Yo te tomo. [Soonhui]

[17]

'Kwon Junhui.

—¿A qué te referías cuando dijiste que acababas de recordar el túnel? —le pregunto a Soonyoung, pensando en lo extraña que había sonado la afirmación.

Estamos sentados en un baño caliente después del episodio de abajo. Está detrás de mí y no responde enseguida, así que giro lo cabeza para mirarle. Se encuentra con mis ojos.

—No recuerdo las cosas.

—¿Qué quieres decir?

Mira pensativo, a lo lejos, con la frente fruncida.

—No recuerdo las cosas. La gente —hace una pausa—. No las recuerdo, Junhui.

—¿Qué? —Sacude la cabeza—. No entiendo lo que dices —digo.

—Cuando me desperté, no recordaba nada antes de la masacre. Nada. Como si los primeros diecisiete años de mi vida no hubieran ocurrido. — Siento que se me arruga la frente mientras intento seguirle—. No puedo recordar a mi propia madre. —Estoy tratando de procesar, tratando de dar sentido a esta cosa que no tiene sentido—. A ninguno de ellos.

Entonces me viene a la memoria algo que dijo. Cuando me dio la ropa de su madre, hizo el comentario de que me lo había dado para ver si recordaba. No había entendido lo que había querido decir.

Oh, Dios mío. No puedo entender el alcance de esto. Debe sentirse totalmente desvinculado. Perdido. ¿A qué se aferra cuando no tiene pasado?

Sacude la cabeza y se levanta. Observo cómo el agua se desliza sobre él, veo los músculos, las cicatrices, los tatuajes. Los restos de la escritura irregular a lo largo de su brazo. Entrecierro los ojos para leerlo, pero no, no puede ser.

Se rodea las caderas con una toalla y me tiende una. Me levanto y me envuelve en él, luego me saca de la bañera y me lleva al dormitorio.Vuelvo a sorprenderme de lo gentil que puede ser.

Nos colocamos en el borde de la cama mientras él me seca el agua.

—¿Te acuerdas del primer día? —pregunta—. Cuando te traje aquí.

Asiento, tratando de seguir el ritmo cuando a menudo parece que tiene la mitad de la conversación en su propia cabeza.

—Me has hecho recordar la Crème Caramel. De mi madre. Fueron tus ojos. Son del color del azúcar quemado. —Sonríe, pero desaparece en un segundo—. Me hiciste recordar, Junhui. Eso nunca había sucedido antes.

—¿No recuerdas nada en absoluto?

Sacude la cabeza.

—Conozco cada detalle desde el día en que desperté del coma hasta ahora. Y esa noche. La noche de los asesinatos. Que no puedo olvidar. No puedo dejar de ver.

—¿Has hablado con un médico o algo así?

Da una pequeña y triste risa. Es más bien una exhalación.