Exaspération

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De la Oscuridad a la Luz

En sombras nací,
en caos crecí,Un alma errante,
sin rumbo a seguir..

La infancia, un infierno,
un grito atroz,
Padres ausentes,un corazón en trozos.

La calle, mi refugio,
mi cruel hogar,
Buscando en la violencia lo que no hallar.
Un haz de esperanza, una débil luz,
Que me impulsaba a superar la cruz.

El pasado, una cadena,
un peso a llevar,
Pero la fuerza interior me hizo cambiar.
Corté los lazos, rompí las amarras,
Y encontré en mí mismo nuevas mañanas.

Ahora camino hacia un futuro mejor,

Libres de miedos, de dolor.

a luz al final del túnel,ya la veo brillar,
Un nuevo comienzo,que voy a abrazar.



Las dos chicas se sentaron en silencio en la habitación de Yoko, donde solo el leve zumbido de la nevera rompía la quietud. La luz de la tarde caía oblicua, entrando por las ventanas y delineando los contornos del cuarto de una forma suave pero implacable, como si iluminara cada rincón de sus pensamientos, incluso aquellos que preferirían mantener ocultos.

Ambas tomaron un sorbo de sus bebidas, sin decir palabra, y Enid, dudando un instante, hizo lo mismo. No había reproches en los ojos de Yoko, pero tampoco la chispa alegre y ligera que usualmente la caracterizaba. Ahora, su expresión era una mezcla de agotamiento y calma tensa, una calma que parecía guardar una marea de pensamientos y sentimientos al borde de desbordarse. y aunque el silencio seguía rodeándolas, ya no era tan fácil de ignorar. Enid podía sentir los pensamientos de Yoko como si fueran propios, como si ese silencio en realidad gritara todo lo que ambas habían guardado por demasiado tiempo. Era el momento de hablar, de aclarar las sombras y las heridas no dichas, y ambas sabían que no habría vuelta atrás una vez iniciaran.

El peso de ese instante parecía suspendido en el aire, palpable y denso. Yoko tomó un respiro profundo, mirando la lata en su mano, y aunque no había dicho aún una palabra, Enid sintió que algo importante estaba por ser revelado, algo que podría cambiar para siempre lo que ambas compartían.

La atmósfera en la habitación se volvió aún más espesa, el silencio se interrumpía solo con el crujido de las latas al abrirse. Enid observaba atentamente cada movimiento de Yoko, notando la manera en que su amiga evitaba mirarla directamente. Había una tensión palpable en los hombros de Yoko, un cansancio que trascendía lo físico y se hundía en lo emocional. Finalmente, Yoko exhaló profundamente, sosteniendo la lata en una mano como si fuera lo único que anclaba sus pensamientos.

—Cuando te llamé en vacaciones... ya sabes, te mencioné que mi relación con Divina había terminado porque intentó usar su canto de sirena en mí...— Yoko se detuvo, su voz cargada de resentimiento y algo más profundo, tal vez dolor o decepción. —Pero, Enid, eso... eso fue solo la punta del iceberg.—

Enid permaneció en silencio, permitiéndole continuar mientras Yoko se giraba hacia ella, finalmente encontrando su mirada, aunque sus ojos reflejaban algo distante, una mezcla de amargura y resignación.

ADDAMS---une histoire de sang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora