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Joshua conversa emocionado con Morgan y Ruby, que le ayudan a preparar el almuerzo con Marie

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Joshua conversa emocionado con Morgan y Ruby, que le ayudan a preparar el almuerzo con Marie.

En el café, Joshua propuso la idea de pasar el día juntos, sin importar que yo siga siendo su maestra dentro de esa maldita escuela. Pensé en negarlo e ir a la tranquilidad de mi cama, poner mis pensamientos en orden y convencerme de que todo lo que siento por Malia es atracción carnal.

Pero como no tenía muchas opciones, aquí estoy, apoyada con los brazos en el mostrador, viéndolos cocinar algo emocionados. Malia ha desaparecido desde la hora del café, pero sé que todavía está aquí, ya que no quiere volver a casa.

Solto un suspiro, deslizando el dedo por la red social, viendo que Malia acaba de publicar una historia. Cuando abro la publicación, veo que está en el jardín de Joshua, entre las rosas, con un libro sobre sus piernas. Me doy cuenta de que estoy sonriendo como una adolescente idiota viendo su foto sonriendo. Sacudo la cabeza en negación, sacando de su publicación, sintiendo una extraña sensación en mi pecho, un enorme deseo de tenerla.

Malia no tiene miedo, ya no. Pero ella está en la fase de negación, luchando contra sus propios sentimientos. Los sentimientos que la consumen, sabiendo que es arriesgado como una droga. Ella sabe que estando conmigo siempre estará en riesgo, y a Malia le gusta su vida tranquila.

Me gustaría. Después de todo, ahora su vida es un infierno, y yo no debería, pero me gusta saber que es por mi culpa.

El sonido del timbre resuena en la gran casa, haciendo que Joshua se seque las manos en la toalla sobre el fregadero, pasando por todos, yendo hacia la gran puerta de madera.

No me giro para ver quién es, mantengo mi mirada fija en la puerta de cristal en el pasillo de la cocina, viendo el jardín. En segundos, Malia aparece en mi campo de visión, distraída en sus propios pensamientos, tocando sus rizos bien definidos.

Cuando pasa por la puerta de cristal, su mirada se levanta, encontrándose con la mía, no evito sonreír de lado, poniendo mi pelo hacia atrás, viéndola mirar hacia abajo y seguir adelante. Pero puedo notar sus mejillas rojas y una pequeña sonrisa en sus labios.

Mierda, esta chica puede sacarme de mis principios. Su expresión inocente que engaña a cualquiera que se pase por su vida, pero poco saben que lleva una oscura intensidad surrealista. Sus rizos bien definidos que pasaría horas perdiéndome entre ellos. Sus ojos marrones que contienen un brillo natural tan hermoso como las estrellas.

Realmente no recuerdo cuándo empecé a encantarme con todos sus detalles, por muy tontos que sean.

- Joshua, ¿dónde está Malia? - la voz gruesa resuena por la habitación, haciendo que todos se reúnan en el banco, frente a mí.

- ¡Señor Baker, tranquilo! - Joshua suelta una risa nerviosa, cerrando la puerta detrás de él.

Ahora mirando hacia ellos, veo a Robert, con su costoso traje gris, el pelo bien peinado y una postura de un verdadero empresario.

SUSURROS DE MEDIANOCHE - Kylia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora