Estaba muy enfadado.
No, eso sería decir poco. Estaba al borde de un estado de ira absoluta. Sep, eso se acercaba más. Mi Jimin no estaba conmigo, y no estaba conmigo porque los perros betas se lo habían llevado, y se lo habían llevado porque, al parecer, me habían sedado tanto que no conseguí despertarme hasta que fue demasiado tarde.
De hecho, ni siquiera me había despertado yo solo. No sin ayuda. Lamentable, lo sé.
-Jungkook ... -me había susurrado Polora al oído. Y, de pronto, abrí los ojos, traído de vuelta del mundo de los sueños sin sueños. La enorme Má de Dos Picos hablaba muy bajo, apenas un susurro de sus labios pintados con polvo de hueso. Estaba en mitad de un claro, alta como una montaña y cubierta de una gruesa capa de pelo blanco que hacía su aspecto todavía más intimidante.
La bruja se había inclinado para poder susurrarme al oído, pero ahora, tras despertarme, la Má se limitó a mirarme mientras era su Nomá quien me hablaba.
-Escucha mis palabras, Jeon el Salvaje, pues son solo para ti -me dijo la aprendiza, cubierta por un velo negro y vaporoso, dejando ver solo el tocado de cuernos de alce que sobresalía de su cabeza, adornado con cuentas, plumas y monedas-. Esta ha sido la noche más oscura. Tu omega ha sido capturado por los betas y la anciana Topa Má ha caído en el sueño sin fin. El alba ya está cerca, pero no habrá sol que ilumine nuestro día.
Después, ambas se habían quedado mirándome en silencio. -Huh... -murmuré.
Un alfa sin su omega, era un peligro. Un alfa salvaje sin su omega, era una bomba de relojería a punto de estallar. Yo sin Jimin, era una fuerza destructiva e imparable de la naturaleza. Que la enorme Má y su Nomá hubieran querido informarme de ello en un lugar apartado y seguro, era... No voy a mentir, era bastante cojonudo. Las chamanas me respetaban. Respetaban mi poder; y eso me la ponía un poco dura. Figuradamente, claro; porque solo mi Jimin podía ponérmela dura ya.
Oh, sí. Aceptar que tu polla ya no es parte de organismo, sino el juguete personal de tu omega es... complicado de aceptar. Ya se lo había escuchado a otros alfas emparejados, aunque siempre había creído que eso sería imposible. O que a mí no me ocurriría. *jaja* Cuando estaba soltero y me creía indomable y había preciosos omegas luchando entre ellos por un solo minuto de mi atención. Me decía: es imposible que no me ponga cachondo con cualquiera de ellos. No me entraba en la cabeza que un omega, por hermoso que fuera, tuviera el poder para cambiar
eso. Jamás.Y, entonces, había llegado Jimin ... *suspiro*
Y, ahora, él ya no estaba conmigo.
Pero lo llevaba bien. «Bien». Bien...No había matado a nadie todavía, lo cual, era todo un logro.
La paliza que le había estado dando a Lio desde que le había dado caza, no contaba, por supuesto. Él no paraba de decirme que no sabía más de lo que ya me había contado. ¡Por supuesto que no sabía más! Pero yo seguía pegándole solo por el puro placer de hacerlo. ¿Eso me hacía mala persona? Meh...Yo estaba por encima del mal y el bien. Yo era un
SALVAJE.Aunque era cierto que el resto se creían que solo estaba vengándome de él, haciéndole pagar mi dolor y la angustia de mi pérdida; pero no era cierto. No del todo. La razón por la que Lio tenía los ojos hinchados como ciruelas maduras, la cara amoratada y había perdido seis dientes -los había contado porque me estaba haciendo un collar con ellos-, era una muy diferente.
Lio no solo había ayudado a los betas a atrapar a mi omega, sino que había tenido los enormes cojones de llamar a mi Jimin: «Su Omega Perfecto». El valoooorrrrr para hacer eso delante de mí. Pero, que yo recordara, el único que tenía una preciosa y enorme barba de Menta y Miel y una cuenta de hueso
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La Reserva♡Kookmin
FanfictionJimin es un omega nacido en el mundo beta y, aunque no tenga idea de la sociedad y costumbre de los suyos, ahora debe infiltrarse en La Reserva de Animanos más grande del país. La misión es simple: encontrar la célula terrorista que se esconde en...