Capítulo 13

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Las horas pasan muy lentas. Estamos muy desanimados.

Sólo salimos de la habitación cuando queremos hacer nuestras necesidades, que avisamos al guardia y nos acompaña al aseo apuntándonos con una pistola. Se te corta hasta el pis de pensar que si intentas algo pueden pegarte un tiro. Me parece muy exagerado.

La comida nos la traen en una bandeja que deslizan por la ranura plana que hay en la puerta.

Es imposible escapar, nos estrujamos el cerebro y no encontramos ninguna opción que pueda funcionar.

¿Qué habrá pasado con los demás? ¿Y con Janice? ¡Que estén bien, por favor!

Ethan y yo nos asomamos a la puerta muchas veces para conversar. Menos mal que él está aquí conmigo y no estoy sola de nuevo.

Nos contamos muchas cosas sobre nosotros mismos, somos muy parecidos de carácter y nos gustan las mismas cosas.

Aunque tiene dinero no presume de ello, es muy humilde y quiere ayudar a los demás.

Espero que salgamos de ésta... es mejor no pensarlo de momento.

Varios días después...

Oigo voces por el pasillo y me levanto rápidamente de la cama para poder observar lo que ocurre.

Veo a varios guardias cogiendo de los brazos a una chica, llevándola a rastras. La chica parece más joven que yo y tiene el pelo castaño aunque no puedo observarla detenidamente por el ajetreo con que la llevan y también porque ella va un poco cabizbaja.

Cuando pasa cerca de mi puerta alza un poco la cabeza y observo sus ojos, son de color azul cielo, casi grises.

Yo tengo los ojos azules también pero tirando a verdosos.

De estatura es un poco más baja que yo, con las piernas un poco llenas y caderas anchas. Ojalá yo tuviera esas curvas y no pareciera una tabla de planchar.

Lleva una camiseta de manga corta negra y un pantalón largo negro.

Escucho la conversación de los guardias.

—Por fin las hemos encontrado, lástima que la otra haya escapado.

—No importa, con lo que tenemos nos compensarán bien, además seguro que intentará venir a intentar liberarla y la terminaremos atrapando.

Cuando pasan nuestras habitaciones dejan de hablar y la encierran en la habitación de al lado de Ethan.

A continuación los guardias se alejan por el pasillo y salen de la estancia, solo se queda el guardia que suele estar vigilando al lado de la puerta, que no siempre es el mismo, varias veces al día hacen rotaciones.

La chica se asoma por la ventana de la puerta de su habitación.

—Hola— empiezo a hablarle yo.

— ¡Sacadme de aquí! —empieza a gritar al aire la chica.

—Desgraciadamente nadie va a escucharte... solo nosotros ¿Cómo te llamas?—le pregunto.

La chica me mira a los ojos con su cara llena de desconfianza.

—No te preocupes, estamos igual que tú, somos buenos, puedes confiar en nosotros —la intento persuadir.

—Me... me llamo... ehmm... Julia. ¿Y vosotros?

—Yo me llamo Ethan —dice el chico, que no puede verla pero sí escucharla.

—Y yo Carly —le digo yo.

FulgorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora