Capítulo 24: En busca de una respuesta

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Una semana después del nacimiento de Eda, el palacio se llenó de alegría con la llegada de Aang, Katara, y sus hijos, Kya y Bumi

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Una semana después del nacimiento de Eda, el palacio se llenó de alegría con la llegada de Aang, Katara, y sus hijos, Kya y Bumi. Ayşe y Roku esperaban con ansias conocer a sus amigos, y tan pronto como entraron, corrieron a recibirlos.

Mientras los niños jugaban alegremente en el jardín, Aang y Katara se dirigieron a los aposentos de Haruka, donde ella descansaba con Eda en brazos, mientras Zuko estaba sentado a su lado, observando a su familia con una mirada de profunda tranquilidad.

Katara se acercó, maravillada por la pequeña Eda, quien dormía plácidamente.

─¡Es hermosa, Haruka! ─dijo Katara, sonriendo con calidez─. ¡Mírenla, tan pequeñita!

─Gracias, Katara ─respondió Haruka con una sonrisa de orgullo─. Hemos sido bendecidos con esta pequeña.

Aang se inclinó para ver mejor a la bebé, y una expresión de ternura se dibujó en su rostro.

─Felicidades, Zuko ─dijo Aang con una sonrisa sincera─. Eda es realmente especial. Siento que tendrá un gran espíritu, como su padre.

Zuko asintió, dándole una palmada en el hombro a su amigo.

─Gracias, Aang. Tener a mis amigos aquí significa mucho para nosotros.

Mientras tanto, en el jardín, Ayşe y Roku estaban jugando con Kya y Bumi, corriendo por el césped y compartiendo risas. Ayşe lideraba el juego, organizando una pequeña aventura donde todos fingían ser exploradores en busca de un tesoro escondido en el palacio. Kya y Bumi, emocionados por la historia, siguieron a Ayşe, mientras Roku intentaba mantenerse al día con los mayores.

Las risas de los niños llenaban el aire, creando un ambiente de paz y unión que resonaba en todo el palacio. Aang y Katara intercambiaron una mirada llena de esperanza, sabiendo que la siguiente generación estaba creciendo en tiempos de paz y amistad.

Katara tomó la mano de Haruka y le sonrió.

─Estoy segura de que nuestros hijos traerán mucha alegría y luz a este mundo.

Haruka le devolvió la sonrisa, asintiendo suavemente. Observando a su hija Eda dormir, supo que la paz que tanto habían luchado por alcanzar les permitiría a los niños vivir un futuro lleno de amor y felicidad.

 Observando a su hija Eda dormir, supo que la paz que tanto habían luchado por alcanzar les permitiría a los niños vivir un futuro lleno de amor y felicidad

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𝐋𝐚 𝐝𝐚𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧 ᵖʳᶤᶰᶜᶤᵖᵉ ᶻᵘᵏᵒ ˣ ᵒᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora