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'Kwon Junhui.

Me despierto con el olor del café

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Me despierto con el olor del café. Me muevo, rodando sobre mi costado, pero hago una mueca y me detengo tan pronto como lo hago. Recuerdo instantáneamente por qué me duele. Todo lo que sucedió me viene a la mente de una vez.

—Buenos días —dice Soonyoung.

Abro mis ojos. Una luz naranja intensa, la primera luz de la mañana, se filtra en la habitación bañándola con su cálido resplandor. Veo a Soonyoung ponerse de pie desde el sillón en el que estaba sentado. Su ropa parece arrugada, su cabello como si hubiera estado pasándose las manos por él toda la noche.

Regresé a la isla. De vuelta a su habitación. En su cama.

—Buenos días —digo, lento para empujarme hasta un asiento.

—Despacio. —Está a mi lado en un instante, levantándome suavemente. Respiro profundamente y retrocede. Incluso el toque más leve duele—. Lo siento —dice.

—Está bien.

Ajusta las almohadas detrás de mi espalda.

—¿Yangyang está bien? Alguien hizo…

—Él está bien. A salvo. Solo golpearon la casa en la que estabas.

—Los soldados están muertos. —Asiente—. Wonwoo. Él está…

Hay una sombra momentánea que cruza sus facciones, pero la esconde rápidamente.

—Él estará bien. Recibió dos balas, pero nada fatal.

—Eso es bueno, me alegro. —Ajusto las sábanas, solo queriendo sentir su suavidad, su calor. Casi sin creer que estoy aquí y a salvo. Miro hacia arriba para encontrar a Soonyoung mirándome—. ¿Soñé con tu hermano en el agua?

Sonríe.

—No. Él entró a buscarte.

—Oh. ¿Sí?

—Sí.

—¿Cómo supo mi tío que estaba en esa casa? ¿Que estaba solo?

—Le avisaron.

—¿Quién?

—No lo sé todavía.

Asiento, miro hacia abajo y me doy cuenta de que estoy usando una bata de color rosa polvoriento. No lo recuerdo, pero debe haber estado en las cosas que Soonyoung me compró en nuestro viaje de compras. Está destinado a ser sexy, pero con mi piel rayada y magullada debajo, se queda corto.

—No recuerdo haber vuelto aquí —digo. Es verdad. No recuerdo mucho después de mi crisis nerviosl en la ducha. La idea de eso hace que la sangre se me suba a la cara. Me da vergüenza.

Esa persona que se derrumba, ese hombre que no pudo defenderse, ese no soy yo. No me apoyo en la gente. No confío en la gente. Ni siquiera en él.

No puedo.

Yo te tomo. [Soonhui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora