Yo te tomo. [Soonhui]

[15]

'Kwon Soonyoung.

La expresión de la cara de Joshua es sombría cuando entra en mi estudio.

—Es tarde —digo, mirando mi reloj, aunque sé qué hora es. —Se ha empeñado en llegar cuando nadie más estaría aqui.—¿Whisky?

—Sí —dice, sorprendiéndome. No bebe cuando hace negocios y no hay duda de que esto es un negocio. Deja el grueso sobre que ha traído sobre el escritorio, se desabrocha el botón de su traje a medida y toma asiento— Uno doble.

Lo estudio mientras le sirvo un vaso y repongo el mío. Algo lo tiene alterado. Fue una de las personas a las que Jeonghan llamó cuando nos encontró aquella mañana después de la masacre. Todavía pienso en eso. En lo que debió ser para mi hermano ser recibido por ese horror.

Había salido la noche anterior. Se escabulló de la isla para encontrarse con una chica cuando se suponía que estaba en casa. Me dijo que no había sido capaz de dar sentido a lo que estaba viendo porque no estaba seguro de si era todo el alcohol. Si todavía estaba borracho. Si era por eso que tenía tantas arcadas.
Me pregunto si lo que más daño hizo fueron las propias muertes o el hecho de encontrarnos como estábamos. Apostaría por lo segundo.

No habla de ello. Nunca ha hablado de ello.

—¿Está Jeongban por aquí? —pregunta Joshua. El momento me llama la atención teniendo en cuenta mis pensamientos.
Sacudo la cabeza.

—Se fue a la cama.

—Eso es bueno. —Su cara es grave.

Joshua es el padrino de Jeonghan. Siempre ha sido bueno con él. Con los dos. Sé que él también se preocupa por el estado de ánimo de Jeonghan al haber sido el que nos encontró. A veces me preguntome pregunto qué hará cuando esto termine. Cuando la venganza esté tomada. ¿Qué es lo siguiente para mi hermano menor? ¿Hay algo? ¿O es como yo? Como yo había sido hasta hace muy poco.

—Aquí tienes. —Le entrego a Joshua un vaso y tomo asiento detrás del escritorio.

Levanta su copa en un brindis que sé que no es feliz. Joshua tiene ya más de cuarenta años. Su espeso cabello oscuro tiene una única y ancha mancha gris en la sien. Lo tiene desde que tengo uso de razón y le da un aspecto distinguido

—No me va a gustar esto, ¿verdad?

—No, no te va a gustar.

Abre el gran sobre y saca la gruesa pila de papeles que hay en su interior. Desde aquí puedo ver fajos recortados formados por fotografías, hojas de papel e incluso algunos recortes de periódico.

—No me mantengas en suspenso.

Sonríe, pero a medias. Me tiende las páginas y las tomo de mala gana.

Solo bajo la mirada rápidamente antes de volver a mirar la suya.

Siento arder el tatuaje que me grabé borracho en el brazo. Sabía que esto iba a pasar, ¿no? Es por lo que pregunté en primer lugar.