Capitulo 12

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A la hora de dormir, Juliana estaba un poco nerviosa y bastante cansada por todas las actividades del día. Antes podía compartir cama con Valentina sin tener casi ningún problema, salvo el de intentar mantenerse al margen, pero ahora, ahora que había probado los suaves labios de Valentina... eso sería algo difícil de hacer. De todos modos, no estaba dispuesta a hacer nada que la rubia no quisiera, y dudaba mucho que Valentina se le fuera a abalanzar encima en plena noche para hacer cualquier cosa.

"Me arden los hombros". lloriqueó Tessa en un gemido. "Amo el sol, pero odio quemarme".

"Te dije que usaras bloqueador". la regañó Viviana, entrando a la cocina. "A ti también, Valentina. No creas que no te veo la piel irritada". señaló a la rubia, que disimulaba beber agua para no ser involucrada en aquel regaño.

"Quería broncearme". se excusó en vano.

Era cierto, su piel ardía un poco en los lugares que el traje de baño no logró cubrir. De cualquier manera, no se lo admitiría a Viviana, no quería cargar con ese verdugo.

Las tres se encontraban en la cocina mientras Tessa se preparaba un sándwich. La latina alegó que "pueden haber fantasmas en la casa. Son mis mejores amigas y por eso tienen que morir conmigo si nos aparece un espectro. Todas para una y una para todas, ¿no?". Por ende, ahí estaban Valentina y Viviana, sentadas en la pequeña mesa de la esquina mientras que Tessa untaba mayonesa a su "bocadillo" nocturno.

"¿Cómo puedes comer tanto y tener ese cuerpo?" Se quejó Viviana que, de comer como ella comía, rodaría en vez de caminar.

"Es una bendición. Un don único que pocas tenemos". explicó Tessa, pensando con el ceño fruncido si debía prepararse dos sándwiches en vez de uno. Optó por no ser tan glotona... solo por esa vez. "Hey Vivi, te veo bien con bizcocho, ¿qué se siente tener semejante espécimen a tu disposición?" Dijo refiriéndose a Sebastián.

"Es el paraíso". admitió Viviana, con una sonrisa floreciendo en su rostro de oreja a oreja. "Me encanta estar con él. Podemos hablar de lo que sea, me hace mimos, siempre intenta hacerme sonreír... en resumen, es de lo mejor". apoyó el codo en la mesa y su mandíbula en la mano, soltando un suspiro enamoradizo.

"Ciertamente, lo mejor que has tenido".

"Apoyo eso". secundó Valentina.

Las chicas rieron bajito, encantadas con la relación que Viviana y Sebastián estaban desarrollando. A todas les gustaba la pareja que hacían esos dos y esperaban con ansias a que se consolidara.

"Solo falta Valen por tener alguien en su vida". Tessa mordió su sándwich, gimiendo como si fuera comida de los dioses. "¡Esto está buenísimo!" Mantuvo los ojos en blanco, de manera que parecía que estuviera teniendo un orgasmo alimenticio.

"Ya lo vemos". rió Viviana. "Pero sí, Valen, solo quedas tú por enamorarte de alguien". "¿Eso quiere decir que estás enamorada de Sebastián?" La rubia alzó una ceja con interés, al mismo tiempo intentado desviar la conversación.

La sonrisa de la aludida bastó para responder cualquier pregunta.

"¡Van dos de tres!" Tessa zarandeó a la castaña de ojos miel con su mano libre. "¡Faltas tú, Valen! Vamos, préstale atención a Martín. No se ve tan mal partido".

Tessa evitó decir lo mismo que le había dicho a Martín ese mismo día. Prefería mantener esa conversación en privado para no ser una chismosa. Igual, no había sido nada importante. "Admito, tiene sus problemillas, pero nada que una mano firme no pueda cambiar". añadió la latina. "Mira, Valen, piénsalo de esta manera: cuando salgamos, podemos tener una cita triple". elevó tres dedos para resaltar su punto.

Clásico VIII JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora