19.

397 59 10
                                    


(Pendiente de edición)

Sostengo los papeles a mi costado, crispando los dedos sobre las letras impresas. No pienso decir una sola palabra hasta que ella reconozca su engaño, o en su defecto, hasta que intente negar que lo ha hecho.

—No... No sé a qué te refieres...— Como me temía, su mecanismo de defensa al ser acorralada es seguir mintiendo, por mucho que su lenguaje corporal la delate por completo. Todos a mi alrededor admiran la escena, expectantes. No se escucha ni un solo murmullo o siseo, pero me percato fácilmente de los pasos de Five, que se pone a mi altura para poder encararme.

—¿Antrim, de qué va todo esto?— Pregunta, más confundido que molesto. Aún con los ojos fijos en Génesis, le paso el informe.

—Anoche, cuando te preguntamos si sabías el por qué te tenían retenida en el laboratorio, dijiste que no. Que desconocías el motivo. ¿Es eso cierto?

—Am...- Titubea, aferrándose al barandal, negándose a descender ni un escalón más. Número cinco, a mi lado, termina de leer rápidamente la primera página dónde se revela la verdadera naturaleza de Génesis. Este frunce los labios y con el ceño fruncido opacando su mirada verde, añade en un tono severo:

—Eres un portal entre realidades...

Los ojos de la chica se agrandan en una expresión de terror absoluto. En un movimiento rápido, se da la vuelta y sale corriendo escaleras arribas, perdiéndose en el largo y oscuro corredor de la segunda planta.

No tardo en reaccionar y voy tras ella a toda prisa, con Five a la saga. Nos siguen algo más rezagados Luther, Diego y Lila, que se abren paso entre escalones formando un revuelo digno de una peli de acción. La persecución no dura mucho. Génesis no encuentra escapatoria alguna, por lo que opta en esconderse. Y teniendo en cuenta que estamos en un edificio en ruinas, los espacios para hacerlo son limitados. La encontramos acurrucada dentro del armario de Viktor, agarrándose las rodillas y encajada en una esquina de la que no parecía querer moverse. No nos dirige ni una sola mirada al abrir la puerta.

—¿Por qué nos has mentido, Génesis?— Insisto, acuclillandome para poder observarla mejor. Cuando por fin se digna a reconocer nuestra presencia, tiene sus dulces mejillas empapadas en lágrimas y los ojos empañados de una tristeza algo contagiosa. Se me encoge el corazón, pero me recompongo rápidamente.

—Si os lo decía me arriesgaba a acabar igual que en el laboratorio: siendo un experimento. Una simple cobaya de pruebas. No podía correr ese riesgo, no ahora que estoy tan cerca de alcanzar la libertad.

Five hace lo propio y también se agacha en el hueco restante.

—Nosotros no haremos tal cosa, pero necesitamos que seas sincera a partir de ahora ¿De acuerdo?— Pronuncia con una dulzura que me causa disonancia en contraste con su personalidad usualmente irreverente. No me hace gracia que trate a Génesis como a una niñita en apuros y sin embargo para mi relegue su usual odio cáustico. No es justo.

Por suerte, pronto recuerdo que me da bastante igual lo que haga número cinco con su vida.

Al ver a su autoproclamado héroe tratarla con tanta delicadeza, recupera algo de confianza para asentir con la cabeza.

—Te repito la pregunta entonces— Reitero, rompiendo la burbuja de complicidad en la que se habían resguardado, dejándome al margen— ¿Qué eres?

Vacila antes de responder. Sigue tensa y apenas se atreve a mirarme, su visión no se despega de Five, aunque este no le concede su contacto visual. En su lugar, se gira hacia mí completamente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DeconstructedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora