Deconstructed

4.

Parpadeo varias veces mientras me pongo de pie.

-Lo dices como si fuera algo malo- Digo sin pensar demasiado. No soy particularmente impulsiva, pero después de las múltiples agresiones de esta familia, no puedo evitar reaccionar así.

Five deja escapar una carcajada, tan amarga y tan carente de humor que suena áspera.

-De hecho, lo és- Se mete las manos en los bolsillos- Porque estás metiendo las narices donde no te llaman... Por no hablar del tema del acoso.

-¡Eso!- El segundo (Diego creo que se llama) me dirige un dedo acusatorio- No quiero a una... rarita siguiéndome a todas horas.

-Lo dices como si hicieses algo interesante más allá de repartir periódicos- Comenta el de ojos rasgados con perspicacia.

-Ben tiene razón- Klaus da un paso, presumiendo de una leve cojera de la que, estoy segura, soy causante- Estáis actuando como si tuviéramos algo que ocultar. Diego es un padre de familia promedio, Lila un ama de casa frustrada, Ben un ex-convicto imputado por ¡Fraude de bitcoin! Que ya hay que ser estúpido... Lo siento, Ben. Five un agente de campo de la CIA, que podría sonar interesante si no fuera porque lo tienen atado de pies y manos. Allyson y Viktor simplemente tratan de llevar una vida normal y la guinda del pastel: Luther es un stripper y a nadie parece sorprenderle.

Cuando termina, nadie se atreve a romper el silencio. Eso le concede a Klaus una victoria, pues por la reacción de todos, parecen darle la razón. Si es bien sabido que llevo dos semanas de aquí para allá reuniendo información sobre esta familia, ha soltado detalles de los que yo no me había percatado.
Sabía que Five trabajaba para una entidad del gobierno, pero no que lo tuvieran sujetado con correa. Tampoco conocía el motivo de la condena de Ben, ya que no lo ví relevante y no me esmeré en leer el papeleo pertinente... Y en cuanto a lo de Luther... Bueno, lo de número uno lleva siendo motivo de burla para mí y para mi padre bastantes días.

-Que seáis la única solución para acabar con el apocalipsis me perturba de sobremanera- Suspiro, golpeándome levemente las sienes con los dedos.

Mi comentario parece sacar a Five del trance en el que había entrado tras las duras (pero ciertas) palabras de Klaus.

-¿Cómo pudo tu padre plantear de entre mil escenarios hipotéticos el apocalipsis?

-Se derrumbó el Principio de Incertidumbre de Heisenberg- Las palabras brotan de mi boca rápidamente, acostumbrada a las charlas profundas que comparto con mi padre durante la cena (siempre sobre física). Al ver que las caras de todos son un cuadro que entre pinceladas dibuja confusión, trato de desarrollar lo dicho- Vale, voy a tratar de explicarlo para tontos.

""Mi padre descubrió una nueva partícula que no cumplía los estándares de Heisenberg, así que la catalogó como alterada"

Hago una pausa, comprobando que todo el mundo me sigue. Como respuestas obtengo asentimientos algo forzados. Por un momento me siento como una profesora de primaria con alumnos poco dispuestos.

"Poco después gracias a un estudio más exhaustivo, se dio cuenta de que la partícula se estaba duplicando a gran velocidad. Era como si fuera el resultado de una explosión que había sucedido en otro universo, lo que explicaría el porqué la partícula es medible."

-Viktor...- Masculla Five, casi de manera inaudible. Me aclaro la garganta y prosigo.

-El problema se halla en que se está extendiendo a toda prisa, tratando de replicar su estado de convergencia inicial, es decir, replicando la explosión"

-Me parece precioso ese conjunto de palabras, y estoy seguro de que es una buena explicación...- Me interrumpe Klaus- ¿Pero que tienen que ver estas partículas raras con una familia extremadamente disfuncional?

-Porque la partícula comenzó a extenderse a puñados el 1 de octubre de 1989, fecha que os debería de sonar, pues mira tú por donde, ese día nacieron 43 niños a raíz de partos encubiertos... Repentinos, las madres dieron a luz sin signos de embarazo previo.

Cierro mi discurso con esa última frase y me permito el lujo de observar la cara de terror absoluto de todo el mundo.

-Osea que Five tenía razón- Es lo único que destaca Diego, ligeramente molesto por el hecho de que su hermano esté en lo cierto.

-Cómo siempre- Refunfuña Ben, dejándose caer sobre el sofá más cercano.

-Esperad... Si ninguno era consciente de esto... ¿Cómo supisteis del apocalipsis?- Planteo confundida- Es decir, habéis mantenido una rutina normal hasta el cumpleaños de la hija del segundo... Es decir, de Diego.

-Suficiente- Exclama Five, haciéndose eco y rompiendo el alo de secretismo que rodeaba la situación- Lo que hagamos o dejemos de hacer no es de tu incumbencia.

-¡Venga ya!- Resoplo- Tampoco era mi intención inmiscuirme, mi trabajo era recopilar notas hasta que me descubristeis. No entraba en mis planes estar aquí, pero ya que estoy, puedo ser de ayuda...

-No necesitamos tu ayuda- Escupe el menor de los hermanos, acercándose a mi e invadiendo mi alrededor con su fragancia. Ha estado tan cerca de mí estas últimas horas que ya me estoy acostumbrando a ella. Huele bien- Hemos hecho esto más veces de las que te imaginas. Tres, para ser exactos.

-No lo habéis hecho muy bien si sigue pasando ¿No crees?- Su cara comienza a tomar una tonalidad rojiza, el músculo de su mandíbula se tensa tanto que parece la esquina de una regla. He dicho algo que no debería.

-Fuera de mi vista.

-No teneis ni una sola oportunidad sin mi. O en su defecto, sin la información que poseo. Si lo que dices es cierto y habéis tenido que salvar al mundo tres veces, es prueba suficiente para demostrar que me necesitáis.

Diego hace el amago de querer decir algo, pero Five le interrumpe.

-He dicho fuera- Sus palabras arrastran desde su interior la ira más profunda- Y ten por seguro que no lo diré otra vez.

Suspiro, chocando mi hombro contra el suyo cuando me enfilo hacia la puerta.