La Oficina

Capítulo 17: El plan de la criatura

Con el pasar de los días comencé a escuchar su voz con mayor claridad. Siempre estaba ahí, aguardando. Era como un parásito en mi mente, inyectando ideas, pensamientos, órdenes. Al principio intenté luchar, intenté resistirme a sus palabras, pero cada vez que lo hacía, el dolor de la marca se volvía intolerable, y las sombras comenzaban a rodearme más de cerca.

Entendí, finalmente, lo que él quería.

No era solo yo. Había otros. Otros como yo, marcados, elegidos para ser canales de esta entidad que ansiaba salir completamente a nuestro mundo. Era un ser que existía entre dimensiones, atrapado en ese lugar que había vislumbrado desde el espejo. Con cada pacto que hacía, expandía su influencia, acercándose cada vez más al momento en el que pudiera liberarse por completo.

Y mi papel no era detenerlo. Mi papel era abrir más puertas.

La criatura me había convertido en su siervo, en su emisario, y cada día que pasaba, sentía cómo mi humanidad se desmoronaba poco a poco. Pero había una parte de mí que aún luchaba, una chispa que se negaba a aceptar que esto era el final.

Tal vez, aún había una forma de cerrarle la puerta.