Capítulo 21: "No me iré"

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POV: MATTHEW

— Samanthe, por favor... abre la puerta— repetí como por quinta vez, cansado, con frío, sentado en el piso con mi espalda y cabeza recargadas en la pared frente al baño. — Paul aún no ha vuelto pero... prometo llevarte a casa en cuanto salgas—

— Ya no quiero hablar del tema— me respondió por fin, resonando su voz en el eco del lugar.

Observé la hora en el reloj de mi muñeca.
Cuatro quince.

— No lo haremos más si no quieres— prometí, sabiendo que no es eso lo que yo quiero, pero tengo que respetar su decisión. Pensé unos segundos más en silencio. — ¿Por qué no quieres hablar de lo que piensas? ¿no es mejor insultarme y odiarme en voz alta que reprimirlo para ti misma?—

— No voy a volver a lo mismo, Matthew.

— Sólo quiero que me hables...

— No quiero hablar contigo porque luces diferente. Pero en mi cabeza sigues siendo quien me hizo mil promesas y ni siquiera en mi graduación pudiste estar.

— Samy... no podía— negué exhausto.
— Sólo me aseguré que estuvieras bien...—

— ¿Cómo ibas a saberlo?— preguntó con un tono de desespero. Podía imaginarla detrás de la puerta, sentada de la misma manera que yo.

— Envié a Paul. Y después te envié flores... que espero no hayas tirado a la basura.

La puerta se abrió de inmediato.
Por fin la ví, después de dos horas y media rogándole que saliera y hablara conmigo.
Aún seguía con el cabello mojado, que se le rizaba naturalmente como la recordaba.
Sus ojos estaban rojos, hinchados, y eso me dolía.

Me miró con el ceño fruncido, y eso me confundió, que sólo alcé una ceja.

— ¿Me enviaste flores?— preguntó desconfiada. Yo la observé confundido. Paul dijo aquel día que esperó hasta que ella salió a recibirlas. No pudo haberme mentido.
— ¿Cómo eran?—

— Eran rosas. Blancas y otras con distintos tonos de rosa, algunas nubecitas... ¿no las recibiste?.

— Que... maldito mentiroso...— soltó irónica, dejando de mirarme.

Me levanté del suelo viéndola aún más extrañado. ¿En serio no las había recibido?

— Te juro que no miento, envié las flores y envié a Paul a asegurarse de que las recibieras, justo en tu casa, ese mismo día por la noche. No firmé la tarjeta porque sabía que sólo iba a herirte más.— le expliqué.

— No hablo de ti, Matthew. Ryan... él dijo... que había sido él.

Sin poder evitarlo solté una risa tonta.
No me estaba burlando, claro que no.
Es sólo gracia de la astucia de ese chico en aquel entonces.
Nunca fue inteligente, pero sí que era astuto.

Ví sus ojos cristalizarse al momento de mencionarlo, y eso me hizo sentir tan mal por haberme reído. Sus lágrimas se combinaron con risa, y yo no tenía idea de cómo reaccionar.

— Samy...

Apenas diría algo para hacerle sentir mejor, abrazarla, no lo sé, algo que me hiciera reaccionar, pero me detuve porque varios golpes en la puerta sonaron demasiado fuertes.

Le hice una señal de que mantuviéramos silencio los dos. Honestamente, me había asustado. Paul no tocaría la puerta así, y esos golpes resonaron una vez más.

— Seguro que es Erick— dijo, confundiéndome. ¿Por qué sería Erick? — Le envié mi ubicación justo antes de que mi teléfono se apagara, no alcancé a decirle nada, probablemente se preocupó—

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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