Yo te tomo. [Soonhui]

[28]

'Kwon Junhui.

El helicóptero despega. Un soldado me sujeta mientras viramos bruscamente hacia el oeste y recupero el aliento, agarrándome a los bordes del asiento.

E Odio este helicóptero.

Hyungwon está sentado frente a mí. En sus ojos veo su odio.

Soonyoung está muerto.

Lo sentí, ¿no?

—¿Cómo? —pregunto con la voz tan pequeña entre el ruido de las aspas del helicóptero.

—Tu amante lo mató —dice Hyungwon.

—¿Mi… Minghao? No es… ¿Minghao lo mató?

—No finjas que te importa.

No finjo, pero no me molesto en explicarlo. Soonyoung está muerto.

Utilizó sus nueve vidas.

El helicóptero baja inesperadamente y jadeo, mi estómago se revuelve antes de que ese ladrillo se asiente de nuevo.

Muerto.

No volveré a verlo y lo único que puedo pensar es en lo mucho que lo echaré de menos.

—Yo no lo traicioné —le digo a su tío, aunque ya no importa.

No es que me vaya a creer.

No dice nada, durante mucho tiempo, y no sé qué espero que diga. Lo que quiero que diga. Pero tengo la sensación de que no sentiré la pérdida de Soonyoung durante mucho tiempo. Tengo la sensación de que no tendré tiempo para llorarlo.

Al menos tengo a Yangyang. Si no estoy en la plaza dentro de dos días, desaparecerá. Sabrá lo que le pasó a Soonyoung. Descubrirá lo que me pasó y sabrá que tiene que desaparecer.

Al menos estará a salvo.

—¿A dónde me llevas? —le pregunto a Hyungwon.

—De vuelta con tu gente.

—No tengo gente.

—No, supongo que no la tienes. Pero eso solo te hace más valioso para mí.

—¿Qué quieres decir?

—Tao ha dado un golpe.

—¿Tao? ¿Qué tiene que ver él con todo esto?

—Y es el único que puede darme lo que necesito ahora.

—¿Qué es eso?

—Señor —interrumpe uno de los soldados con auriculares—. El avión está listo. El helicóptero aterrizará en menos de cinco minutos. Tenemos permiso para despegar en cuanto todos estén a bordo. Tendremos un margen de diez minutos, así que tendremos que darnos prisa.