Capítulo 27

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Capítulo 27

POV Gala

Es sábado por la noche y estoy en mi habitación, decidiendo cada detalle como si fuera una ocasión trascendental, como si estos minutos en frente del espejo marcaran el inicio de algo nuevo y lleno de promesas. Tengo frente a mí el vestido que Karime me regaló hace años, cuando todavía estábamos dentro del reality.

Mientras deslizo el vestido sobre mi cuerpo, siento que es la elección perfecta, como si el vestido mismo contuviera todos los recuerdos y emociones acumuladas desde entonces. Al ajustar el último botón, me miro en el espejo y noto que, por primera vez en mucho tiempo, hay una paz en mi expresión que creía imposible de recuperar.

Y entonces lo veo. En el fondo de un cajón, debajo de varias piezas que ya ni siquiera recordaba, encuentro el pequeño collar que compré hace cinco años. Fue en un impulso, una especie de recuerdo simbólico de lo que fue el "Team Mar". Nunca lo había usado ni había encontrado el momento adecuado para regalarselo a Karime. Quizás nunca me había sentido lo suficientemente lista, o simplemente el tiempo no había sido el correcto. Pero hoy... Hoy siento que es distinto. Con manos cuidadosas, levanto el collar y lo coloco alrededor de mi cuello. El pequeño dije en forma de ola cuelga suavemente, como una promesa silenciosa, una señal de reconciliación entre el pasado y el presente.

Termino de maquillarme y, tras darle un último vistazo al reflejo, salgo hacia la sala donde mi hermana Beba ya está lista. Me sonríe de inmediato, con esa complicidad entre hermanas que no requiere palabras.

—Wow, Gala —dice con admiración—, luces increíble. Pero más que eso, luces tranquila, como si finalmente te hubieras liberado de algo.

Su comentario me toca de una forma inesperada. Por un momento, siento que va más allá de mi apariencia; es como si hubiera visto un cambio genuino en mí, algo que ha tomado tiempo para salir a la superficie.

—Gracias, Beba. —Sonrío, y me doy cuenta de que es una sonrisa genuina—. Creo que estar con Karime y Valentina me ha ayudado mucho. Poco a poco, he sentido cómo la rabia y el dolor se van disipando.

Beba se acerca y me toma de la mano con suavidad, mirándome con esa mezcla de cariño y sabiduría que solo una hermana podría expresar.

—Me alegra tanto verte así. No dejes que el miedo te detenga, Gala. Confía en Karime. Dale una oportunidad a este amor, a la posibilidad de ser felices. Abre tu corazón y déjate llevar, no sabes hasta dónde podría llevarte.

Asiento, consciente de la verdad en sus palabras. Durante tanto tiempo he tenido el escudo del resentimiento y el dolor, convenciéndome de que eran necesarios para protegerme. Pero cuando estoy con Karime, el miedo parece desvanecerse, dejándome ver una posibilidad de futuro que creía perdida.

Me doy cuenta de que estoy buscando las llaves de mi camioneta, como si el hecho de tener el control me diera un cierto alivio. Pero Beba sonríe y me pone una mano en el hombro, deteniéndome.

—No las necesitas, Gala. Karime hace una hora envió a su chofer; está abajo esperándonos.

Ese detalle inesperado acelera mi corazón. Aunque hoy sea su cumpleaños, aunque esta noche se trate de ella, Karime se tomó la molestia de cuidar de mí, de hacerme sentir segura, sin que siquiera tuviera que pedírselo. Es uno de esos gestos sutiles que ella tiene, un recordatorio constante de lo bien que me conoce, de cómo se preocupa por cada pequeño aspecto de mi vida.

—Por supuesto, es algo que ella haría —murmuro para mí misma, pero Beba me escucha y sonríe.

Tomamos nuestras cosas y bajamos al vestíbulo, donde el chofer de Karime ya está esperándonos, como Beba había mencionado. Mientras subimos al auto, me doy cuenta de que mi corazón late rápido, como si esta noche fuera un punto de inflexión, un antes y un después que lleva años en construcción.

El Hilo del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora