Capítulo 21

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Capítulo 21

POV Gala

Han pasado dos meses desde aquella noche en el departamento de Karime. Dos meses desde el beso, desde la confusión y la intensidad que todavía siento ardiendo bajo mi piel. Dos meses de intentar, inútilmente, alejarla de mis pensamientos y seguir adelante. Y aún así, cada vez que mi teléfono parpadea con una notificación de sus mensajes, siento la misma punzada en el pecho.

Karime no ha dejado de escribirme. Al principio, intenté ignorarlos sin darle demasiada importancia, convencida de que con el tiempo dejaría de insistir. Pero el tiempo pasa y ella sigue enviándome esos mensajes, pequeños recordatorios de la conexión que aún compartimos, aunque yo me haya esforzado en reprimirla.

No los abro. No quiero darle esa puerta de entrada a mi vida de nuevo. He tratado de mantener una barrera sólida porque sé que, si la vuelvo a ver, si cruzo esa línea otra vez... no confío en mi propio autocontrol. Me preocupa que, si la tengo frente a mí, terminé cayendo de nuevo, que la herida que aún sangra en mi corazón se vuelva a abrir.

Esta noche es el estreno de la novela en la que tanto he trabajado, y el evento es una distracción bienvenida. La expectativa alrededor de esta producción ha crecido en las últimas semanas y el equipo ha decidido celebrarlo con una gran fiesta en un restaurante que han cerrado solo para el elenco, los familiares y algunos periodistas. Es un buen momento para pensar en todo, menos en Karime. Me dedico a terminar de arreglarme, poniéndome el vestido que había elegido para la ocasión y ajustándome los pendientes. Es hora de disfrutar esta noche, de vivir este logro y, quizás, de olvidarme de todo lo demás por un rato.

Llego al restaurante, y el ambiente es electrizante. Las luces tenues y la música vibran en el aire, mezclándose con las risas y las conversaciones. Es una celebración que parece prometer una noche de éxitos y buenos momentos. Busco entre la multitud a las personas que más me importan, y pronto veo a mi hermana y a mi sobrina, Bama, que ya están aquí.

—¡Hermana! —exclama Beba al verme, y la abrazo fuerte. Su calidez y su entusiasmo siempre me han reconfortado, especialmente en los últimos meses.

—¡Bama! —La miro con una sonrisa y le doy un abrazo también, notando cómo sus nervios parecen reflejarse en su expresión. Es su primer papel, y esta noche es tan especial para ella como lo es para mí.

—Tía, estoy un poco... —Bama duda, con una sonrisa que intenta ocultar su nerviosismo—. No sé cómo reaccionará el público. ¿Y si no les gusta?

La tomo de los hombros, obligándola a que me mire a los ojos.

—Escúchame bien, Bama. Eres increíble, ¿de acuerdo? —le digo con una firmeza tranquila—. Has trabajado duro y lo has hecho con todo el corazón. No tienes nada de qué preocuparte. Confía en ti misma.

Ella asiente, y noto cómo su ansiedad comienza a disiparse. Me abraza de nuevo, y mientras lo hace, me doy cuenta de lo importante que es para mí poder estar aquí con ellas, compartiendo este momento.

Apenas me suelta, escucho una voz detrás de nosotros. Es el padre de Bama. Se ha acercado para felicitar a su hija, y aunque lo intento, no puedo evitar que mi expresión se torne fría. Este hombre, que desapareció de la vida de mi hermana en cuanto supo del embarazo, tiene el descaro de aparecer esta noche como si nada hubiera pasado. Siento un nudo de enojo en el estómago. Mi instinto es alejarme para no arruinar la noche de Bama, y sé que mantener la distancia es lo mejor que puedo hacer. Así que, sin decir nada, me excuso de ellos y me dirijo hacia la barra.

Me siento en uno de los taburetes, pidiendo un trago para intentar calmar los sentimientos contradictorios que me arden por dentro. El barman me entrega mi copa, y justo cuando estoy a punto de tomar un sorbo, siento que alguien se ha sentado a mi lado.

El Hilo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora