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Meghan

 

Los tres nos quedamos callados. Ella se mira las uñas aburrida, Brooks mirando al piso y yo mirándola a ella. Hasta que soy yo la que decide romper el silencio.

—¿Por qué siguen aquí? Deberían estar en el castillo ahora mismo…

Alza la mirada con una sonrisa y baja la mano.

—Porque se portaron mal y a los malos hay que castigarlos —dice con simpleza.

—¿Qué les estás haciendo? —suelto un susurro amenazante. Me estoy costando la vida al responder con este tono.

Ella alza una ceja notando mi tono amenazante y mira a Brooks con una sonrisa.

—¿Estás notando la forma en la que me habla? —le pregunta a Brooks, pero antes de que el conteste, lo hago yo.

—Te hice una pregunta —espeto.

—¿Quieres verlos? —hace la pregunta con una cara inocente.

—Quiero saberlo, no verlos. Parece que no escuchas —y con eso logro que me agarre del cuello.

Me aprieta el cuello y yo trago saliva mirándola como ella me mira, amenazante. No puedo tener poderes como ella, pero si quiere actuar como una pendeja, la ayudaré a que deje de serlo. Porque prefiero morir a tener que soportar esta estupidez tan inmadura.

Brooks la toma de la muñeca y la mira a los ojos con un destello furioso y amenazante. Muy oscuro y casi peligroso.

—Suéltala —no me suelta.

—Hay que enseñarle a respetar, ahora que puedo —se dirige a Brooks.

—Deberías aprender primero a dejar de ser tan idiota y después enseñas ¿No lo crees? —susurro.

Brooks me mira mal, sé que estoy empeorando las cosas, pero mi boca no se contiene de tirar veneno a quien quiera. Puedo sentir como sus manos aprietan más mi cuello y Brooks le aprieta más la muñeca, se escucha el sonido de los huesos tronando y la bruja suelta un gruñido y me suelta sosteniendo su muñeca con una mueca de dolor.

—Se largan —dicta.

Me enderezo.

—No me iré hasta saber de mi hermano y mi padre —me cruzo de brazos.

—¿Cuál es el alboroto? —me tenso.

Una voz imponente y poderosa que hace que todos los músculos de mi cuerpo se tensan y me quedé estática como una estatua. Al parecer lo mismo pasa con la chica que está en frente de mi, pero Brooks se ve muy tranquilo, a decir verdad.

La mujer que aparece por un pasillo con una capa dorada que tiene capucha y le cubre la cara y casi todo el cuerpo, no puedo identificar quien es, ya que no veo su rostro por lo tapada que está, las luces de aquí son tenues y casi no iluminan para poder ver muy bien.

Viene con las manos entrelazadas a la altura de su estómago y usa unos tacones de cono blancos con un lacito en la punta del mismo color. Miro de reojo a Brooks que está mirándola a ella.

—Galia —saluda Brooks.

—Mi gato falso favorito —noto su risita y se acerca a inspeccionarlo de cerca—. ¿Qué te trae por aquí, brooks? —le toma de la barbilla para bajar su cabeza.

—Vine a acompañar a alguien.

Y es ahí cuando me mira rápidamente, aún no puedo ver su rostro, se ve todo oscuro dentro de esa capucha. Suelta el mentón de Brooks y se acerca a mi haciendo resonar la punta de sus tacones. Es más alta que yo, al menos por unos centímetros, o eso creo yo. Sin contar que los tacones le hacen subir unos centímetros, así que no sé.

Realeza Encantada #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora