The Legend of Zelda y todos sus personajes son propiedad de Miyamoto Shigeru, Tezuka Takashi y Nintendo.
Palabras: 575.30.- Moda
La primera vez que había puesto los pies en Hatelia, cien años atrás, era conocida como la capital de la verdura. Si querías las verduras más frescas tenías que ir a sus tierras, precisamente de allí venían las que comían en el castillo. También era conocida por ser la cuna del elegido de la Espada Destructora del Mal, Link. Ahora las cosas habían cambiado mucho. Tras el Cataclismo, otros pequeños comercios empezaron a abrir sus puertas y, aunque sus productos frescos seguían siendo excelentes, Hatelia estaba destacando como capital de la moda.
Sogene había abierto las puertas de una tienda de ropa y la locura se desató al instante. Tradición y modernidad chocaron sin remedio, aunque las aguas parecían haber regresado a su cauce.
A Zelda no le entusiasmaba la ropa de Sogene, pero como reina de Hyrule no podía darle la espalda, al fin y al cabo, Sogene era una de las personas que con su ingenio estaban ayudando a reactivar Hyrule. A Link, en cambio, no le gustaba nada y si estaba allí a su lado era porque no le quedaba más remedio.
—Toda la nueva colección está inspirada en las setas que crecen en la llanura de Hyrule como un homenaje a la familia real y vuestra hazaña, majestades —explicó Sogene con orgullo—. Pronto estará a la venta.
Link salió del probador y Zelda se mordió el labio para evitar reírse. La ropa de Sogene tenía un corte que favorecía a la gente, sin embargo, en él no parecía funcionar.
—Estáis guapísimo, majestad.
Zelda estaba segura de que Sogene era la única persona de todo Hyrule que trataba a Link con la formalidad que marcaba su título, aunque también lo estaba de que era por pura visión de negocio.
—Hablaré con el alcalde Rendell, no creo que se oponga a la idea del desfile teniendo en cuenta que es para recaudar fondos a invertir en la reconstrucción de Hyrule —musitó Zelda—. Sólo tendrías que asegurarte de que el emplazamiento para el evento no entorpece las labores del campo.
—No os preocupéis majestad, tengo el lugar perfecto.
»Es una lástima que no podáis hacerme de modelo.
Zelda sonrió, agradecía no poder hacerlo, se habría sentido muy incómoda. Se metió en el probador contiguo al de Link y volvió a cambiarse, la ropa era cómoda y la tela muy suave, pero prefería no tener que salir a la calle con ella puesta.
—Volveré para ultimar los detalles.
—Cuando deseéis.
—Te quedaba fatal —susurró Zelda cuando estuvieron en la calle.
Link asintió y fingió que se estremecía, la hizo reír. A él nunca le había interesado la moda y nunca lo haría.
—¿Crees que hará sus modelos en tallas pequeñas?
—¿Para los niños de la escuela?
Ella disintió. Le tomó la mano y la llevó hasta su vientre. Esperó hasta que el significado del gesto le alcanzó. La miró a los ojos con una sonrisa estampada en los labios. La alzó, sujetándola por la cintura y dio vueltas con ella en brazos.
—No, para, para —rogó riendo como una chiquilla—. Vas a conseguir que me maree.
La dejó en el suelo con delicadeza y se la comió a besos. Según el protocolo en base al que la habían educado aquel comportamiento en público era de lo más inadecuado, pero a quién le importaba, ya no quedaba nada de aquellos tiempos.
Cuando aquel bebé naciese sería la persona más amada del mundo entero.
Fin
Notas de la autora:
¡Hola! Un poquito de fluff para prepararnos para el último shot.
Mañana más.
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Lluvia y ruinas. Fictober 2024
FanfictionHistorias cortas sobre Link y Zelda. Lista de palabras en la introducción. #Fictober2024