y la ley
FanfictionEn una historia con tus personajes favoritos de GL Tailandesa Tiene drama, romance, con un toque de peligro y misterio.