Meghan
Pisamos la última de las bibliotecas y en el momento que entro mi cuerpo se siente débil. Otra vez esa sensación de como si me estuviesen drenado la energía. Brooks va más alejado que yo, así que no se da cuenta de lo que pasa.
Me enderezo y tomo aire por la boca antes de empezar a caminar por los estantes buscando. Hemos conseguido solo tres libros, y solo por ayuda de mi amuleto. Diez bibliotecas y solo tres libros. Espero que en esta última consigamos más.
Ninguno de los libros tiene al autor escrito por ningún lado. Y todos carecen de palabras. Casi no tienen contenido, dos o tres líneas de palabras por página es lo único que es mucho, sumándole que tampoco tiene muchas páginas. La mayoría de ellos no sobrepasa las cuarenta páginas, que son veinte hojas. Algunos tienen un poco más, otros un poco menos, pero nunca es un número muy alto.
He leído por encima cuando los reviso levemente y todas son palabras que riman con otras, tiene algunas ilustraciones en los bordes de las hojas, algunas supongo que son referencia a sangre, en otras hay ramas, en otras hay diseños que para mí no tienen sentido.
Camino a paso lento tratando de no sobre forzar a mi cuerpo. Se siente como un peso en mi espalda que me hace querer tirarme al piso sin poder pararme por el gran peso.
Brooks se da cuenta de mi estado sin mirarme, se tensa y se pone rígido, me busca con la mirada y cuando me consigue, respira y corre hacia mí, en sus ojos puedo ver angustia, miedo, desesperación.
―¡Meghan! ―estira la mano en mi dirección y se acerca rápido atrapándome en brazos antes de que caiga.
Me coloca encima de sus piernas y me revisa la cara, el pulso. Tiene miedo, y está confundido por ese miedo, se ve en su mirada, en la manera en la que estira la mano y la retrae de nuevo con indecisión. Mira alrededor buscando la causa de mi estado.
Me sostengo de su brazo cuando mi respiración se detiene y empieza el desespero. Abro los ojos temerosa de lo que vaya a pasarme, entreabro los labios buscando, queriendo tomar aire en mis pulmones, pero es como si se hubiese acabado para mí.
Él me pone la mano en el pelo, en mi cuello, me mira a los ojos, alrededor del lugar. Desesperado, busca una solución y no la encuentra.
―Meghan, mis ojos, míralos ―me ordena, pero su voz se oye lejana―. ¡Maldita sea! ―se frustra.
Lo veo borroso, no distingo su figura más allá del cabello blanco. Abro la boca intentando inhalar todo el aire que pueda, pero ninguno me llega, nada entra, pero todo sale. Me sostiene la cara y me mira a los ojos haciéndome perder en ellos. Se hacen mucho más intensos, más azules, más iluminados. Sus pupilas se dilatan, su respiración es irregular. Mueve sus labios susurrando algo, sin embargo, ya no puedo escucharlo.
Mis ojos se cierran y ya no veo más. Lo último que siento de él es el tacto de sus dedos en mi cuello.
•۞•
―¡Su corazón dejó de latir! ¿¡Como esperas que esté tranquilo!?
―Ya lo sé, pero lograste reanimarla con magia negra, ya está mejor.
―Ese no es el caso, lo sabes ―se quejan.
Me incorporo en la cama en la que estoy acostada. Miro a mi alrededor sin reconocer el lugar en el que estoy, cada vez que despierto conozco camas nuevas. Las voces no provienen de adentro de la habitación, sino de fuera. Distingo la de Brooks, pero no la de la otra persona, una mujer, al parecer.
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Realeza Encantada #1
FantasyMeghan toda su vida ha sido aventurera, maleducada y desubicada, hasta que tiene que dejar de serlo. La muerte de su padre la hizo viajar hasta el palacio del reino Elaetus con su madre, padrastro y hermanastro, a los qué, aun así, considera una fam...