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Malia me mira con recelo, girando su rostro hacia el inmenso cristal de la cabina

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Malia me mira con recelo, girando su rostro hacia el inmenso cristal de la cabina. Ella mira durante unos segundos y su expresión cambia de confusa a seria.

- ¿Quiénes son? - pregunta, girando su rostro hacia mí.

Franzo ceño mirándola, Malia no muestra miedo, lo que es una sorpresa.

- trabajan para otras familias - suspiro, poniendo el pelo detrás de la oreja. - descubrieron de quién eres hija, y para colmo, saben que estás conmigo - digo, juntando las manos, sentada en la parte de la cabina.

- ¿Y qué quieren? - ella se acerca, de pie frente a mí.

- No es gran cosa - doy una risa cínica, mirando hacia arriba. - Me quieren muerta, y para ti, hay dos opciones - paso la lengua por los dientes, viéndola cruzar los brazos. - la muerte o un hijo - Malia suelta una risa insípida, sentándose a mi lado.

- He visto en algunos lugares que ya has matado a mucha gente - vuelve a mirar al cristal. - grupos de personas, no es ahora que vas a dejar que algo suceda, ¿verdad? - me mira de nuevo, con una sonrisa a un lado.

- el problema eres tú, Malia. No siempre estaré presente en caso de que pase algo - suspiro, cogiendo el móvil, viendo que Vicent está vigilando todo a través de las cámaras del parque.

- Sé cómo cuidarme, Kylie - dice tan seriamente que por un momento lo creo. - no pasará nada, se rendirán y tendremos cinco vueltas más lentas - sonríe emocionada.

Ni siquiera parece que haya más de cinco tipos de negro que quieran encontrarla a toda costa. Malia realmente logra impresionarme.

Malia llega más a la esquina, mirando el parque iluminado por el cristal. No estamos totalmente en lo alto, pero agradezco que el vidrio no dé una vista de la gente aquí dentro.

Con el labio entre los dientes, veo a Vicent dándome los movimientos de los chicos. Me alivia cuando dice en el mensaje que la mayoría ya se ha rendido, que solo queda uno.

Su nombre brilla en la pantalla, así que me levanto, llevando el móvil hasta la oreja, moviéndome hacia la esquina, mirando a Malia que ahora tiene curiosidad. Ella me mira de una manera tan inocente que me hace olvidar el hecho de cómo es en realidad.

- ¿Kylie? - Vicent me llama.

- ¿Sí? - murmuro, llevando la mano hasta el pelo, alisándolo.

- solo queda uno, y es alguien bien conocido por ti - dice, haciéndome levantar la postura.

- ¿De quién es? - pregunto, pasando los dedos por los finos mechones de mi cabello, arrezándolo hacia atrás.

- Liam wolfe - escucho el ruido de las teclas de su cuaderno y una sonrisa perversa surge en mis labios.

- Será una hermosa noche entonces - hablo y luego cuelgo la llamada.

Lian Wolfe es una persona que he estado buscando durante mucho tiempo. Desde el momento en que prefirió traicionar a mi padre por las drogas. Es un puto adicto, que pagará con su vida esta noche.

- ¿Qué fue? - su rostro está fruncido, en profunda confusión.

- No hay nadie más aquí - digo, y su expresión se tranquiliza.

- ¿Podemos disfrutar ahora? - pregunta, de una manera linda.

Me encodo de hombros, sentándome a su lado, viendo la vista del parque en lo alto. Es realmente hermoso, todas las luces en medio de la oscuridad, las luces del edificio que hacen que todo sea más encantador.

Malia está a la vista, que ni siquiera se da cuenta de que la estoy mirando, admirando cada hermoso rastro suyo. Sin darse cuenta, la chica sostiene mi mano sobre su regazo, entrelazando sus dedos con los míos, dándome un escalofrío, como si fuera una corriente eléctrica corriendo por mi cuerpo.

- Tengo un deseo - dice ella, en un tono bajo, alisando mi mano con delicadeza.

Me acerco más a ella, acercándome a su rostro, para poder oírla mejor.

- Estoy loca por conocer a París - dice, girando su rostro, notando que estamos demasiado cerca. - Pero quiero que este momento sea especial - susurró, desviando su mirada a mi boca. - Sé que no debería, después de todo, es algo absurdo que esté enamorada de una asesina, que aún más es mi maestra - se ríe torpemente, mirando hacia abajo, moviendo sus dedos.

Mi boca se seca y mi cuerpo se congela con tu confesión. Mi mente entra en un gran lío, pero no le quito los ojos de encima. Mi respiración es pesada y mi corazón se acelera. No me lo esperaba, de verdad.

- Todavía te odio, solo para que conste - dice ella, mirando de nuevo.

Yo apenas parpadeo, manteniendo mi mirada fija en las suyas. Mi corazón se acelera dentro de mi pecho, mirando a Malia bajo la tenue luz de este lugar, sabiendo que ni siquiera puedo engañarme a mí misma, declarándome por dentro que estoy totalmente enamorada de Malia Baker, y siempre estaré a su merced y dispuesta a dejar que el mundo arda por ella, sin importarme por quién salga herido.

- No puedo decir que sea recíproco esta vez - digo, poniendo mi mano en su barbilla, analizando su rostro, notando que está nerviosa.

- ¿Qué? - ella pregunta, con la voz fallando y demasiado baja.

Sonrío de lado, mirando sus labios rojizos, sintiendo que el mundo se detiene y que solo ella existe en él. Aunque no acepte, Malia es mi punto débil, mi refugio y una sombra de la que no puedo escapar ni quiero. No necesito a alguien, pero su forma de ser me desconcierta. Cada movimiento tuyo me atrapa, me fascina, incluso cuando finjo que no. Podría alejarla, pero tal vez no quiera. Tal vez el peligro de tenerla cerca es lo que me mantiene vivo.

- No te odio - suspiro, apartando su cabello hacia atrás con la otra mano. - Tal vez incluso me gustes demasiado Baker - Siento a Malia vacilar sobre mi toque, fijando su mirada en el mío, con un brillo indescifrable en ellos.

Malia no dice una palabra. Ella me agarra y me tira, sellando su boca en la mía, iniciando un beso tranquilo. Sus movimientos se relajan y su mano se acosta en mi nuca y la otra descansa en mi hombro.

Con la mano entre sus rizos, domino su lengua, sintiendo su calor ardiente sobre mí. No tengo ni idea de si esta cosa ya ha rodado la segunda vez, ya que siempre hace una pausa en lo alto durante unos cinco minutos.

Y todo sucede tan rápido, que solo me doy cuenta de que tiré de Malia a mi regazo cuando se aleja, tirando el pelo hacia un lado, dejándome hipnotizada con su acto.

Esta chica todavía me volverá loca.

Tres pov de Kylie, vaya..

La confesión llegó 🙌🏼

SUSURROS DE MEDIANOCHE - Kylia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora