Donatello siempre fue alguien dedicado a su trabajo como científico, creyendo únicamente en lo que su amada ciencia le decía
¿Magia? ¿Cuentos de hadas?
¡Eso es una perdida de tiempo!
Pero quizás... Esta chica de especie desconocida pueda volverse su...
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— ¿Nadie me va a desatar? – pregunto Casey, tratando de liberarse. En un intento de ir con las tortugas, empezó a moverse sobre la silla.
Pero por la falta de equilibrio, casi cae al suelo. Fue sujetado por la Lunaria, para después ver cómo ella enderezaba la silla y hacia que su cuerpo, Raven, cortará la soga.
T/N se quedó en silencio un momento, sin saber cómo procesar las palabras de Casey. Él la miraba con una mezcla de nostalgia y respeto, como si en su mente no solo la viera a ella, sino a una versión de ella misma que había conocido en un tiempo muy lejano y sombrío. Una vez terminó de desatar la última cuerda que lo mantenía atado a la silla, y luego dio un paso hacia atrás, permitiendo que Casey se incorporara lentamente.
Casey flexionó las muñecas, todavía marcadas por las cuerdas. Aunque la liberación fue un acto inesperado, su expresión no mostró sorpresa, sino una gratitud tranquila. Observó a T/N, y por un instante, el silencio pareció cubrir la guarida, llenándola de una calma que ambos sentían que necesitaban. Ella seguía siendo amable y dulce, como en el futuro. Él lo sabía, era estúpidamente amable con todos. Sean buenos o malos, todos recibían el mismo trato de su parte.
— Gracias, Tía. – murmuró, con una voz apenas audible. Lucía encantado con verla de nuevo, teniendo en cuenta que presenció su muerte hace un tiempo.
Ella asintió, sin apartar la mirada. Tenía mil preguntas girando en su cabeza, pero una se repetía sin cesar. Inspiró hondo, preparándose para preguntar lo que la atormentaba desde que había sabido quién era Casey y de dónde venía. Ella le tomo de la mano y lo ayudo a levantarse del asiento, antes de soltarlo y empezar a caminar con los chicos, con Casey a su lado.
— Casey... – dijo finalmente, su voz suave y casi temblorosa. — ¿Que me volví en el futuro? ¿Que clase de persona soy? –
Casey parpadeó, sorprendido por la franqueza de la pregunta. Una sombra de nostalgia y cariño se reflejó en sus ojos, como si estuviera recordando a una persona muy especial. Con un suspiro, le siguió el paso, sus labios esbozando una pequeña sonrisa.
— Eras importante. – dijo con voz baja. — No solo para mí, sino para todos. Siempre eras… como una roca en medio de la tormenta. Alguien en quien todos confiábamos, alguien que estaba allí cuando las cosas se volvían difíciles. – Se detuvo un momento, como si estuviera eligiendo cuidadosamente las palabras que diría a continuación. — Pero conmigo… eras algo más. Tenías… un comportamiento casi… maternal. –
T/N levantó la cabeza, sorprendida. Esa palabra, "maternal," le sonaba extraña en relación a sí misma. Nunca se había visto así, ni había pensado en desempeñar ese papel para alguien que obviamente no era su hijo biológico. Pues era obvio. Ella era una Lunaria, y se había enamorado de Donatello.
Si Donnie la rechazaba, ella no podría tener la oportunidad de ir a buscar a alguien más en el futuro y de allí dar a luz a Casey. Y si Donnie la aceptaba, ¿Su futuro hijo no debería ser un Yokai o una Lunaria? No tendría sentido que el sea su hijo biológico, así que ya de por sí sabía que el no era un verdadero familiar suyo.
