Capitulo 20

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Juliana ni siquiera se movió bajo ese frio e insulso beso. Estaba demasiado sorprendida como para siquiera sopesar lo que estaba pasando. Tenía los ojos abiertos como platos y la mandíbula apretada bajo ese brusco agarre.

"¡Asco, Paloma!" La regañó en cuanto apartó con fuerzas a su prima de sus labios. "¡Asco, puaj, asco!" comenzó a limpiarse con tosquedad los labios con la manga de su suéter oscuro. Todos estallaron en risas mientras Juliana continuaba desinfectándose los labios, ahora bebiendo un trago de la bebida de Sebastián que era la que más fuerte se veía. La cerveza no era suficiente, así que optó por el vaso del hombre.

Vio por el rabillo del ojo a Valentina intentando no reírse con la mano tapando su boca y su pecho temblando en risas. Era la única que se dignaba a intentar disimular. Todos se reían menos Matthew que protestaba todavía con el taco en mano alegando que eso no era justo. "De nada, primita". Paloma le susurró para que solo ella la escuchara y le guiñó el ojo medio señalando con su cabeza a Valentina.

Juliana se paralizó viéndola con atención. Era evidente que Paloma sabía lo que pasaba con Valentina... o al menos una pequeña parte. Su prima era como un detective ninja, se hacía la que no sabía ni veía nada, pero realmente era atenta y eficaz en todo lo que se dignaba a hacer cuando la flojera no le ganaba.

"¡Eso no vale!" Rechistó Matthew.

"Nunca fijamos las reglas de quién tendría que dar el beso si mi equipo perdía... ni a quién". le contestó con calma Paloma encogiendo un hombro. "No seas celoso". todos volvieron a reír mientras la de ojos verdes bebía un sorbo de su cerveza.

No tenía ni la menor idea de qué hacer ahora que Paloma sabía, o sospechaba, lo suyo con Valentina. Se suponía que nadie, absolutamente nadie, tenía que saber lo que tenían, y ahora estaba su prima y Sebastián, que había evitado hablarle a Juliana sobre el tema. Ella sabía que Sebastián estaba al tanto de lo que pasaba entre ellas. El hombre era considerado, pero no tonto; además, estaban las miradas que le lanzaba como diciendo "sé que algo pasa ahí" cuando ella se acercaba aunque fuera un poco a Valentina. No le importaba tanto que Sebastián supiera, él no le hablaría del tema si no era ella quien lo sacaba a flote, pero Paloma... diablos, Paloma... ella la amedrantaría a preguntas y aún más sabiendo de su orientación sexual. Rayos. Rayos y centellitas.

Sintió sudor frio cuando Valentina hizo el amago de acercársele y Paloma lo captó. Ahora estaría bajo la vigilancia de su prima cada vez que estuviera cerca de la rubia. No dejaría que nadie más comenzara a sospechar, si Paloma pudo, cualquier otro con más encuentros también se daría cuenta. Lo único que quería era proteger a Valentina, no le importaba otra cosa que no fuera eso, nada valía la pena sobre la seguridad de su rubia.

Matthew seguía protestando mientras se sentaba en una mesa donde ya estaban Tessa y Viviana.

"¿Qué se le va a hacer?" Tessa bromeó con él. "Cumplieron su apuesta, acéptalo y continúa con tu vida".

Viviana siguió riéndose con los quejidos de Matthew y las burlas que Tessa le hacía. Juliana se alegró por dos cosas. La primera, que no vieran mal que su prima le diera un pico para salvar a

Valentina de besar a Matthew. La segunda, que Tessa parecía haberse librado de su amor por Matthew, ya había soltado ese cadáver que solo era, hipotético pero realmente, un peso muerto. Tragó el nudo en su garganta y se apartó de donde Valentina estaba para caminar hacia los demás. Agarró a Paloma por la muñeca con fuerza y la tiró hacia ella intentando disimular su abrupto movimiento.

"Nos tenemos que ir". dijo la menor de las primas.

"Sí, nosotras también. Mañana tenemos práctica". sollozó Viviana de solo pensarlo. "¿Valen, nos llevas?"

Clásico VIII JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora