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El sol brillaba alto en el cielo mientras Blair, Ethan y Viktor avanzaban por el camino de tierra rodeado de frondosos árboles. La emoción del próximo destino, Ciudad Coumarine, mantenía al grupo en buen ánimo, a pesar de los comentarios sarcásticos de Viktor. Ethan estaba especialmente ansioso, y la idea de ver una exhibición donde podría presenciar a entrenadores mostrar sus Pokémon de manera creativa lo tenía particularmente intrigado. Aunque Viktor mantenía su distancia emocional del plan, Ethan y Blair se habían unido en entusiasmo y expectativas.

El viaje a Coumarine parecía tranquilo, pero de repente, el sonido de pasos ligeros y el crujir de las hojas llamó la atención de Blair, quien iba al frente. Los tres se detuvieron al escuchar una serie de pequeños saltos rápidos, y cuando miraron a su alrededor, notaron una figura diminuta entre los arbustos.

—¿Qué es eso? —murmuró Blair, observando el movimiento con cautela.

De los arbustos saltó una criatura diminuta de color naranja y amarillo. Ethan dio un paso hacia adelante, su interés inmediato despertado por el pequeño Pokémon. La criatura los miraba con sus grandes ojos brillantes, llenos de curiosidad y un destello de valentía.

—¡Es un Torchic! —exclamó Ethan emocionado, sacando rápidamente su Pokédex para obtener información sobre el Pokémon.

La voz de la Pokédex confirmó lo que él ya sospechaba:

> “Torchic, el Pokémon Pollito. Torchic mantiene un fuego ardiendo dentro de su cuerpo, y cuando abraza a alguien, la persona puede sentir el calor. A Torchic le gusta mucho estar con los humanos y se siente seguro cuando está cerca de su entrenador.”

Ethan sonrió al escuchar la descripción. Torchic parecía observarlos con una mezcla de curiosidad y desafío, como si estuviera probando si serían merecedores de su atención. Los ojos de Ethan se iluminaron; había algo en la actitud de Torchic que le recordaba su propia determinación y su deseo de crecer junto a sus Pokémon.

Viktor, por otro lado, observaba con una expresión desdeñosa, cruzado de brazos.

—¿Un Torchic? —comentó, entrecerrando los ojos—. No sé, Ethan, no parece un desafío para alguien que aspira a competir de verdad.

Ethan, sin embargo, ignoró el comentario de Viktor. Su atención estaba completamente en el pequeño Torchic, que ahora daba pequeños saltos hacia él, mostrando una confianza inusual para su tamaño.

—¿Quieres venir conmigo, Torchic? —preguntó Ethan, acercándose lentamente para no asustarlo.

Torchic inclinó la cabeza y soltó un leve pío, como si considerara la propuesta. Entonces, con un movimiento rápido, lanzó un Arañazo que pasó rozando la mano de Ethan, como si quisiera ponerlo a prueba.

Blair soltó una risa ligera al ver el desafío en los ojos de Torchic.

—Creo que quiere ver si eres digno, Ethan —dijo Blair, sonriendo—. ¡Demuéstrale lo que tienes!

Ethan asintió, emocionado. Sacó su Poké Ball y llamó a su fiel Chespin, quien apareció listo para el desafío. Torchic lo miró con atención, evaluando a su posible oponente.

—Chespin, ¡vamos con Placaje! —exclamó Ethan, y Chespin avanzó rápidamente hacia Torchic.

Torchic lo esquivó con agilidad, lanzándose hacia un lado, y luego contraatacó con otro Arañazo. La batalla entre Chespin y Torchic era rápida y llena de energía, con Torchic demostrando ser un rival ágil y astuto a pesar de su pequeño tamaño.

Viktor, desde su lugar, miraba la batalla con una sonrisa burlona.

—Parece que tienes trabajo por delante, Ethan. No vaya a ser que te derrote un Torchic —dijo en tono sarcástico.

Pero Ethan se mantuvo concentrado. Sabía que Torchic tenía potencial y que quería probarlo a través de esta batalla. A medida que el enfrentamiento continuaba, se dio cuenta de que el pequeño Pokémon tenía una fuerza y valentía notables, y esa chispa lo convenció de que sería un gran compañero.

—¡Chespin, usa Látigo Cepa! —ordenó Ethan, y Chespin lanzó sus cepas para rodear a Torchic.

Torchic intentó esquivar, pero las cepas lo alcanzaron, sujetándolo justo el tiempo suficiente para que Ethan lanzara su Poké Ball. Con precisión y esperanza, lanzó la Poké Ball hacia Torchic, quien fue absorbido en un destello de luz roja.

Todos contuvieron la respiración mientras la Poké Ball se movía de un lado a otro. Finalmente, se quedó inmóvil, indicando que Torchic había sido capturado con éxito.

Ethan sonrió, levantando la Poké Ball con orgullo.

—¡Lo logré! —exclamó, mientras Blair aplaudía emocionada.

Blair le dedicó una sonrisa cálida, satisfecha al ver el nuevo compañero de Ethan.

—Sabía que lo lograrías, Ethan. Torchic va a ser un gran Pokémon para ti —le dijo, dándole un suave golpe en el hombro.

Viktor rodó los ojos, pero por un instante, incluso él parecía reconocer el logro de Ethan. Aunque no lo admitiera, había algo en la determinación de su amigo que respetaba.

Mientras el grupo continuaba su viaje hacia Ciudad Coumarine, Ethan no podía dejar de mirar su Poké Ball, pensando en todas las aventuras que le esperaban junto a Torchic. Aunque el camino hacia su destino estaba lleno de desafíos, saber que ahora contaba con un Pokémon tan valiente y leal lo llenaba de entusiasmo y confianza.

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