Durante la madrugada, una serie de asesinatos golpea la ciudad, aterrorizando a todos. Malia Baker, decidida a ayudar a su padre en la búsqueda del criminal, se enfrenta no solo al miedo a la muerte, sino también al desafío de lidiar con su professo...
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Sábado | 09:45.
Suelto el aire atrapado en mis pulmones cuando entro en la escuela. Los jugadores y las animadoras están reunidos frente al autobús que espera para ir al campo donde competirán los colegios.
Veo a Ruby emocionada junto a las chicas, y tan pronto como me ve, salta los pequeños escalones de la escalera y corre hacia mí.
- ¡Por fin has llegado! - exclamó emocionada, sosteniendo mis manos.
- Estoy tan nerviosa - confieso, en un susurro.
- todo saldrá perfecto, Mali - ella sonríe de forma reconfortante, tirando de mí para unirme a ellos.
Es cuestión de minutos para que el director aparezca junto al conductor. Los chicos gritaron emocionados, como siempre, golpeándose la mano sin razón.
Me muerdo el labio inferior aprensiva, sosteniendo la mochila a un lado del hombro, golpeando el pie varias veces contra el suelo. Desde el momento en que me levanté estoy inquieta, ansiosa por este día en el que ocurrirán tantas cosas.
Mi mente vaga lentamente hasta que se detiene en Kylie. Recuerdo la noche del museo, fue tan increíble y mágico, y una gran sorpresa. Después de esa noche, Kylie solo me permitió salir de su casa esta mañana. Recuerdo que amenazó a Joshua para engañar a mi padre, y al parecer funcionó.
Pero algo me molesta. Por la mañana, Kylie tenía prisa, casi no tenía tiempo para hablar conmigo. Pero antes de salir de casa para resolver algo, había comentado que intentaría estar presente en el juego, pero no creí en sus palabras.
- ¿Todo bien? Parece molesta por algo - Ruby sostuvo mi hombro, mirándome con cautela.
Sonreí mínimamente, levantando mi postura. - Sí, estoy demasiado ansiosa - lo que no es mentira.
- Empecemos - habla el director en un tono alto, frente a la puerta del autobús. - las chicas se quedarán arriba y los chicos abajo - comentó y todos se acompararon para entrar.
Todavía no sé cuál es la necesidad de ser un autobús de dos pisos, ya que no hay mucha gente.
- ¿Están todos con los uniformes de juego? - preguntó, recibiendo murmullos. - ¡Entren! ¡Y sin alboroto! - agregó, dando espacio.
Fui la primera en subir, no perdí el tiempo caminando por el pasillo entre los bancos e yendo a sentarme en el último, Ruby vino justo detrás y se sentó a mi lado, frotándose las manos ansiosamente.
Miro a mi alrededor, notando que el piso está oscuro debido a las cortinas opacas que ocultan las ventanas. Un buen lugar para dormir.
Me apoyo en el asiento, cruzando las piernas, poniendo la mochila en la esquina del suelo. Volvo la cara hacia Ruby, que escribe en su teléfono móvil sin parar, de un vistazo puedo ver que es Morgan. Sonrío encubiertamente, acostando mi cabeza en su hombro, acurrucándome para tomar una pequeña siesta.
