Yo te tomo. [Soonhui]

[21]

'Kwon Soonyoung.

Mi cabeza está nadando con pensamientos de lo que Junhui me dijo. Yangyang está fuera de la isla con algunos de los hombres, así que no he podido interrogarle.

No se lo he dicho a Jeonghan ni a Haseul. No lo haré. No hasta que pueda entenderlo yo mismo.

¿Es posible que Jinsoul esté viva? ¿La secuestraron pensando que era Jiwoo? ¿Con qué fin?

¿Chantaje? ¿A quién?

Pensaron que nos habían matado a todos.

Pero hay una cosa que tiene sentido, y ese pensamiento me pone enfermo.

Respiro profundamente. Necesito concentrarme en la tarea que tengo entre manos.

Si Jinsoul está viva, la recuperaré. La traeré a casa.

—Señor. —El soldado asoma la cabeza en el estudio de mi tío. Estoy sentado detrás de su escritorio, mirando el álbum de fotos que encontré en él—. Está llegando.

—Gracias.

Paso la página del álbum y miro más fotos de mi madre. Mis hermanos y mi hermana. No hay ninguna de mi padre, pero se iba mucho. Hay más fotos de mi tío que en los álbumes de casa. Estoy cerrando el álbum cuando le oigo hablar con el soldado que dejé en la puerta del estudio. Un momento después, la puerta se abre y mi tío queda enmarcado en la luz del pasillo.

Lo recibo mientras me levanto de su asiento. Lo miro, tomo el vaso de whisky y me lo acabo. No es de mi marca, pero servirá.

—¿Qué demonios, Soonyoung?

—Cierra la puerta —le digo.

—¿Debo cerrar la puerta de mi propia oficina detrás de mí? Te lo preguntaré de nuevo. ¿Qué demonios? —Pero entra y cierra la puerta—¿Y dónde está Morgan?

—¿Morgan?

—El mayordomo.

—Oh. —Siempre olvido su nombre. ¿Pero en serio? ¿Un maldito mayordomo?—. Está tomando café. —Con mis hombres en la cocina durante la última hora. No quería perder el elemento sorpresa.

La mirada de mi tío se desplaza hacia el álbum de fotos sobre el escritorio. Nos sirvo una copa a los dos.

—Tu marca está en el armario de abajo —dice.

—Esto servirá. —Le doy el suyo y me apoyo en el escritorio mientras él toma asiento en el sillón que hay junto a la pared.

—¿Qué pasa?

—No sabía que el médico que me había tratado todos esos años había sido asesinado.

—¿Perdón?

—El médico. Cuando estaba en coma.

—Oh, él. Sí, fue trágico. Me enteré de ello la mañana después de que ocurriera.