El sol brillaba sobre el parque de Ciudad Shalour mientras el trío descansaba tras su desafiante combate en el Gimnasio de la ciudad. Viktor estaba en un rincón del parque, concentrado en el entrenamiento de sus Pokémon. Frogadier practicaba su agilidad, saltando de un lado a otro entre las altas hierbas, mientras Charmeleon, Chimchar y Gible realizaban movimientos coordinados en el campo cercano. Viktor observaba con atención, corrigiendo la postura de Charmeleon, alentando a Gible a mejorar su velocidad y trabajando en la precisión de Chimchar con su Puño Fuego.
Blair, por su parte, decidió tomarse un respiro. Se sentó en una banca, rodeada de sus Pokémon. Ralts, Togepi, y Fennekin descansaban cerca de ella, disfrutando del ambiente tranquilo. Mientras tanto, Blair sacó una revista que había encontrado en una tienda de la ciudad. Sonrió al ver su propio rostro en una de las páginas, en una sección sobre entrenadores destacados en el mundo de las exhibiciones Pokémon. En su primer debut, la revista mencionaba su habilidad para conectar con sus Pokémon y su estilo único en el escenario.
—¡Mira esto! —exclamó Blair con entusiasmo, mostrando la revista a sus Pokémon—. ¡Aquí estoy! ¡Este es el comienzo de mi camino hacia la Reina de Kalos!
Ralts, al escuchar su nombre, miró la revista con atención, como si pudiera sentir el orgullo de Blair. Togepi saltó alrededor de Blair con alegría, y Fennekin la observaba con una mirada atenta y pensativa.
Ethan, por otro lado, se encontraba más alejado, mirando algunas bayas que había recogido por el parque. Estaba fascinado por la variedad de frutas que había encontrado, especialmente por las bayas Sitrus y Razz. Mientras examinaba una baya en particular, notó algo moverse entre las flores cercanas.
Rápidamente, sacó su Pokédex y escaneó el Pokémon.
—Flabébé, el Pokémon Monoflor. Flabébé es conocido por su vínculo profundo con las flores. Lleva siempre una flor en sus manos, y es capaz de usar su energía para hacer florecer plantas y mantenerlas vivas.
La voz del Pokédex continuó: Flabébé, en su forma más pura, tiene una relación simbiótica con su flor, y la protege de cualquier amenaza. Su tipo es Hada, y se dice que la flor que elige Flabébé refleja su carácter y destino.
Ethan observó al pequeño Pokémon de tipo Hada, que estaba flotando suavemente entre las flores. Flabébé tenía una delicadeza única, con su cuerpo esbelto y una flor blanca brillante en sus manos, que parecía irradiar una suave energía. Se acercó lentamente, cauteloso de no asustarlo.
Sin embargo, algo inesperado ocurrió. De repente, Flabébé voló hacia Blair, quien estaba leyendo su revista. La pequeña criatura parecía cautivada por ella, como si algo en su presencia la atrajera. El Pokémon se posó suavemente sobre la banca junto a Blair, observándola con sus grandes ojos curiosos.
Blair levantó la mirada y vio a Flabébé junto a ella. Al principio, no entendió lo que sucedía, pero cuando el Pokémon la miró, una sensación de calma y conexión invadió su corazón.
—¿Qué es esto? —susurró Blair, sorprendida por la aparición de Flabébé.
Ethan, viendo el asombro de Blair, corrió hacia ella.
—Es un Flabébé, un Pokémon de tipo Hada —dijo mientras se acercaba. Luego, sacó su Pokédex nuevamente para confirmar los detalles de la criatura.
Blair miró a Ethan y luego a Flabébé, que continuaba flotando cerca de ella, sosteniendo con cuidado su flor blanca.
—Es… es tan hermoso. —Blair no podía apartar la vista del Pokémon. La suavidad con la que se movía, su apariencia pura, y la luz que parecía irradiar su flor blanca, todo le parecía casi mágico.
Flabébé pareció sentirse a gusto con la presencia de Blair. Al verla sonreír, la pequeña criatura dio un giro alegre en el aire y se posó sobre su hombro, como si lo hubiera hecho toda su vida. Blair no podía creerlo.
—Parece que te ha elegido, Blair —dijo Ethan con una sonrisa—. Tal vez sea el inicio de una nueva amistad.
—¿Crees que… puedo atraparlo? —preguntó Blair, mirando con cuidado a Flabébé, que seguía sobre su hombro, jugando con su flor.
—Probablemente, sí —respondió Ethan, asintiendo con seguridad—. Flabébé no es un Pokémon que se entregue fácilmente a cualquier entrenador, pero parece que ya tienes una conexión con él.
Blair miró a sus Pokémon, quienes observaban a Flabébé desde una distancia, aparentemente contentos por ella. Ralts se acercó tímidamente, como si quisiera conocer al nuevo miembro del grupo. Fennekin también se acercó, moviendo su cola con curiosidad.
Después de unos momentos de contemplación, Blair decidió actuar.
—Lo voy a intentar —dijo en voz baja, mirando a Flabébé con una sonrisa amable—. Espero que aceptes unirte a mi equipo.
Blair sacó una de sus Poké Balls y la sostuvo en su mano, con la esperanza de que el Pokémon Hada aceptara su propuesta. Sin embargo, antes de que pudiera lanzar la Poké Ball, Flabébé voló hacia ella, acercándose con un brillo en los ojos.
—¡Lo ha hecho! —exclamó Blair, sonriendo mientras veía cómo el Pokémon se posaba sobre la Poké Ball, tocándola suavemente.
Blair lanzó la Poké Ball, y la pequeña esfera se cerró rápidamente. Todos observaban con atención, esperando a ver si Flabébé realmente decidiría unirse a su equipo. Después de unos segundos, la Poké Ball dejó de moverse. Blair se inclinó hacia adelante y la recogió, sonriendo con emoción.
—¡Lo logré! —gritó alegremente, y al abrir la Poké Ball, Flabébé apareció una vez más ante ella, girando alegremente en el aire, como si celebrara su nueva vida junto a Blair.
Ethan, impresionado por lo rápido que Blair había logrado capturar al Pokémon, se acercó a felicitarla.
—¡Eso fue increíble, Blair! Parecía como si ya estuvieras conectada con él desde el principio.
Blair miró a sus nuevos Pokémon, sintiendo una ola de gratitud y emoción por cada uno de ellos. Flabébé, con su flor blanca, representaba algo más que una simple captura para Blair. Era el primer paso hacia el futuro que ella había imaginado para sí misma como Reina de Kalos. Con cada uno de sus Pokémon, sentía que su sueño se acercaba un poco más a ser una realidad.
—Gracias, Flabébé —susurró Blair, acariciando suavemente la flor de su nuevo Pokémon—. Estoy tan feliz de que hayas decidido unirte a mí.
El sol se ponía lentamente en el horizonte, y el trío se quedó en el parque por un momento más, disfrutando de la paz del lugar. El camino hacia los sueños de Blair, y hacia nuevas aventuras, comenzaba a tomar una forma más clara y llena de esperanza.