Yo te tomo. [Soonhui]

[05]

'Kwon Soonyoung.

—¿No era a quien esperabas ver? —pregunta Xu Minghao, pero las palabras no tienen sentido.

La tripulación encontró el rastreador no hace ni quince minutos. Lo sé porque la señal se cortó, pero seguimos la luz tenuemente oscilante en la distancia.

Es la primera vez que veo a Xu Minghao en persona desde la noche en que asesinó a mi familia.

Ahora es mayor. Un poco más suave en el medio, un poco más gastado, pero de ninguna manera no es una amenaza.
Especialmente no cuando tiene a Junhui del brazo, la pistola en la mano se clava en su sien.
Aunque no puedo mirarlo. No puedo pensar en lo magullado que se ve. Desnudo y vulnerable.

Necesito mantener mis ojos en él.

—Suelta tu arma o lo mato.

—No tengo ninguna intención de dispararte. Planeo usar mis manos — digo, dejando la pistola en el suelo.

—No, no lo suficientemente bueno. Dentro del agua.

—Quítale el arma.

—No lo creo. —En cambio, amartilla el arma.

Jeonghan aparece a la vista en mi periferia. Los ojos de Minghao se mueven hacia él.

—Ustedes dos. Pistolas al agua.

Madre jodida…

—¡Jeonghan! —ordeno.

—No dejaré que él…

—Tíralo. —Cojo mi arma y la tiro por la borda. Apenas hace ruido.

—Soon.

Lo miro.

—Tiene a Junhui.

La mirada de Jeonghan se desplaza de mí a Minghao y viceversa. Deja caer la pistola al agua.

—Buenos chicos.

Doy un paso hacia él. No estaba seguro de lo que sentiría cuando lo volviera a ver. No estaba seguro de si toda la furia a lo largo de los años me consumiría, me haría cargo, me convertiría en una bestia que acaba de atrapar a su presa.

Aunque no es así.

Y no sé si Junhui a punta de pistola ha silenciado a esa bestia. Eso al menos lo suavizó por ahora.

Doy otro paso y escucho a alguien del otro barco llamar a Minghao.

Diciéndole que necesitan moverse.

—Vas a perder tu viaje —le digo mientras el bote se tambalea debajo de nosotros y el más grande que lo espera se aleja un poco más—. Déjalo ir. No lo vas a llevar contigo.

—Ya me harté de el—dice, con expresión arrogante, sus palabras hacen que mis manos se cierren.

Me obligo a respirar y doy otro paso. Él está mintiendo. Es lo que hace.

Retrocede un paso para igualar el mío, pero no tiene espacio.

—Minghao. ¡Vamos! —grita un hombre desde el otro barco.
Minghao se da la vuelta y arrastra a Junhui un paso.

Cargo contra él. Estoy casi ahí, a solo un brazo de distancia. Sé que puedo agarrarlo. Lo sé.
Pero hace algo que no espero.
Levanta un brazo para disparar su pistola al aire. Junhui grita y, un momento después, lo empuja con fuerza y el se cae por el costado del bote.

En esa fracción de segundo, mientras su cuerpo cae por la borda, me quedo congelado en mi lugar.

Puedo tenerlo. Durante años he estado viviendo con un propósito. Una meta. Matar a Xu Minghao.

No. Dos metas.

Averiguar lo que le dijo a mi madre y luego matarlo.
Pero está sonriendo como el puto Joker, corriendo hacia el otro barco.

Junhui se balancea sobre la superficie del agua solo una vez. No puede salvarse a sí mismo, no atado como está, y el agua se traga su grito como se traga su cuerpo.