Nunca creí que algo en mi vida calculada y precisa me haría tambalear de esta manera. Todo en mi mundo tenía un propósito, una razón lógica, un punto de partida y un destino predecible. Las variables eran manejables y, si no lo eran, encontraba una forma de dominarlas. Pero ella rompía cada principio con su mera presencia. Ella no era predecible, ni lógica, ni un enigma que pudiera resolver en silencio. Ella era un caos en movimiento, una criatura de impulsos y emociones, tan ligada a la luna como yo a mis máquinas.
Hace unos días, que la vi en acción, me desconcertó aún más su magia. Ella agitó su cetro y dijo algo que sonaba como un encantamiento, pero tropezó con las palabras, y el hechizo, en lugar de salir con precisión, se dispersó como una nube de polvo brillante. Era una escena que, a primera vista, habría considerado como un fallo… pero algo en su sonrisa, esa risa ligera y despreocupada que soltó mientras su magia fallaba, me dejó sin palabras. Se reía de su propio error, y yo, en silencio, intentaba entender por qué eso me intrigaba tanto.
Cada día que la veía, mi curiosidad crecía, a pesar de mis esfuerzos por mantenerme imparcial. Había algo en ella que me desarmaba de una manera que no podía controlar.
Ya había aceptado mis sentimientos por ella, pero aún así quería saber el porqué era con... Ella. ¿Era su naturaleza emotiva y, a veces, completamente caótica? ¿Su conexión con la luna, que parecía darle tanta fuerza y paz? No lo sabía, pero mis pensamientos se volvían hacia ella más de lo que quería admitir.
Una noche, después de una misión, me encontraba a su lado. Ambos caminábamos de regreso al refugio en silencio, hasta que ella miró al cielo, iluminado por la luna llena.
— ¿Sabes? _ murmuró, sin girarse hacia mí. — Además de amarla por religión... La luna… siempre ha sido mi refugio. Es la única que me comprende. Siempre está ahí, silenciosa pero constante. – Su voz tenía una calma que me desorientaba. Yo no podía entender cómo un objeto celestial podía brindarle tanto consuelo. Para mí, la luna era solo una roca en el espacio, atrapada en la gravedad de la Tierra. Pero para ella, era algo más, algo que mi lógica se resistía a entender.
No era como si ella pudiera explicarlo de una manera que yo pudiera graficar o anotar en una hoja. Era un concepto etéreo, ajeno a todo lo que valoraba. Pero ver su rostro iluminado por la luz plateada de la luna cada noche… algo en mí empezó a cambiar.
Después de esa conversación en la que solo ella hablaba, intenté olvidar el asunto. Me sumergí en mis investigaciones, en la construcción de mis inventos, esforzándome por desplazar cada pensamiento que se atrevía a divagar hacia ella. Y aun así, cuando me detenía, aunque fuera un segundo, allí estaba ella, sonriendo torpemente, mientras yo solo la veo decorar mis invenciones y mi laboratorio con calcomanías de estrellas. Era… exasperante. No entendía cómo alguien podía ser tan dispersa y aún así parecer tan completa.
Las semanas pasan, y mi confusión solo crece. Cada vez que ella se acercaba, sentía cómo mi estructura interna, esa que me había esforzado en construir, se resquebrajaba un poco. Y finalmente, en cada batalla, el sentimiento se volvía más claro… y aterrador.
Estábamos rodeados de enemigos, y la batalla era intensa. Yo estaba ocupado neutralizando una amenaza cuando vi, de reojo, que ella estaba conjurando uno de sus hechizos. Pero algo salió mal; su voz tembló ligeramente, y el encantamiento se desvió. Mi instinto lógico me decía que debía concentrarme en mi propia seguridad, pero algo en mí, quizás esa parte nueva y desconocida que ella había despertado, actuó antes de que mi cerebro pudiera siquiera analizar la situación.
Salté frente a ella, cubriéndola con mi propio cuerpo y bloqueando el ataque que se dirigía hacia nosotros. Sentí el impacto, pero ella estaba a salvo. Por un momento, me quedé inmóvil, intentando procesar lo que acababa de hacer. Esa decisión no tenía sentido. Nunca habría hecho algo tan impulsivo, y, sin embargo, ahí estaba yo, jadeando, con el corazón latiendo frenéticamente, mientras ella me miraba con una expresión de asombro y gratitud.
Cuando la batalla contra Draxum terminó, ella se acercó a mí. Tenía esa sonrisa en el rostro, la misma sonrisa sincera que me desconcertaba tanto. Sin decir nada, colocó una mano en mi hombro.
Sentí un calor inusual en mi rostro. Mi lógica, mi sentido común, me gritaban que me alejara, que recuperara mi compostura. Pero la suavidad de su toque y la intensidad de su mirada me hicieron perder toda capacidad de respuesta racional. Quería decir algo inteligente, algo que ocultara mi vulnerabilidad, pero solo logré balbucear una respuesta incoherente.
En esa noche de luna llena, me había enamorado de ella, de alguien que era todo lo que yo no era. Ella era torpe, emocional, caótica… y aún así, la deseaba en mi vida. Quería ser quien la protegiera cuando tropezara, el que la comprendiera cuando hablara de cosas que no tenían lógica para mí. Porque, en el fondo, me di cuenta de que ella traía a mi vida algo que ninguna ecuación podía resolver, algo que ninguna fórmula podía calcular.
Quizás, en realidad, no se trataba de entenderla. Quizás solo se trataba de aceptarla. De aceptar que, incluso en medio de mi propio caos interno, había encontrado un orden inesperado: T/N DeLuna, la hechicera sentimental y torpe, la única persona que podía hacer que un genio como yo dejara de lado su lógica… y empezara a sentir.
Porque ella es ella, ella no es perfecta. Pero me gusta así.
Tal vez deba ayudarla a forjar su carácter, pero así está bien ahora.
Y la quiero en mi vida, la quiero ver conmigo. Nunca planee algo así. Y yo tengo todo planeado. Pero ella destrozó mis planes con su sonrisa.
Ella me gusta. No, no me gusta. Me enamore de ella.
...
Estoy muy jodido.
Espero este cap este bien, quiero tratar de hacer más caps dedicados a Donas. Dónde el narre o como el vea su situación.
NOS VEMOSSS💗💗
N.M.N.
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in war, there is no love
FanfictionDonatello siempre fue alguien dedicado a su trabajo como científico, creyendo únicamente en lo que su amada ciencia le decía ¿Magia? ¿Cuentos de hadas? ¡Eso es una perdida de tiempo! Pero quizás... Esta chica de especie desconocida pueda volverse su...