Meghan
Me remuevo cuando siento un pelaje molestarme en la cara. Sigo muy cansada y no sé porqué, me duelen los huesos del cuerpo y siento que me falta la energía. Me duele la cabeza también, las palpitaciones en las sienes me hacen apretar los ojos cuando sigo sintiendo el pelo en mi cuello y brazos.
Sé que debería levantarme y sé que el pelaje es de Brooks queriendo despertarme como muchas veces en la mañana, pero la pereza y falta de energía me lo impide.
Es como si solo hubiera dormido unos minutos y hubiese estado despierta por más de veinticuatro horas seguidas. La verdad no sé que me pasa y por qué me pasa, pero el cansancio no es algo que me guste mucho.
Entreabro los ojos y veo a Brooks recostado en mi pecho, con la cabeza entre mis pechos mirándome fijamente con curiosidad con esos ojos verdes tan intensos que tiene cuando es un gato. Sus pequeñas garras están encajadas en la tela de mi bata como si se sostuviera.
Vuelvo a cerrar los ojos suspirando. No quiero pararme de la cama y hoy es sábado, tengo la mañana libre hasta las doce del mediodía que es cuando empiezan las clases extras. Una hora cada clase, lo que me deja hasta las tres de la tarde como mínimo. Sin contar que hora es ahora mismo, creo que tengo tiempo para seguir durmiendo, pero me incómoda tener a Brooks encima de mi aunque sea un gato ahora mismo.
Me froto los ojos y me pongo de medio lado haciendo que caiga a mi lado como yo. Podría reírme, pero no tengo ganas.
Abro los ojos completamente y lo veo en la esquina de la cama como gato hasta que se convierte en humano. Está sentado y me mira con confusión en el rostro.
—¿Qué hora es? —me rasco la mejilla.
—las nueve —susurra—. Llevo aquí más de una hora —confiesa.
¿Más de una hora? ¿Haciendo qué? Me incorporo en la cama sentándome y mirando alrededor, ayer fue muy raro, fue rara la compañía de Damen, fue tan tranquilo que temo que lo esté. A pesar de que no fue tan intenso como la primera vez, el miedo que me infundió no debería ser normal. ¿Por qué le he tenido tanto miedo? Normalmente me gusta retar a las personas así sean más poderosas o fuertes que yo, pero con Damen es diferente. Me siento fatal cuando se acerca y la tensión es mi cuerpo no es normal para sentir tanto temor a su alrededor.
Sé que Brooks sigue mirándome sin disimular ni un poco y eso no se si me incómoda o me intriga a la vez. Me quito el edredón de las piernas y me levanto. Un mareo me hace tambalear y con la vista doble trato de agarrar algo a mi alcance para poder sostenerme y no caer.
Pero Brooks me lo hace más fácil y me agarra por debajo de los brazos alzándome para sostenerme mejor. Sus brazos me cubren toda la cintura mientras me ayuda a recomponerme y aliviarme del mareo tan de repente que me dio.
Dejo de ver dos cosas donde no las hay y empiezo a ver una sola como es debido. Brooks me sostiene por las mejillas y me revisa mirando todo mi rostro en busca de algo que le indique que es lo que me puso así. No es normal, mi salud es la mejor, siempre ha sido la mejor, sin contar las veces que yo misma me he provocado un accidente, pero fuera de eso es muy buena y no debería marearme así.
Embarazada no estoy. Llevo más de un año de abstinencia desde mi último novio con el que perdí la virginidad y ya no he tenido más relaciones. Pero descarto eso aunque ni yo sé porque me vino a la cabeza en este momento. Supongo que son los nervios por lo que me está ocurriendo de la nada…
Ni siquiera me pasa por la mente culpar a Damen. El cansancio empezó después de llegar al castillo luego de salir de la cabaña, ¿habrá sido algo proveniente de allí? ¿De la cabaña? ¿Del bosque? ¿De las personas? No tengo ni idea, pero no me gusta como me siento.
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Realeza Encantada #1
FantasyMeghan toda su vida ha sido aventurera, maleducada y desubicada, hasta que tiene que dejar de serlo. La muerte de su padre la hizo viajar hasta el palacio del reino Elaetus con su madre, padrastro y hermanastro, a los qué, aun así, considera una fam...