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No sé cuándo me perdí en nuestros pasos, pero cuando me di cuenta, ya estábamos dentro de una habitación, totalmente diferente a la primera en la que habíamos entrado

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No sé cuándo me perdí en nuestros pasos, pero cuando me di cuenta, ya estábamos dentro de una habitación, totalmente diferente a la primera en la que habíamos entrado.

La ropa ya está tirada en el suelo y siento que mi cuerpo se calienta, incluso con el aire acondicionado encendido. Sentada en la cadera de Kylie, tiro el pelo hacia un lado, mirando la cabecera de la cama, notando que hay esposas justo encima de su cama.

Cuando Kylie miró hacia arriba, confundida con lo que tanto miro, vuelve a mirarme, mirándome de forma cínica, como si me estuviera diciendo que no iba a suceder.

- levanta las manos, Cantrall - pido, inclinándome sobre su cuerpo, tirando del brazo de la mujer con un poco de fuerza, sujetándolo luego en una de las esposas.

- ¿Qué crees que estás haciendo? - miro hacia abajo, notando su mirada intrigada.

Doy una ligera sonrisa, tomando su otro brazo, sujetándolo con calma. Abajo todavía inclinado, acercándome a su rostro, sin quitar la sonrisa de los labios.

- Te gusta tener siempre el control, pero esta vez no va a funcionar - susurro contra sus labios, viendo cómo sus ojos se oscurecen.

El ruido de las esposas me hace sonreír más, viendo que ella está tratando de liberarse y tener el control de todo de nuevo.

- Sabes que cuando me vaya de aquí, estás jodida, ¿verdad? - ella habla de forma ronca, mirando mi boca, haciéndome correr de excitación.

Me río, ignorando su discurso, bajando mis labios hasta su cuello, donde me aseguré de morder y chupar y dejar marcado, como la última vez.

Siento que su abdomen se contrae debajo de mi mano y su pecho subiendo y bajando, sus manos se mueven frenéticamente, tratando de soltarse.

Descujo mis besos por su busto, pasando a su vientre, donde distribuyo besos calientes y ligeros, sintiendo sus espasmos.

Un suspiro se escapa de sus labios cuando salgo de encima de ella, separando sus piernas y encajando entre ellas.

No puedo decir que haya tenido algún contacto íntimo con otra chica, solo con Kylie, así que no puedo fallar en lo que estoy haciendo.

Kylie me mira de forma interesante, dejándome avergonzada hasta el punto de que mis mejillas se calientan y aparto la mirada. A diferencia de ella, me siento vulnerable y avergonzada con cualquier tipo de intercambio de miradas.

Pero lo ignoro y me mantengo concentrado en lo que necesito hacer. Me inclino entre sus piernas, subiendo lentamente hasta estar cerca de su cara.

- Me encanta verte así - doy una sonrisa, antes de juntar nuestros labios, en un beso eufórico, mientras mi mano recorre en su cuerpo hasta llegar en su intimidad, sintiendo la humedad gotear entre mis dedos.

Kylie jadea, tirando de los brazos de nuevo, haciendo que la baraja de las esposas resuene en el dormitorio. Sin previo aviso, como siempre hace, la hundo dos dedos, sintiéndola acostumbrarse a ellos.

SUSURROS DE MEDIANOCHE - Kylia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora