El lugar improvisado de los Kraang retumbaba con el eco de pisadas apresuradas y el zumbido constante de energía mística y tecnológica. Donatello respiraba con dificultad, su espalda presionada contra una pared fría de metal oxidado. Su bō estaba firme en sus manos, pero su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una salida al caos que lo rodeaba. Frente a él, Kraang avanzaba lentamente, cada paso un recordatorio del peligro inminente.
La criatura era imponente, con un brillo púrpura que pulsaba en sus extremidades como venas de energía corrupta. Levantó uno de sus brazos, transformándolo en una hoja afilada que reflejaba las luces parpadeantes del lugar. Donatello tragó saliva, intentando calcular el ángulo perfecto para desviar el ataque.
Pero no había tiempo. El Kraang cargó hacia él con velocidad letal. Donnie levantó su bō para bloquear, pero sabía que no sería suficiente. Cerró los ojos, preparándose para el impacto.
Entonces, una explosión de luz azul iluminó la sala, obligándolo a entrecerrar los ojos. Un portal místico se abrió detrás del Kraang, expandiéndose con un resplandor que parecía arrancar la oscuridad del ambiente. De la abertura emergió T/N, su figura envuelta en energía radiante, como si la misma luna la hubiera enviado a la Tierra.
Su cabello ondeaba detrás de ella, y en sus manos sostenía una Guadaña, una arma mística única que llamaban Lunas Gemelas. La hoja, curva como el ciclo de la luna creciente, parecía absorber la luz del portal, devolviéndola en destellos mortales. Con un movimiento fluido, T/N se interpuso entre Donatello y el Kraang, bloqueando el ataque con una fuerza que resonó en todo el cuarto.
La criatura retrocedió, sorprendida por la interrupción. T/N giró ligeramente la cabeza hacia Donnie, sus ojos brillando con una mezcla de confianza y determinación.
— ¿Te encuentras bien? — preguntó, su voz suave pero cansada.
Donatello parpadeó, intentando procesar lo que acababa de suceder. Su enamorada de veía... Ardiente. Con su ropa ninja ajustada a su perfecto cuerpo, marcandose un poco su pancita. El rostro cubierto de ligeras gotas de sudor y las mejillas rojas. Parada frente a él, preparada para el ataque.
— Justo a tiempo... — respondió finalmente, aunque su voz traicionó una nota de asombro. Luego, añadió con una sonrisa. — Aún que creo que la entrada dramática estuvo de más... –
Ella le devolvió una sonrisa breve antes de volverse completamente hacia el Kraang, ajustando el agarre en su guadaña.
— Entonces, ¿Que tal si... Ponemos en práctica lo aprendido los viernes por la tarde? – El Kraang lanzó un rugido mecánico, su cuerpo adaptándose rápidamente a la nueva amenaza. T/N no esperó; dio un paso adelante y giró sobre su eje, levantando la guadaña en un arco amplio que cortó el aire con un silbido. La energía lunar contenida en el arma impactó al enemigo, obligándolo a retroceder. Con cada ataque que daba, el color de su cabello se oscurecia, estaba perdiendo su magia.
Donatello no perdió la oportunidad. Corrió hacia el flanco del Kraang, golpeando con precisión una de sus articulaciones mecánicas para desestabilizarlo. El impacto hizo que la criatura tambaleara, pero no cayó.
Cuando el Kraang recuperó el equilibrio, giró hacia T/N con una velocidad sorprendente, su brazo transformándose en un látigo de energía. Ella lo esquivó con agilidad, girando como si estuviera en una danza coreografiada. Al pasar cerca de Donnie, extendió una mano hacia él.
— ¡Mostremosle a este chicle de fruta lo que una tortuga y una Lunaria pueden hacer juntos! — hablo, su tono desafiándolo.
Donatello arqueó una ceja, pero no dudó en tomar su mano. Lo que siguió no fue una simple pelea, sino una coreografía en movimiento. T/N marcaba los pasos con precisión, sus movimientos fluidos y letales, mientras Donnie sincronizaba los suyos con una precisión casi matemática.
Ella giraba, utilizando la guadaña para lanzar arcos de energía que forzaban al Kraang a retroceder. Donatello, por su parte, se movía con la misma fluidez, cubriendo los puntos ciegos de T/N y utilizando su bō para desviar los contraataques del enemigo.
En un momento crítico, T/N utilizó su magia para crear un pequeño portal bajo sus pies, apareciendo detrás del Kraang con un movimiento inesperado, y haciendo que su cabello se oscurezca aun más. Desde esa posición, lanzó un ataque directo con su guadaña, cortando uno de los tentaculos de la criatura.
— ¿Bailamos o peleamos? — preguntó Donnie mientras bloqueaba otro ataque con su bō, su voz teñida de humor a pesar de la tensión.
— En este momento, creo que ambas. — respondió ella con una chispa de diversión en sus ojos.
Los movimientos de ambos se volvieron más complejos, como si estuvieran en el clímax de una danza de caporales. T/N saltó al aire, girando con una elegancia casi sobrenatural, mientras Donatello la seguía, utilizando su bō para impulsarla en un ataque aéreo. La guadaña brilló intensamente al impactar contra el torso del Kraang, enviándolo de rodillas al suelo.
Finalmente, ambos se posicionaron espalda con espalda, respirando con rapidez pero manteniendo la guardia alta. El Kraang, ahora gravemente dañado, lanzó un último rugido antes de colapsar, sus sistemas fallando por completo.
Cuando el silencio llenó la sala, T/N dejó escapar un suspiro largo, bajando lentamente su guadaña. Se giró hacia Donatello, quien aún sujetaba su bō con fuerza.
— Nada mal... Para dos semanas de práctica y un loquito de la tecnología. — comentó ella, su voz cargada de agotamiento pero también de satisfacción.
Donatello se permitió una sonrisa mientras guardaba su bō.
— Tampoco estuviste mal para alguien que cree en la magia. –
Ambos se miraron por un momento, compartiendo una risa breve que alivió la tensión. Aunque el combate había terminado, algo más parecía haberse forjado entre ellos. Era más que una simple victoria compartida; era una conexión, un entendimiento que iba más allá de palabras.
Mientras se miraban, ambos dejaron de lado todo y... Simplemente acortaban distancia. Él la tomo por las mejillas, acortando lentamente la distancia, ella apoyo las manos en su plastron, mirándolo. Sus ojos se entrecerraban, como si ambos supieran lo que debían hacer a pesar de que estaban experimentando una sensación y situación totalmente nuevas...
Sus narices se rozaron, antes de que, finalmente, cerrarán los ojos antes de unirse en un pequeño beso.
No necesitaban palabras o permiso para ello, ellos no eran normales. Esa acción había dicho más que mil palabras.
"Él me beso", pensó T/N. "Ella no me alejo", pensó Donnie.
Y mientras se separaban del beso compartido, sonrieron como dos idiotas. Dos idiotas enamorados.
— Me gustas, Donnie. Y quiero decírtelo antes... De que sea muy tarde para mí. –
N.M.N.
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in war, there is no love
Fiksi PenggemarDonatello siempre fue alguien dedicado a su trabajo como científico, creyendo únicamente en lo que su amada ciencia le decía ¿Magia? ¿Cuentos de hadas? ¡Eso es una perdida de tiempo! Pero quizás... Esta chica de especie desconocida pueda volverse su...